El arribo al gobierno del estado de David Monreal Avila, fue el resultado de un cúmulo de irritación social de los zacatecanos que aspiraban a un cambio profundo en las políticas públicas en beneficio de la mayoría de la población; luego de dos intentos, el discurso del otrora candidato se centró fundamentalmente en cuestionar los yerros del pasado y ofrecer la alineación con el Gobierno federal a efecto de lograr la mejor coordinación que se tradujera en la llegada de recursos económicos con los que se resolverían los problemas de Zacatecas.
Como es del conocimiento de la sociedad, las expectativas fueron altas, se pensaba que con el cambio de gobierno - partido en el poder, cambiarían de fondo las cosas, se combatiría la inseguridad, se atacaría la corrupción, se invertiría en el campo y se lograría corregir el rumbo para bien de la mayoría de los zacatecanos.
No es mi intención calificar, creo además, que como todo fenómeno social este debe analizarse sobre la base de resultados concretos y que aún es prematuro hacer una valoración objetiva, pues todavía no concluimos ni el segundo año de ejercicio gubernamental.
Veo en ocasiones, muy apresurados los que todo lo cuestionan, los que descalifican cualquier acto gubernamental al considerar el fracaso de las acciones de gobierno, y en el mismo sentido quienes todo lo validan y aplauden, sostengo que será el tiempo el que ponga las cosas en su lugar y se evalúen las acciones y el desempeño de los funcionarios.
Sin embargo, considero que es mi derecho como cualquier otro zacatecano, dar mi opinión desde la perspectiva de la labor de gestoría que realizamos los antorchistas e informar a mis posibles lectores, sobre la respuesta a nuestras demandas.
A mediados de octubre de 2021, una vez que se nombró a la titular de la Secretaría de Gobierno, se apersonó una comisión del Comité Estatal a solicitar audiencia y exponer un modesto pliego petitorio que contenía acciones de orden social y requerimientos de obra pública, la respuesta inmediata fue que se ponderarían las demandas y se vería la factibilidad para ejecutarlas en el siguiente ejercicio presupuestal.
Todo el año 2022 corrió, vamos en el cuarto mes de este año y la tonalidad sigue siendo esencialmente la misma que al principio; reuniones en distintas dependencias, listados de posibles beneficiarios, solicitudes individuales, horas de antesala para solicitar audiencia. Vale decir que hay diálogo sereno y respetuoso, pero en cuanto a soluciones es prácticamente nada.
Y conviene traer a cuenta las demandas porque los descalificadores de siempre dirán que se trata de necedades de los líderes, que los dirigentes pretendemos quedarnos con los apoyos, por eso quiero dejar asentado que no pedimos algo a título personal y las demandas son para que se entreguen a aquellos ciudadanos organizados que cubran los requisitos en los programas institucionales. A efecto de que cualquiera pueda ponderarlas, los invito a conocerlas:
1. Obras y servicios elementales como agua entubada, electrificación o drenaje para diversas comunidades y colonias.
2. Apoyos alimentarios y de vivienda a quienes cumplan los requisitos.
3. Incorporar a productores de bajos recursos en los programas del campo.
4. Regularización de colonias en Fresnillo y Guadalupe.
Como puede ver cualquiera no se trata de excesos, las solicitudes no constituyen lujos o caprichos y no se pide atender necesidades de los dirigentes, por lo tanto, perfectamente podrían atenderse a través de los programas institucionales.
Hace algunos días se presentaron cambios de diversas áreas del Gobierno del estado, tomando los bártulos de la Secretaría de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza; hemos acudido en dos ocasiones a solicitar audiencia con él, primero fue sólo una representación del Comité Estatal y posteriormente se sumó un grupo de ciudadanos; el pasado jueves sostuvimos diálogo con el subsecretario Javier Reyes Romo, quien se comprometió a precisar la fecha de la reunión, pero los días corren y seguimos a la espera.
Considerando la legitimidad de las demandas y el trato que hemos recibido, resulta necesaria la intervención del gobernador David Monreal Avila para que sea atendido el sector de la población organizado en Antorcha, puesto que , hoy más que nunca, que los tiempos son tan convulsos debido a los problemas de inseguridad, a los que se suman graves cuestiones políticas que dejan en la indefensión e incertidumbre a la gente, creo que es el tiempo oportuno para dialogar y buscar soluciones conjuntas.
Ojalá que este llamado no sea infructuoso y pronto seamos recibidos por el encargado de la política interna en Zacatecas.
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