El tema de la emigración, particularmente la que se da en la frontera de México con Estados Unidos (EE. UU.), da infinidad de elementos para ser estudiada desde cualquier ángulo que se le quiera ver.
No es mi intención hacer un estudio pormenorizado del caso porque no soy especialista ni puedo dedicarle el tiempo que requiere; sin embargo, dado el uso oportunista que el actual régimen le da, creo necesario dar mi punto de vista sobre algunos aspectos del fenómeno y para ello retomo la nota digital de El Financiero del martes 28 de junio del año en curso, en su sección Nacional, firmada por la Redacción, que contenía lo siguiente:
“Estamos de luto: Ebrard confirma que 22 mexicanos murieron en tráiler en Texas”; en el cuerpo de la nota se dice que “De los migrantes hallados muertos… 22 eran mexicanos…” …de un total de “50 personas fallecidas en el vehículo de carga”; “22 mexicanos, 7 guatemaltecos, 2 hondureños. Los demás por ser identificados aún.” Por su parte “Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte, añadió: “Todos responsables serán llevados ante la justicia”. “A través de su cuenta de Twitter, el jefe de la unidad afirmó que “Apoyaremos la repatriación de los cuerpos de las víctimas mexicanas y continuamos ofreciendo apoyo a todos los heridos de nuestro país y sus familias” … “El lunes por la noche se informó que al menos 46 migrantes fueron encontrados muertos en un camión en San Antonio, Texas, (colindante con México). Asimismo se detalló que hay 16 personas heridas, entre ellas 12 adultos y cuatro menores” … “Entre los detalles, dados a conocer por las autoridades, se señaló que el tráiler en el que viajaban los indocumentados tenía placas de Estados Unidos para circular sin revisión”.
Esto es solo un botón de muestra de todo lo que padecen los migrantes para lograr el sueño americano que no es más que tener una casa digna donde vivir, tener lo necesario para alimentar a su familia y si Dios nos da licencia poner un negocito para sobrevivir. También refleja algo que siempre se pasa por alto, me refiero a que siempre se pone a los mexicanos como los delincuentes y se nos pinta como lo peor, pero el hecho comprobado, de que la muerte de los migrantes ocurrió en un tráiler que portaba placas de Estados Unidos para circular sin revisión, demuestra que los delincuentes no son solamente mexicanos, sino que del otro lado de la frontera también los hay y seguramente son más poderosos, por eso muy pocas veces se dan a conocer.
En la misma nota se dice que, “el presidente Andrés Manuel López Obrador apuntó este martes que el caso es una tremenda desgracia”. “También dijo que se apoyará con el traslado de los cuerpos y con la investigación”. “Esta es una amarga prueba de que hay que seguir insistiendo en apoyar a la gente para que no tenga necesidad de abandonar sus pueblos para irse a buscar la vida”.
Como puede verse, al señor López Obrador no le alcanza la imaginación para comprender que, si muchos mexicanos se ven obligados a arriesgar su vida por buscar un futuro mejor, es porque sus ayuditas no resuelven las necesidades de la población y es lo único que él les ofrece. Lo peor es en el gabinete nadie quiere decirle que sus programas son del todo insuficientes, y menos le dicen que la gente necesita trabajos bien remunerados, que contribuyan en generar producción y riqueza; claro, eso es pedirle demasiadas peras a un olmo que está a punto de secarse.
Además, lo manifestado por el presidente recuerda el profundo desprecio que le causa el problema de la delincuencia, pues según la misma nota, él solo se compromete a colaborar en la investigación, pero no a exigir justicia y que se aplique todo el peso de la Ley a los culpables; probablemente cuando se conozca a los verdaderos culpables los acusará con sus abuelitas o pedirá que los abracen fervientemente porque también son humanos.
Lo trágico-cómico está en que el señor López Obrador sigue usando el incremento de las remesas como un éxito de su gobierno y no entiende que ese incremento aumenta el número de tragedias, pues según distintos medios, en lo que va del año suman ya más de 500 fallecidos. Y el señor aquí, perdiendo el tiempo en pleitos pueriles en vez de ponerse a trabajar; o va a Estados Unidos de visita oficial y por quedar bien, ofrece millones de dólares para invertirlos en la frontera para proteger los intereses gringos; además, para que vean que es de alma generosa y espléndida le promete un subsidio a su gasolina para que los pobrecitos norteamericanos no la paguen tan cara.
Mientras tanto, nuestros hospitales no tienen medicinas, ni equipo, ni médicos; nuestras carreteras están cada vez más destrozadas, etcétera, está confiado en que nos tiene bien aleccionados con su espectáculo mañanero. Mientras el circo sigue las tragedias aumentan.
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