En días pasados, el Consejo Nacional del Instituto Nacional Electoral (INE) emitió una sanción al partido del presidente de la República, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), por 4.5 millones de pesos debido a la retención del diez por ciento de los salarios de 435 empleados del municipio Texcoco, durante la administración que encabezó Delfina Gómez como presidenta municipal, hoy actual secretaria de educación.
Según la Unidad Técnica de Fiscalización del organismo, Delfina Gómez se vio beneficiada con 13 millones 752 mil 414 pesos para financiar su campaña política y dichos recursos, que fueron descontados durante tres años a estos trabajadores municipales, se destinaron al Grupo Acción Política (GAP), una organización de la que siempre ha sido parte la maestra Delfina y que es liderada por el senador Higinio Martínez Miranda, militante de Morena y cacique político en Texcoco, a quien por cierto, se le ha acusado muchas veces por actos de corrupción, pues en poco años amasó una fortuna, siendo presidente municipal de este municipio acumuló más 85 millones de pesos en propiedades inmobiliarias en tan sólo cinco años.
Por si fuera poco, en la investigación del INE se encontraron cheques expedidos por el Sistema Municipal DIF Texcoco, por el Gobierno del Estado, de personas físicas y morales, además de transferencias bancarias provenientes de otras cuentas a nombre del municipio de Texcoco.
Y en razón de todo esto es que el consejero Ciro Murayama, destacó la sanción debido a que fue evidente que se “creó una trama ilegal de financiamiento indebido a un partido político, lo que tampoco es nuevo ni novedoso, lo mismo hizo el PRI”.
Las acciones realizadas por el Instituto Nacional Electoral, con relación a garantizar elecciones limpias en el país, con recursos propios del Estado y que no provengan de manera ilícita, y como organismo descentralizado que no depende de las decisiones del Ejecutivo Federal, podrían decirnos que en el país aún existe la esperanza de la verdadera democracia, donde se tengan representantes que sí encabecen los intereses de los más desprotegidos, de los más necesitados y con ganas de convertir a México en una nación fuerte, económica, científica y militarmente.
La sanción impuesta por el INE, que debió ser por el total de los sueldos descontados a los trabajadores de ese entonces (más de trece millones) y no por 4 millones, al partido de Morena, exhibe una vez más el fracaso de la política contra la corrupción, que tanto pregona Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras y en sus informes de gobierno.
Razón tiene el consejero al decir que no es algo nuevo ni novedoso, incluso hablar de honestidad y lealtad al pueblo, pues cuando volteamos la cara de la moneda, resulta todo lo contrario; por eso el carácter de “imparcialidad” que puede tener el INE en la aplicación de sanciones a partidos que no cumplan con las leyes para hacer campaña política, está bien, debe ser para todos los que violen las reglas, sin distinción de partido.
La secretaria de Educación, cuando fue presidenta municipal en Texcoco, ignoró los derechos de organización, petición, manifestación y todas las garantías individuales que tienen los mexicanos, negándoles bienestar y progreso; hoy tiene en su poder una importante Secretaría de la que ojala no eche mano para desviar recursos como lo hizo siendo alcaldesa, no sería nada nuevo, el problema es que la educación de los mexicanos está en riesgo, pues no tiene capacidad de decisión por su obediencia ciega al presidente.
Morena sigue demostrando que no es un partido diferente a los demás, que los discursos de sus militantes, en donde hablan de corrupción, viejas prácticas, adversarios, pobres, etc., son palabras huecas. Morena no ha cumplido con su propósito de ayudar a los pobres, es un partido que sigue defendiendo los intereses de una clase social que hace a un lado a campesinos, amas de casa, obreros, estudiantes y maestros, damnificados por desastres naturales, etc. Es un partido que con sus acciones les demuestra (a los pobres) que la única alternativa que tienen es organizarse para luchar por el poder y conquistarlo en su beneficio. La 4T no es ni será la esperanza de México, y como dijo López Obrador en su Tercer Informe de Gobierno, aplicable también a su partido y a Delfina Gómez, ¡tengan para que aprendan!
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