En Cuadrilla Nueva, pueblo de Chilapa de Álvarez, todos los habitantes se dedican a preparar, tejer y elaborar diversos productos derivados de la palma, planta que los dotó de un oficio artesanal, a su vez heredado de sus ancestros desde hace varios siglos. Aunque en Guerrero muchas personas viven y respiran con la palma, el exiguo pago que reciben por la venta de sus productos es irrisorio, pese al esfuerzo y la delicadeza de varios de sus quehaceres. Un rollo de metros de palma tejida se vende regularmente en seis pesos, la misma cantidad de un pasaje del transporte público a Chilapa de Álvarez.