De enero a mayo, Tizayuca se ha puesto a la cabeza en todo el estado de Hidalgo por el mayor número de muertes por suicidio, con 9 decesos por esta causa, preocupando no sólo a las familias afectadas, también a las autoridades municipales y vecinos en general.
Pero cómo explicar la serie de suicidios, que conmueve y alarma a la sociedad entera de Tizayuca en estos primeros meses del año, cuál es la causa y cómo combatirla. En primer lugar, tenemos que reconocer que el trágico fenómeno se presenta en todo el mundo, con mayor o menor frecuencia, no es privativo de esta ciudad, entonces, debemos reconocerlo como un problema social, no sólo individual o personal.
Estadísticas mundiales nos informan que el aumento de suicidios coincide con los tiempos de crisis económica y que, mientras más fuerte y prolongada sea la crisis, más aumenta el número de personas con deseos de quitarse la vida.
La raíz del problema es económica, con la pandemia de la covid-19 cerraron miles de pequeños negocios, las grandes empresas despidieron trabajadores, cundió el desempleo y, con ello, la desesperación por no saber qué comerá la familia, cómo pagar las deudas contraídas, la renta de la casa o la hipoteca, el estrés económico hizo presa a millones de trabajadores y sus familias. Los gobiernos de todos los niveles hicieron su parte abandonando a su suerte a la gente, negando hasta el más mínimo apoyo, con las carencias económicas los problemas familiares se agravaron, para hacer frente a las enfermedades se vendieron bienes o se endeudaron, lo mismo para sostener los estudios de los hijos, cientos de miles perdieron un ser querido, aumentando el desconsuelo. En fin, una verdadera tortura física y psicológica que llevó a la desesperación por la impotencia ante el cúmulo de problemas, surgiendo sentimientos de soledad, de abandono, atrapados en la desesperanza, millones de mexicanos pensaron en el suicidio, unos lo intentaron sin lograrlo, otros pasaron a mejor vida.
Y es que la sociedad en la que nos tocó vivir, movida siempre por el afán de lucro, de enriquecimiento individual a costa de los demás, educa a la gente en el individualismo, en el egoísmo, castiga a los trabajadores con salarios de hambre y premia a los dueños del capital con grandes ganancias, al mismo tiempo que deja a millones sin empleo, sufriendo hambre, explotación y discriminación social. Una vez asimilados en el individualismo, tratamos de resolver cada quien nuestros problemas personales y familiares como individuos aislados, pero, en tiempos de crisis la situación se agrava, se vuelve imposible solucionar todo aisladamente y se cae en la depresión, se pierde toda esperanza en un mejor futuro, optando por escapar quitándose la vida.
El error está en que se quiere resolver un problema social de manera individual, no se ve o no se quiere ver que los padecimientos de uno lo son también de millones y que, por lo tanto, la solución correcta es la unión, la solidaridad entre iguales, el trabajo conjunto para resolver el problema de todos, dejar de vernos como rivales y luchar juntos por nuestro derecho a una vida mejor, exigir con dignidad al gobierno que se cumplan las leyes que favorecen a los trabajadores, que somos la gran mayoría y que somos los que con nuestro trabajo producimos toda la riqueza que se apropian unos cuantos.
El velo egoísta que cubre los ojos y la mente de los humildes debe ser destruido, arrojémoslo al bote de la basura y veremos el camino luminoso de la unidad y la lucha colectiva que nos llevará a una sociedad más justa y equitativa, sin pensamientos suicidas que llevan a desperdiciar la vida inútilmente.
El Movimiento Antorchista Nacional ha emprendido el camino de la organización y la lucha e invita a todos los que sufren, a todos los que padecen las injusticias de esta sociedad organizada para beneficiar a unos cuantos, a organizarse, a cerrar filas para acabar de raíz la situación que nos aqueja a todos.
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