Desde que en 2019 el presidente López Obrador anuncio la creación de un nuevo modelo de becas universales para estudiantes del nivel básico, media superior y superior, las voces que se levantaron en contra de este nuevo modelo fueron para denunciar que este parecía y tenía todas las características de un programa de tipo electoral. Pues el programa “PROSPERA” tenía como base fundamental entregar el recurso de las becas a las madres de los estudiantes, para que fueran ellas quienes administran el recurso y lo destinarán para su fin único. Sin embargo, la nueva modalidad, tenía y sigue teniendo la finalidad de que el dinero de las becas para el nivel medio superior y superior se les entregué a los estudiantes, para que bajo su libre albedrío lo utilicen.
En el portal de El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A. C., dice en su investigación: Gasto público en becas escolares. Análisis de programas prioritarios “las becas escolares son un instrumento utilizado para entregar a las familias o directamente a los alumnos recursos monetarios y/o en especie, a fin de cubrir los costos directos de la educación y compensar el ingreso que obtendrían los alumnos si trabajaran en vez de estudiar”. Desde mi humilde opinión, una buena y justa ayuda para que los estudiantes no abandonen sus estudios. Sin embargo, las proyecciones del gobierno de la 4T sobre este sector social vulnerable ha demostrado que ni le son tan prioritarios como futuro cerebros, ni se han molestado en demostrar que su programa de transferencia monetaria esté dando los resultados requeridos.
Por otra parte, la misma investigación dice “La Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior (ENDEME) muestra que la falta de dinero en el hogar es la principal causa de abandono, ya que así lo señaló el 36.4% de los alumnos que desertaron. En el caso de las mujeres la segunda causa es el embarazo, y la siguiente causa entre la comunidad estudiantil, es por el disgusto de estudiar”. Al decir que la falta de dinero en el hogar es la causa mayor que provoca una deserción escolar, se convierte en la excusa perfecta con fines políticos de este gobierno, para procurar a toda costa hacer llegar un poco de dinero a las manos de los estudiantes, y provocar cierta independencia económica de estos con respecto a sus padres. Y lo que ha provocado no es precisamente un mayor estímulo para que los estudiantes se dediquen sin preocupaciones a estudiar, sino todo lo contrario, a convertirse en una juventud rebelde ante la autoridad paterna. Pues es bien sabido, por las propias declaraciones de los mismos estudiantes, que hay quiénes utilizan el dinero de su beca en comprar alcohol, cigarros, aparatos electrónicos y otras cosas más que no tienen que ver propiamente con materiales escolares. Aunque también hay estudiantes que en realidad sí han utilizado su beca para adquirir sus útiles.
Creo yo que aunque el problema principal de la deserción escolar es la falta de dinero en el hogar, esto no quiere decir precisamente que se le tiene que dar el dinero directamente a los estudiantes, pues ya quedó más que demostrado que una buena parte de los beneficiarios lo utilizan de mala manera. El verdadero problema del por qué en los hogares falta el dinero se debe a un problema más de raíz, el cual tiene que ver con la falta de empleo y los salarios mal pagados a los jefes del hogar. Este es el verdadero problema de la falta de dinero en el hogar y de las carencias no solo en la educación, sino en todo. La malnutrición, los decesos por enfermedades gastrointestinales, la falta de educación, la falta de cultura; este es el problema toral de todas las carencias de más de 90 millones de mexicanos que padecen algún tipo de pobreza.
La solución no está en entregar dinero a la gente, sino en que se generen los suficientes empleos, pero además bien pagados, para que en cada familia, el jefe sea capaz de sortear los gastos necesarios mediante su salario, pero mientras haya trabajadores que no ganen más de un salario mínimo, o jornaleros agrícolas que ganen cien pesos diarios por una jornada de hasta 10 horas en las huertas, las necesidades y las carencias seguirán existiendo, y aún las becas y programas de transferencia monetaria que emplee el gobierno serán insuficientes y erradas para acabar con el problema, y solo seguirán funcionando como un programa clientelar-electoral.
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