Agradezco desde este modesto espacio, la solidaridad que la ciudadanía de Valle de Santiago brindó durante la semana que hoy termina a los antorchistas de ese municipio, en su lucha que dura ya 39 días, exigiendo que el alcalde panista Alejandro Alanís Chávez dote de pipas de agua a los habitantes de la colonia Manuel Serrano Vallejo, a quienes pretende dejar ¡un año más! sin el vital líquido.
El apoyo solidario de los ciudadanos vallenses consistió en otorgar una firma a través de la cual solicitan la intervención del licenciado Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, como máxima autoridad en el estado de Guanajuato, para que los humildes colonos sean atendidos en su justa demanda.
La jornada de recolección de firmas de apoyo ciudadano, en la que los antorchistas nos propusimos recabar 17 mil, comenzó el lunes 23 de los corrientes en punto de las 8 de la noche en acuerdo de asamblea general de la colonia y terminó el sábado 28 a las 5 de la tarde, el resultado es por demás alentador, en sólo 5 días, logramos el cometido.
Los antorchistas estamos convencidos de lo legal, justo y razonable de nuestra petición, además de la viabilidad económica y normativa de la misma; es legal y justa, porque se trata de un Derecho Humano, consagrado en el Capítulo I, Artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su párrafo sexto a la letra dice: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”. Y se refuerza, con el Artículo 115 de la misma Carta Magna, que establece la obligación del municipio de dotar a los ciudadanos de los servicios públicos, entre ellos el agua potable.
Es razonable, porque, parafraseando al señor gobernador, los antorchistas de Valle de Santiago hemos hecho con creces la tarea que nos corresponde en la búsqueda de la solución definitiva del problema en cuestión; la gestión principal ha corrido a cargo de los peticionarios ante las instancias del ramo, en lo federal y estatal y quien no cumplió su parte correspondiente en tiempo y forma fue, precisamente, la autoridad municipal, como ha quedado de manifiesto en colaboraciones anteriores, que no han sido desmentidas por nadie. También es perfectamente posible de acuerdo a la ley de ingresos y al presupuesto de egresos municipal, que el Ayuntamiento resuelva esta elemental demanda ciudadana.
Estas consideraciones eran ya suficientemente válidas, desde mi punto de vista, para continuar en la lucha el tiempo que sea necesario con los limitados medios y recursos a nuestro alcance; pero, ahora se agrega el aliciente extraordinario que constituyen el número de firmas señalado renglones arriba, que recabaron mis compañeros al visitar en su domicilio, en su negocio o en el mercado a miles de ciudadanos del municipio.
Para el antorchismo vállense y del estado, es muy estimulante esta respuesta ciudadana, porque nos confirma lo correcta y acertada que es, nuestra lucha contra el principio básico de la política oficial, que consiste en que los gobernantes actúan creyendo que el poder es absolutamente autónomo e independiente del pueblo y que éste, en consecuencia, no tiene ningún derecho a proponer, y menos a exigir, que sus problemas se resuelvan en tal plazo o de tal manera.
La mentalidad del funcionario público, independientemente del color que represente, por lo general, sigue siendo esencialmente elitista, jerárquica y autoritaria. Y esto lo lleva a ver todo intento de participación ciudadana en la política, como algo totalmente inaceptable, que lesiona la naturaleza misma del poder y, por tanto, que debe ser suprimido por todos los medios posibles, incluidos el menosprecio y la sordera política.
Esta postura, se materializa en las respuestas que dan generalmente a los grupos organizados, ajenos a su grupo o expresión política: “No atiendo bajo presión”; “Yo estoy para servir a todos los ciudadanos y no a determinado grupo político”, etc. Pero, es un secreto a voces que el uso del poder para favorecer a los amigos, grupos y líderes afines es la práctica cotidiana.
La participación organizada del pueblo debe dejar de ser mal vista y combatida, esto lo exige la práctica de quien se precie tener vocación democrática, de lo contrario, no dejará de ser una simple pose.
Por último, quiero manifestar, una vez más, que lo único que pedimos los antorchistas de Valle de Santiago, es un trato de seres humanos y, por tanto, respeto de nuestro derecho a la vida y a la salud, para lo cual, requerimos tener agua potable en nuestras humildes viviendas. Por esta sencilla razón, nuestra lucha sigue de pie y acudiremos el próximo jueves 2 de septiembre en punto de las 11 horas, una comisión representativa del antorchismo guanajuatense, con todas las medidas sanitarias que el protocolo marca, a las oficinas del señor Gobernador para solicitar formalmente audiencia y su superior intervención, en éste y otros problemas que aquejan a miles de guanajuatenses de varios municipios.
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