El pasado 16 de febrero miré en el perfil de Facebook “Antorcha Galeana”, unas fotografías que me impresionaron por su originalidad y por su contenido. Son fotografías de algunas viviendas ubicadas en el municipio de Galeana, Nuevo León. Debo aclarar que estoy acostumbrado a mirar distintas formas de la miseria más cruda que se pueda imaginar y que, aun así, estas imágenes me impactaron. Es necesario resaltar que me impresioné porque conocemos al estado de Nuevo León como una entidad de mucho desarrollo industrial y agrícola al que acuden habitantes de los más diversos estados en busca de trabajo para ganarse la vida y para llevar algún recurso a sus comunidades de origen; es un estado considerado modelo de desarrollo nacional y por eso resultan inconcebibles escenas como las reflejadas en las fotografías mencionadas.
Estas fotografías reflejan una realidad muy diferente a la que nos tiene acostumbrados la propaganda oficial neolonesa; refleja que si bien es cierto que esta entidad ha experimentado un desarrollo económico sostenido, superior a la mayoría de los estados de la República, también refleja que ese desarrollo no es equitativo, pues mientras unos cuantos sobresalen entre los más ricos del país, otros viven en el completo abandono como los propietarios de las viviendas retratadas por el aficionado de “Antorcha Galeana”.
Algunos piensan que como los propietarios de estas viviendas son adultos mayores, que viven así porque sus hijos los han abandonado, y yo pienso que están equivocados; en primer lugar, porque conozco a matrimonios jóvenes que viven igual o peor que las personas dueñas de las casas de las fotografías mencionadas y me consta que muchos no cuentan siquiera con un cuartito donde guarecerse mucho menos con una vivienda digna, van a la buena de Dios, esperando que algún familiar o algún conocido les facilite un rincón donde poder vivir; en segundo lugar, creo que se equivocan porque los hijos, generalmente piensan en sus padres pero ellos ya tienen sus propios compromisos y a veces por falta de trabajo o porque el sueldo les resulta insuficiente para cubrir los gastos de alimentación, educación y salud de su nueva familia, no les alcanza para ayudar a sus padres. Al contrario, la mayoría de los hijos están dispuestos a privarse hasta de los alimentos con tal de ayudar a sus padres pero no les basta tener el deseo si no cuentan con los medios para hacerlo.
En mi modesta opinión, publicaciones como las de “Antorcha Galeana” debieran servir al Gobierno para que revise su política social y busque vías de ayuda a las capas menos favorecidas de la sociedad. Pero, me dijo un amigo que eso es lo mismo que pedirle peras al olmo, porque hablando del Gobierno federal dice que no cree que tenga la voluntad de ayudar a la gente pobre, “nos usaron para su campaña” me dijo “pero una vez que ganaron no se volvieron a acordar de nosotros los pobres”, “quitaron Prospera, el Procampo y todas las ayudas que daban a los campesinos, ahora no tenemos ni para un Paracetamol”, dijo. “Imagínese”, continuó diciendo, “nos dicen que no salgamos de casa por la pandemia pero aunque no salga, en cada lluvia, mi casa se convierte en una laguna porque le entra agua por todos lados, no señor, yo digo que sin ayuda para mejorar nuestras viviendas nos va a llevar la pandemia”. Dice que del Gobierno del estado no espera ninguna ayuda, ya está por concluir su “Gobierno” y no han recibido ningún apoyo, menos se les darán ahora que ya va a concluir la administración estatal. Del Gobierno municipal dice que no esperan nada, que igual ya están por terminar su período y que no han recibido ninguna ayuda ni siquiera los recibe su alcaldesa y no les conviene ir hasta la cabecera municipal porque para ir gastan alrededor de 600 pesos para que le digan que no lo pueden atender, mejor se ahorra ese dinero que de algo le ha de servir.
En mi apreciación personal estoy totalmente de acuerdo con mi interlocutor pues anteriormente he escrito algunos temas por petición de mis compañeros antorchistas neoloneses esperando que alguien de los diferentes niveles de Gobierno tome nota de sus problemas y siempre se me ha ignorado; entiendo, mi voz es demasiado insignificante para que alguno de los potentados dirija su mirada hacia mis voces de alerta pero debo recalcar, que no por ignorarme a mí y a mis compañeros, que con eso desaparecen los problemas y las ya multimencionadas fotografías dan cuenta de ello. Por esa razón, desde este modesto espacio, hago un reconocimiento público a quienes tienen el perfil de “Antorcha Galeana” por sus publicaciones tan realistas, los felicito y los invito a que sigan haciendo esa labor que tanto clarifica la realidad de Nuevo León. Como dijo un viejo amigo: “¡he dicho!”.
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