El tiempo corre y ya suman 51 días (a partir desde que se escribió este escrito), del atroz asesinato de nuestros compañeros Conrado Hernández, Mercedes Martínez, así como la de su pequeño hijo, sin que hasta la fecha se dé una respuesta positiva a tal petición de miles de antorchistas de todo el país que gritamos con voz estentórea, ¡justicia para nuestros compañeros!
¿Pero cuánto tiempo más tenemos que esperar, nosotros los antorchistas, para que se les haga justicia? Ahí la pregunta, y quien sólo tiene la respuesta es el actual Gobierno de la morenista Evelyn Salgo Pineda, que, si bien ya se reunió con la dirigencia de nuestra organización, no ha dado avances a la investigación del asesinato de nuestros compañeros.
Conrado, joven luchador social que siempre vio por la gente para que cambiara su situación de vida, nos fue arrebato, así como su esposa Mercedes; lucharon de la mano y junto con sus compañeros de clase encabezaron esta lucha difícil, pero no imposible en el estado de Guerrero.
Ha pasado más de un mes del terrible asesinato de nuestros dos compañeros y de su pequeño hijo, y continúa impune porque no han sido detenidos los autores intelectuales y materiales de estos crímenes atroces, a pesar del clamor popular que exige justicia.
Esto se evidenció con las múltiples cadenas humanas que hizo el antorchismo en las capitales del país, desde Baja California hasta Yucatán, donde como, un solo hombre, los antorchistas pedimos justicia para nuestros compañeros que les quitaron la vida el pasado 12 de abril.
Conrado Hernández se desempeñó como líder en las colonias populares de Chilpancingo de Los Bravos, durante 10 años. Después de su trágico deceso, hoy la gente lo recuerda como un gran líder y resienten su ausencia, ya que a nadie le hacía un mal, al contrario, ayudó a las personas a cambiar su situación.
Por su inteligencia y sensibilidad, cuya única preocupación fue organizar y educar a los humildes, lo marcarán por siempre como un buen luchador social. Mientras que su querida esposa, Mercedes, así como su compañero, fue una luchadora social, con mucho talento para dirigir a los campesinos de la zona de La Cañada.
Eso eran y hacían nuestros compañeros, como bien lo vemos, ningún mal le hacía a nadie. Pero desde aquel sangriento 12 de abril, que a muchos nos quedará marcado, criminales bestiales les arrancaron la vida a tres personas inocentes y desde entonces a la fecha, el clamor de miles de mexicanos es el de justicia para Conrado, Mercedes y la de su pequeño hijo.
Ya que su muerte no fue normal y fue con saña, al grado de asfixiar a un menor. Por el pequeño, por sus padres, pedimos justicia, y decimos no a la impunidad en Guerrero, así como pronta resolución a este crimen que a todos nos pega por el simple hecho de que nadie merece morir y mucho menos como de una forma bestial como les hicieron a nuestros compañeros.
Compañeros antorchistas, no bajemos la guardia y sigamos clamando justicia, que donde quiera que estén nuestros compañeros, sepan que no descansaremos para que no haya impunidad en su asesinato, por tanto, no callaremos, porque el dolor de uno es el dolor de miles y de todo aquel que de una manera garrafal les fue arrebatado a ese ser querido.
Por lo pronto, nos vemos el 6 de junio, en Chilpancingo, donde miles de mexicanos conmemoraremos el “Día de los mártires antorchistas” con la misma exigencia: cárcel para los asesinos. No descansaremos no olvidaremos, y desde Yucatán seguiremos denunciando este crimen.
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