Tener el poder en sus manos para algunos es su gran ambición y para lograrlo recurren a argucias y a promesas, aunque estas sean inalcanzables, o a mentir, todo para que el poder se materialice a su favor. Esto parece que mantiene vivo y vigoroso al tirano.
En la política Mexicana podríamos poner muchos ejemplos de esos tiranos, que sin escrúpulos pelean a capa y espada por el poder político solo por la ambición de poder, de hacer su voluntad a su antojo y enriquecerse, jamás por una idea genuina de servir al prójimo, que se supone que ese debería de ser el interés que se persiguiera, o al menos eso es lo que se ha dicho con las palabras dulces de quienes pelean por un cargo público, quienes una vez que se sientan en el trono, estos políticos nefastos se quitan la chamarra de piel de oveja y se ponen la del lobo, para entonces sí empezar a gobernar con el látigo de la indiferencia y prepotencia.
En la Ciudad de México, los capitalinos han padecido muchos episodios en este sentido, por personajes que les endulzan el oído, que les prometen hasta las perlas de la virgen, que les juran que lucharán sin descanso por las causas justas y en contra de todos los males que los aquejan, como la miseria, inseguridad. Prometen que una vez que lleguen a tan anhelado cargo, los gobernados ya no sufrirán por culpa de la pobreza, por la falta de vivienda, de servicios básicos, sino que prometen la creación de una especie de edén en la tierra donde el sufrimiento ya no exista.
Pero la realidad ha sido abrupta para los casi 10 millones de capitalinos, pues muy recientemente, hace cuatro años para ser exactos, la misma cantaleta, el mismo personaje surgido de la nada prometía todo lo anterior expuesto, y una vez más le endulzó el oído a los electores y logró aplastarse en la silla del poder, y ahora funge como jefa de Gobierno por el partido Morena, otro que, por cierto, también surgió al vapor, por el berrinche de López, cuyo ingrediente principal es la práctica de las peores mañas de todos los partidos y que está integrado también por la escoria de los demás partidos, que una vez que ingresan a Morena les son perdonados todos sus pecados, pues son tocados por el manto sagrado del mesías de palacio.
Claudia Sheinbaum llegó a la ciudad con un nivel de aprobación alto y arrasando en las urnas, pues su campaña estuvo enfocada en presentarla como una científica, una mujer dotada de inteligencia que debido a su potencial tomaría las más acertadas decisiones para todos sus gobernados, sin embargo, hoy, a cuatro años de su fallida gestión, por no decir que desde el primer año, sacó a relucir el cobre, y una vez que López Obrador la nominara como la corcholata favorita para contender por la presidencia de la república en 2024, la señora ya no gobierna sino que desgobierna la CDMX, pues se la pasa en campaña electoral y ahora le ha dado por viajar y viajar a otros estados en busca del voto de aprobación de todos los mexicanos. La señora está empeñada en quedar bien con el de arriba, el de palacio, por lo que no rechista ninguno de sus designios, aunque estos a leguas se nota, son caprichos del señor.
La factura por todos los tropiezos que ha tenido la mandataria morenista le está llegando y muy cara en estas fechas, pues los capitalinos, cansados de tantos errores, de su nulo trabajo y esfuerzo en erradicar la pobreza que ha crecido como la espuma en su gobierno, y la inseguridad que nos castiga y atemoriza, y ofrecer un sistema de transporte seguro y eficiente, porque ahora no solo nos enfrentamos con un transporte en pésimas condiciones que antes no pasaba de dejarte varado por mucho tiempo, sino que a últimas fechas hemos entrado en una etapa de terror en el que subirse al Metro por ejemplo, es tarea de titanes, y quienes son los que se enfrentan a esta decisión de ingresar porque no tienen otra alternativa para transportarse, son precisamente los más pobres, justamente esos por los que prometió velar, mismos que 28 seres humanos han perdido la vida en el Sistema de Transporte Colectivo Metro; desde el accidente corrido en la línea 12, el 3 de mayo de 2021, hasta el más reciente ocurrido en la línea 3 en el que falleció una joven estudiante de arte de la UNAM.
Hoy, todos los desaciertos y la falta de decisión para dar mantenimiento oportuno y eficaz a todas líneas del Metro, le están cobrando factura a la mandataria, y los niveles de desaprobación crecen. Según la más reciente encuesta realizada por el medio El Financiero, revela que la jefa de Gobierno obtuvo el 51 por ciento de desaprobación entre los capitalinos.
Estos resultados se explican, en mayor medida, por el mal trabajo realizado por la política en el tema de seguridad pública y economía, rubros que por cierto en esta encuesta se revela que obtiene 69 y 68 por ciento en opiniones negativas.
En el tema candente del transporte público que desde 2021, año en el que sucedió la tragedia en la línea 12 y que en últimas fechas se han suscitado distintos accidentes que han cobrado más vidas humanas, la mandataria obtuvo un 46 por ciento de opinión desfavorable.
Ante la pregunta de ¿cómo califica la CDMX los trabajos para resolver el problema del Metro?, el 56 por ciento de los encuestados contestó que mal o muy mal.
El 37 por ciento de los capitalinos encuestados califica como mal o muy mal el trabajo realizado por la jefa de Gobierno ante el asunto del reciente choque del Metro en la línea 3 en el que perdió la vida una joven estudiante de la UNAM.
Ante la cuestionada campaña política anticipada de Claudia considerada por muchos como un error porque la señora deja de lado la solución de los problemas en la ciudad por andar hacienda proselitismo político, ante esto el 52 por ciento de los capitalinos opina que este reciente accidente debilita sus aspiraciones políticas.
Un bien le haría Claudia Sheinbaum a la ciudad y a los capitalinos mejor hacerse a un lado para que alguien que sí tenga las ganas y la visión de sacar a la CDMX de sus problemas, esto no ocurrirá, por supuesto, porque su ambición es gigante, por lo que obliga a todos los mexicanos más conscientes a que tomemos cartas en el asunto, y trabajemos activamente para que este tipo de políticos cuyo estandarte es la ineptitud y la soberbia salgan de escena, para abrir paso a uno verdaderamente emanado del pueblo que gobierne para el pueblo mismo.
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