Hay problemas que difícilmente se pueden manejar a la ligera, para ello siempre es importante conocer el origen de cómo surgen, la causa fundamental de ese mal, para corregirlos de fondo. Como para curar una gripe, se sabe que el principal factor es el cambio repentino de clima y se debe actuar en base al origen real para prevenirla o combatirla.
Ahora bien; la historia de nuestra sociedad se ha basado en cambios de sistemas políticos y económicos, mismos que en su debido momento se han reflejado en los problemas sociales; la pobreza de los más débiles, principalmente. La injusta repartición de la riqueza en el actual sistema que rige en el mundo y en nuestro país ha ocasionado males de los cuales sus efectos son graves, en algunos más, en otros menos.
En México, la pobreza y la necesidad de resolverla que tiene la población ha ocasionado la migración a otras ciudades o países más desarrollados en busca de una vida mejor, algo que es difícil encontrar al haber empleos mal pagados o peor aún desempleo, por ende, muchos buscan la vida que algunos llaman fácil, pero que en realidad es la más difícil, al quedarse en esa situación. Un claro ejemplo es la delincuencia, por querer buscar el pan de cada día para su familia, gran parte de la población recurren a la delincuencia con el robo a comercios, asalto a transeúntes, incluso a incurrir en homicidios.
La delincuencia organizada ha tomado las riendas del salvajismo que por naturaleza el humano tiene, induciendo a la población a integrarse en sus filas, ofreciendo a cambio una vida mejor. Esto es una grave consecuencia que origina la pobreza, la delincuencia es un grave efecto de ella.
El de los carteles del narcotráfico es un tema delicado que se debe estudiar a fondo, al igual que los efectos secundarios que han ocasionado a los mexicanos, el aumento considerable que ha tenido a largo de los años, y sobre todo en cómo influye el sistema de seguridad para erradicar o mínimo controlar la violencia que estos causan. Desde el sexenio de Felipe Calderón, expresidente emergido de las filas del Partido Acción Nacional (PAN), se ha querido combatir con más fuerza este mal, solo quedó en fracaso, pues su política de seguridad se basó en declararle la guerra a las agrupaciones delincuenciales y esto llevó a agudizar el problema. Fenómeno que se ha agravado aún más en los sexenios posteriores.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), indican que en el sexenio del panista se registraron, aproximadamente, 120 mil 463 muertes violentas, y en el de su sucesor priista, Enrique peña Nieto más de 150 mil, son números de sexenios concluidos.
Actualmente, con la administración de Andrés Manuel López Obrador, a finales del tercer trimestre de 2022 habían 132 mil 217 personas asesinadas en el país y aún no concluye, falta la tercera parte; a pesar de que el tema de seguridad fue una de las principales promesas del actual mandatario federal, quien prometió que no atendería la violencia con más violencia, sino que atacaría las causas y poniendo énfasis en programas sociales.
Pero eso de atacar las causas no está funcionando, porque después de cuatro años de la 4T tenemos más pobres que antes, y si la política social no está funcionando para los objetivos propios, tampoco está funcionando como complemento para el tema de seguridad.
Una de las conclusiones rescatables sobre las causas o la agudización del problema de inseguridad sería la de que López Obrador no es responsable de iniciar la crisis de inseguridad, de lo que sí es responsable es de agravarla y de continuarla porque a la misma estrategia le siguen peores resultados. Enfrentamientos, homicidios, feminicidios, secuestros son temas del día a día en los diferentes medios de comunicación, estados en donde la ciudadanía se sentía tranquila por la paz que reinaba, ahora sufre todo lo contrario, y no es que no existiera antes la inseguridad, si la había, pero no al grado que hoy se refleja, la percepción de inseguridad de los mexicanos fue de 64.4 por ciento en el tercer trimestre de 2022.
Es notorio que el gobierno ha sido rebasado por la delincuencia, y que la crisis de seguridad sigue en aumento, la estrategia gubernamental implementada lejos de dar resultados sólo está mostrando debilidad. Hay mucho por hacer, para extinguir el mal por completo, es un proceso complejo, pero no difícil, solo se requiere de la participación en conjunto de un país unificado, el mal no es la inseguridad, esto solo es un efecto, pero en lo inmediato se requiere de un plan que pueda controlar y disminuir los números que no son nada alentadores.
Al respecto, y termino con esto, cada sistema político, social y económico tiene males y muchos de ellos son provocados por su misma naturaleza, son fundamentales para que pueda seguir existiendo, y por ende surgen consecuencias con graves efectos, actualmente es lo que vemos en nuestro país. El gobierno sabe cómo se puede combatir en serio la inseguridad que se vive, pero no lo hace porque ellos también se benefician. Solo un pueblo unido puede terminar con el tema de la inseguridad, extinguiendo de raíz lo que provoca este mal social.
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