Al final no hubo sorpresas en torno al primer lugar. Con más del 99 por ciento de las actas computadas, este fin de semana Andrés Arauz, candidato del partido correísta Unión por la Esperanza (UNES), se impuso con el 32 por ciento en las elecciones presidenciales de Ecuador, aunque no le alcanzó para triunfar en la primera vuelta, por lo que tendrá que ir a una nueva elección en abril próximo ante el segundo lugar, donde sí se dio algo sorpresivo, ya que todo parece indicar que será ante el líder indígena Yaku Pérez, quien tuvo 20 por ciento de votos, superando ligeramente al candidato de la derecha Guillermo Lasso. Este escenario se replicó en las elecciones para la Asamblea Nacional, donde el correísmo será la primera fuerza y el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutic, que representa a los pueblos originarios, quedará como segunda.
De acuerdo con diversos analistas, hay grandes derrotados en esta jornada, como el candidato Guillermo Lasso, a quien todas las encuestadoras colocaban como rival de Arauz en el balotaje; y, por otro lado, el presidente Lenin Moreno, cuyo prestigio había quedado enterrado desde hace tiempo. En ambos casos, quedó en evidencia que la agenda neoliberal ya no convence a los pueblos castigados por gobiernos de derecha; en Ecuador, la mayoría de los votantes se inclinó por candidatos con un discurso ligado a la izquierda. Además de Arauz y Pérez, el candidato de centro izquierda Xavier Hervas tuvo una cosecha importante, al obtener poco más de 15 puntos porcentuales.
La irrupción de Yaku Pérez, quien canalizó políticamente las protestas indígenas de 2019, cuando Moreno intentó imponer un paquetazo neoliberal, cambia el escenario de la segunda vuelta ecuatoriana. Para algunos se trata de la disputa de dos modelos de progresismo, uno conservador, el correísta ligado a Andrés Arauz, y otro de carácter indígena, representado por el líder del partido Pachakutic. Con la derrota de Guillermo Lasso y la derecha tradicional que lo apoyaba, la diferencia, aseguran algunos medios, es de matiz, con dos agendas ligadas a la izquierda.
Sin embargo, no estoy seguro de que sea así. En primera instancia, no hay duda de que Yaku Pérez y Guillermo Lasso no representan los mismos intereses ni las mismas políticas, pero hay algo que los ha hecho coincidir en los últimos años: su aberración a Rafael Correa y su proyecto político. Podemos estar de acuerdo en que hubo insuficiencias durante su gobierno y también errores, pero no hay duda de que Correa lo hizo mucho mejor que la derecha y que su prioridad fueron los pobres. No es ninguna casualidad la coincidencia de Lasso y Pérez en este aspecto.
Desde mi modesto punto de vista, no hay duda de que Arauz representa los intereses del progresismo ecuatoriano. Y no hay que olvidar, como señaló el sociólogo argentino Atilio Boron, que Yaku ha sido un crítico acérrimo de los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, a quienes ha llamado dictatoriales y fraudulentos; asimismo, igual que Lasso, apoya la eliminación de los impuestos a la salida de divisas, demanda de los banqueros. Citando a Boron, "Pérez no critica al capitalismo ni plantea la necesidad de su superación histórica”. Por eso, no será extraño que toda la derecha ecuatoriana y su aparato mediático apoyen al dirigente indígena. El panorama para Andrés Arauz no se vislumbra fácil, y a pesar de eso, la posibilidad de que sea el próximo presidente de Ecuador es muy alta.
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