El tema del bullying o acoso escolar, no es algo nuevo, ya que los que se encuentran laborando en escuelas, saben bien a lo que me refiero, porque se vive constantemente. Anteriormente se podía tener un mayor control, siempre al inicio de los ciclos escolares, se realizaban reuniones con los padres de familia en donde se hacía mención del reglamento escolar, el cual se aplicaba debido a que se daban por enterados de las acciones disciplinarias que podían tener los estudiantes si cometían alguna falta, tanto dentro del aula de clases como fuera de la institución. Se citaban a los tutores quienes asistían inmediatamente y escuchaban las recomendaciones que daba trabajo social o el director, para ser claros, se involucraban los padres de familia y apoyaban para que los estudiantes pudieran tener una educación libre de violencia.
De acuerdo a Milagros Figueroa Campos, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, citada en el diario El Sol de Hidalgo, “el acoso escolar o bullying es un comportamiento deliberado y repetido en el tiempo para dañar a otra persona y ocurre en un contexto interpersonal, involucrando un desequilibrio de fuerza o poder. Se puede iniciar como un incidente en el aula o espacio escolar y la víctima comienza a ser objeto de burlas, apodos, exclusión social y frecuentemente de violencia física”.
En ocasión del Día Escolar de la No Violencia y la Paz, que se celebra el 30 de enero, se señala que, como consecuencia de este fenómeno las víctimas podrían empezar a desarrollar reacciones de tipo psicológico (ansiedad, insomnio, llanto, tristeza); psicosomáticas (dolores de cabeza o de estómago) y escolares (bajo rendimiento y ausentismo).
Existe también el ciberacoso, que es la violencia ejercida a través de medios electrónicos, se presenta desde hace tiempo, pero se intensificó durante la pandemia por la covid-19; es algo que no termina: en internet o en redes sociales digitales los jóvenes son intimidados, se publican sus fotografías que incluso ignoraban que se las habían tomado, se escriben mensajes denigrantes, situación que los obliga a cambiar el número de su celular o cuentas en plataformas virtuales.
En la actualidad existen jovenes sin límites, padres que se deslindan de los adolescentes, permitiendo de todo hasta faltas de respeto, maestros que se encuentran atados de manos al no tener un protocolo de actuación, ante la falta de autoridad que se les ha quitado desde hace tiempo. Por eso el acoso escolar ha aumentado considerablemente, el diario El Sol de la Laguna menciona que Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), hoy en día, México ocupa el primer lugar de bullying a nivel Internacional, afirmando que el 50 por ciento de los estudiantes mexicanos son víctimas de este tipo de acoso. De los antes mencionados, 40.24 por ciento dijo haber sufrido maltratos, 25 por ciento insultos y amenazas, 17 por ciento golpes y otro 44.7 por ciento violencia verbal, psicológicas y físicas. Porcentajes que sin duda resultan alarmantes para todo el país.
En México, 18 millones 782 mil alumnos de primaria y secundaria son víctimas de bullying, de acuerdo con un estudio de la OCDE, niñas y niños y adolescentes son agresores o víctimas de acoso escolar o bullying en primarias y secundarias, que se manifiesta con agresiones psicológicas, verbales o físicas, de una persona o un grupo de personas hacia una en particular.
Es en serio, que cuando sucede algo, la sociedad y nuestras autoridades educativas, regresan la mirada a los adolescentes, las escuelas, los maestros necesitan el apoyo de la sociedad y de las autoridades educativas, primeramente brindando protocolos de actuación que apoye a los docentes , más personal a los centros escolares que lo requieran, capacitación constante para que puedan actuar de la manera correcta, asesoría legal para el personal educativo, ya que se encuentran a la deriva, no solo cuando acontece un problema.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) y nuestras autoridades gubernamentales, solo regresan a ver la problemática que se vive en las escuelas, para dar una soluciones momentáneas y no de fondo o a largo plazo, lo que provoca que después se culpe a la escuela de todos los males, los maestros son los mas interesados en que los estudiantes convivan de una manera sana y libre de violencia, por eso el llamado a las autoridades correspondientes y a la sociedad en general, el trabajo en conjunto da un mejor resultado, por una educación, critica, científica y popular.
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