No cabe duda que la osadía de regreso a clases presenciales para el 30 de agosto por parte del Gobierno Federal, ha generado reacción en distintos sectores de la sociedad, con mayor razón porque se trata de niños y jóvenes, que aún les queda mucho camino por recorrer en esta vida y lanzarlos a un escenario como el que se avecina, donde se pone en riesgo su vida, se convierte en decisiones trascendentales.
Tal es el caso de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR), quienes han venido manifestando que las condiciones reales de cada estado para lograr un retorno seguro a las aulas; es decir, las condiciones materiales en que cada uno ha enfrentado la pandemia hasta ahora y qué posibilidades reales tiene, para afrontar una agudización mayor provocada por la aglomeración de estudiantes, así como el contacto con profesores, personal adimistrativo y padres de familia; tomando como referencia también, el avance en la vacunación.
Al respecto, en mi colaboración anterior, señalaba que de acuerdo a la Medición multidimensional de la pobreza 2018-2020, elaborada por el Coneval, para el caso de Oaxaca, el estudio arrojó que, una de las carencias que más creció en nuestro estado, fue el acceso a los servicios de salud, pues, pasamos de 16.3% a 36.9%, es decir, 20.6% de aumento, colocandonos como el estado con el más alto a nivel nacional, esto significó que 888 mil 200 oaxaqueños más, sufrieran esta carencia, llegando a un total de un millón 538 mil 900.
Dicha situación se ha venido agudizando más por la pandemia de Covid-19, ya que día con día las cifras de contagio, hospitalicaciones y defunciones crece. Tan solo este miércoles, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) informaron de 791 nuevos contagios para nuestro estado, llegando a 64 mil 850 casos acumulados. Para el caso de fallecimientos, se sumaron 33 nuevos decesos para llegar 4 mil 487 hasta este miércoles, después de la primera víctima reportada en nuestro estado, que fue el 29 de marzo de 2020. Todo esto ha provocado una ocupación hospitalaria del 73% al día de hoy.
Es en estas condiciones como se encuentra nuestro estado en medio de la pandemia, lo cual exhibe lo arriesgado que signica el retorno a clases de miles de niños, niñas y jovenes. Si bien, el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell ha manifestado que no hay evidencia científica para decir que los niños son un sector que no sufriría severas consecuencias por la patología de covid-19, el número de contagios y fallecimientos, de este sector, ha venido creciendo de manera constante. A pesar de esto, considero que todos los mexicanos coincidimos en lo urgente que significa que nuestra juventud mexicana, retome la educación, sin embargo, esto debe darse de manera ordenada y con las condiciones adecuadas posibles para evitar que se ponga en riesgo la vida de miles de infantes.
Dichas condiciones tienen que ir, desde la limpieza generalizada de las aulas, el abastecimiento de los insumos necesarios, sean estos gel, cubrebocas, sanitizantes; así también la implementación de pruebas rápidas de maner masiva a cada infante o joven, aunado a ello, la vacunación de los jóvenes mayores de doce años como lo ha indicado la Organización Mundial de la Salud (OMS); todo esto, cuando menos, es lo que debiera tomar en cuenta el plan de regreso a clases que pretende el Gobierno federal, de lo contrario, se confirmaría que su intensión de regreso a las aulas no es producto de la preocupación por educar a nuestros hijos, si no la presión de poder buscar reactivar la economía, a costa de la vida de gente inocente.
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