De acuerdo a cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 10 por ciento de los niños en el mundo, aproximadamente 160 millones, trabajan en lugar de ir a la escuela. El director general de esta organización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Gilbert Houngbo, señaló que, por primera vez en 20 años esta situación se ha incrementado. “El trabajo infantil rara vez se produce porque los padres sean malos o no se preocupen. Más bien surge de la falta de justicia social”.
Entidades que trabajan con infancia denuncian que 97 millones de niños y 63 millones de niñas realizan trabajos que ponen en riesgo su salud y sus vidas y hay un incremento alarmante de trabajo infantil en la franja de 5 a 11 años y alertan que el riesgo de trabajo infantil en zonas con crisis humanitarias y conflictos sociales es tres veces superior a la media nacional. Además, existe un número elevado que menores que sufren las peores formas de trabajo infantil, como la trata, la esclavitud o los niños obligados a mendigar.
Más de la mitad de todos los menores sometidos al trabajo infantil, cerca de 86 millones, se encuentran en el África subsahariana, de acuerdo a una investigación tanto de la OIT como del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). La mayor parte de los niños que trabajan en el continente africano y de hecho en todo el mundo, lo hacen en la agricultura.
En México, el 56 por ciento de la población entre 5 y 17 años trabaja en ocupaciones no permitidas, siendo su empleador un familiar, de acuerdo a cifras de la Encuesta Nacional del Trabajo Infantil (20199. La Ley Federal del Trabajo, en su artículo 175, define las ocupaciones no permitidas: en resumen, queda prohibida la actividad de menores de edad en establecimientos no industriales, después de las 10 de la noche, expendios de bebidas embriagantes, cantinas, tabernas y centros de vicio, trabajos susceptibles de afectar su moralidad o buenas costumbres, así como actividades peligrosas o insalubres.
Nuestro país, es el segundo país de América Latina con mayor nivel de trabajo infantil, sólo por debajo de Brasil. Cerca de 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes se encuentran trabajando y es el sector agropecuario donde se concentra la mayor parte de este trabajo, de acuerdo a cifras del INEGI. Y no se debe perder de vista que, un porcentaje importante de niños y niñas están sometidos a las peores formas de trabajo infantil, entre ellas, la explotación sexual con fines comerciales y a veces como consecuencia del trafico de drogas.
Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil en Guanajuato cerca de 195 mil niños, niñas y jóvenes de entre 5 y 17 años realizan trabajo infantil, que representa el 5.9 por ciento del total nacional, por lo que se ubica en sexto lugar. Además, se identificó que 89 mil niños y jóvenes realizan actividades domésticas en condiciones no adecuadas. Las autoridades estatales, como el DIF, aceptan y reconocen que este problema se incrementa en los municipios del corredor industrial pero también en algunos municipios donde hay trabajo agrícola, ya que familias enteras llegan a trabajar.
El titular de la Secretaría para la Reactivación Económica en León, Guillermo Romero Pacheco, aceptó que, aunque el trabajo infantil y la explotación laboral están penados, el comercio formal, los negocios familiares, las ladrilleras y los cruceros de calles, son puntos donde se puede observar a niños, niñas y adolecentes ejerciendo algún tipo de actividad económica. “La explotación que hay de niños en las calles para ejercer ciertas actividades, se debe castigar, porque eso es una actividad desde luego no permitida por la ley, estás cometiendo un crimen con la infancia”, expresó.
A raíz de la pandemia de Covid-19 se incrementó el trabajo infantil en varios de los municipios guanajuatenses como Irapuato, donde se duplicó el número de niños y niñas trabajando en las calles. Y no se debe perder de vista que, en 2020, Guanajuato fue la tercera entidad que presentó el mayor porcentaje de población de 5 a 17 años que no asistió a la escuela. En municipios como León, se ha hecho común ver a niños laborando en zonas de mercados o en cruceros vendiendo dulces, limpiando parabrisas o realizando malabares.
De tal manera que, aunque esta establecido el 12 de junio como Día Mundial contra el Trabajo Infantil con el objetivo de combatir la explotación infantil, la cual obliga a los niños a trabajar, negándoles todo derecho a la educación, salud y una vida plena para su desarrollo y bienestar integral, las políticas emprendidas por los tres niveles de gobierno no han logrado combatir de manera exitosa esta lamentable situación.
Alcanzar la emancipación infantil inevitablemente tiene que ir de la mano de la emancipación de la humanidad. La explotación del trabajo infantil, junto con el trabajo de las mujeres, es altamente lucrativo para los patrones y por ello se busca tener también aquí, un ejercito de trabajadores sin derechos y para quienes no se tiene ninguna obligación. La descomposición social, la pobreza y la violencia en todo el territorio nacional obligan al desplazamiento forzado de miles de familias que buscan terminar con su hambre y miseria.
Y hoy nuevamente, se usan fechas como la del 12 de junio, el 30 de abril y cada que hay procesos electorales, oímos a funcionarios y candidatos, junto con sus partidos, hacer promesas vacías acerca de la felicidad de la niñez. Pero la situación no cambiará mientras no haya un cambio de raíz, es urgente y necesario cambiar el modo de producción capitalista, luchando por el porvenir y edificación de una sociedad más justa y equitativa que sea capaz de hacer una distribución de la riqueza mundial y nacional en favor de los sectores más olvidados de la sociedad.
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