*El gobierno no los ayuda a construir aulas y escuelas en Nuevo Huitxtla
Tlaola, Puebla. En el año 2015, más de 134 familias poblaron la comunidad de Nuevo Huixtla, en el municipio de Tlaola, Puebla. Todos eran damnificados de la tormenta tropical Arlene y desplazados de su antigua comunidad, Huixtla, la cual tuvo que deshabitarse por el grave riesgo que corría ante deslaves o hundimientos que pudieran presentarse.
Ya instalados en sus viviendas, los pobladores se percataron de algo que seguramente las autoridades tampoco previeron, que no había escuelas, por lo que empezaron las gestiones para la fundación y construcción de estas.
Las autoridades decidieron proporcionar aulas móviles para que los niños estudiaran temporalmente, pero desde ese entonces, lamentablemente, ni las autoridades educativas, ni las municipales han avanzado en mejorar las condiciones de la infraestructura educativa.
De acuerdo con testimonios de los habitantes, hay tres escuelas operando en aulas móviles, el preescolar Yoloxóchitl, la primaria Francisco Sarabia y la telesecundaria Pablo Neruda, todas con múltiples necesidades y en condiciones deplorables. Tienen filtraciones de agua, incluso hay alumnos que deben tomar clases usando paraguas; en temporada de calor las altas temperaturas incomodan a los niños, quienes en algunos casos sangran de la nariz.
Además, no cuentan con sanitarios, por lo que los niños deben acudir a sus casas para usar el baño y aunque las aulas móviles están equipadas con aire acondicionado, este no funciona, y si funcionara tampoco se podrían utilizar debido a que no hay energía eléctrica donde están instalados.
Los padres de familia de los niños que acuden a las tres escuelas han hecho distintas gestiones, principalmente ante el Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCEE), pero la dependencia solo dio mantenimiento a las aulas por un tiempo y a la fecha no ha regresado con su personal. En cuanto a la construcción de las escuelas, la dependencia argumenta que no hay terreno adecuado para realizar la obra.
El presidente municipal de Tlaola, Jesús Viveros, donó un terreno que se compró con recursos del ayuntamiento, pero el acceso no está en buenas condiciones, además de que no se han entregado escrituras, que son indispensables para construir las aulas con la certeza jurídica necesaria.
Aurora Cabrera Cristóbal, del comité de padres de familia del preescolar, y Dolores Isabel Álvarez, madre de un alumno de primaria, señalaron que es urgente que alguno de los niveles de gobierno atienda esta problemática, con algo de humor dicen que hay alumnos que iniciaron el preescolar en los remolques, ahí también cursaron la primaria y la secundaria, en las mismas condiciones, y ahora que están en Bachillerato en sus remolques, pero no se ha logrado la construcción de las escuelas.
Dicen que sus gestiones han llegado desde el Gobierno estatal hasta la presidencia de la república. Y continuarán insistiendo hasta que se mejoren las condiciones donde estudian sus hijos. Por el momento, nadie les ha hecho caso.
El futuro de México, como algunos llaman a los niños, sigue intentando estudiar en sus remolques porque para la 4T no hay dinero para construir escuelas dignas: con aulas, baños, laboratorios, salas de cómputo, canchas y bibliotecas.
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