Tres meses han pasado desde que se suscitó una de las escenas más tristes nuevamente en la zona carbonífera de Coahuila: la muerte de 7 mineros en el municipio de Múzquiz que dejó en claro la impunidad en como laboran las empresas de carbón y el poco interés del gobierno para combatir la corrupción que allí se vive, también el sufrimiento de las familias que habitan en estos pueblos mineros. En su alrededor, las minas de Coahuila, documentan desolación, explotación, peligro y a la misma muerte que ronda en cada uno de los mineros que se adentran cientos de metros bajo tierra para poder sacar el carbón, el mismo que hace que haya electricidad en el país.
Adentrarse más de 100 metros de profundidad, permanecer en cuclillas entre diez y ocho horas, estar en riesgo de intoxicarse por gas metano y no poder protegerse la cara, principalmente los ojos porque el polvo de carbón es muy denso, también no poder usar tapones para los oídos por los fuertes ruidos que se generan dentro de la mina, pues eso podría impedir que escuches cuando un muro o represa se rompa por la presión del agua subterránea y todo eso por recibir un salario no mayor a los dos mil pesos semanales para llevar a tu casa, pues en resumen esta es la actividad diaria de los mineros en Coahuila, quienes constantemente están en peligro.
Los estados carboníferos de México son Coahuila, Sonora y Oaxaca donde se encuentran los principales yacimientos de carbón en todo el país, pero es principalmente Coahuila el que extrae cerca del 95% del carbón mineral de toda la república mexicana, mismo que se usa para generar electricidad en los hogares mexicanos, recordemos que el carbón es un combustible fósil y aproximadamente la mitad del carbón que se extrae en todo el territorio mexicano se usa para generar electricidad en dos centros carboeléctricos que son propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), estos se encuentran ubicados al norte de Coahuila en el municipio de Nava y son conocidos como central carbón I “José López Portillo” y central carbón II, también se encuentra otra en Guerrero en el municipio de La Unión de Isidoro, sin embargo esta última utiliza carbón importado de países como Colombia, China y Australia.
Existen dos formas de extraer este mineral, la primera de forma superficial, es decir quitando de la tierra cierto grosor del suelo hasta llegar al carbón y, la forma subterránea que es la más común en la zona carbonífera, básicamente los mineros entran por los conocidos “pocitos” abriendo posos de forma vertical varios metros bajo tierra para poder acceder al mineral y de esa forma extraerlo, existe otro tipo de extracción “artesanal” las cuevas hechas en las paredes de minas abandonadas o de terreros, es decir, restos de tierra de las grandes minas donde ya se había extraído carbón. Se les llama “minitas de arrastre” y son más peligrosas que los pocitos, estas son ilegales sin embargo son de las que más abundan en la región, una actividad sumamente peligrosa, ya que los depósitos de carbón se encuentran asociados a reservas de gas metano, donde las explosiones e incendios son mucho más comunes.
Electricidad por vidas
Los antecedentes de accidentes mineros sé remontan desde el siglo pasado, se habla por lo menos que desde ese momento han muerto cerca de dos mil mineros en toda la historia de la zona carbonífera de Coahuila, a causa de accidentes como derrumbes, explosiones e inundaciones; sin embargo, los hechos más recientes y dolorosos para la región fue el suscitado en el año 2006 con la muerte de 65 mineros en la mina pasta de conchos, desde ese momento la sociedad civil (esposas, madres e hijos de mineros) empezó a tomar conciencia sobre el riesgo y las condiciones en las que laboraban los mineros coahuilenses. Después de Pasta de Conchos, al menos otros 122 mineros han perdido la vida en explosiones, derrumbes o inundaciones.
El 7 de septiembre una mina de carbón cuya actividad se encontraba restringida por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social por no cumplir todas las normas de seguridad para los trabajadores, se derrumbó con cuatro obreros en su interior, y aunque permanecieron atrapados, fueron rescatados. Los mineros atrapados fueron: Andrés Noé Rocha Álvarez, de 29 años de edad; Hugo Daniel Rocha Tovar de 30; Carlos Ismael Martínez Segura, de 38; y Guadalupe Bernardo Morín Castro estuvieron en la excavación por varias horas, hasta aproximadamente las 10 de la noche cuando fueron rescatados por sus compañeros, con golpes y lesiones leves. De acuerdo con la organización Familia Pasta de Conchos, la carbonera Forma parte de la empresa Consorcio Minero AG y CIA S. A. de C. V., del ejido Obayos en el municipio de Escobedo, empresa que vende carbón a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de acuerdo con el portal oficial de la CFE la empresa Consorcio Minero AG y CIA S. A. de C. V. tiene un contrato por 35 millones de pesos para adquirir carbón mineral, es decir que en las minas de arrastre de Obayos donde quedaron atrapados cuatro mineros, extrae carbón para venderlo a la CFE.
El derrumbe, de acuerdo con información recabada por la Organización Familia Pasta de Conchos, ocurrió a las ocho de la mañana y dejó a cuatro mineros atrapados en la cueva de arrastre. El rescate, sin embargo, no se hizo sino hasta las 10 de la noche. Los mineros estuvieron atrapados alrededor de 14 horas, lo cual puso en riesgo sus vidas debido a la falta de oxígeno y los gases que se acumulan dentro de la mina.
La demora en el rescate se debió a que la empresa tardó en dar aviso del accidente, muy posiblemente tardaron en reportar el incidente para no ser acreedores de una sanción gubernamental, pues ya tenía una orden de restricción porque no pudieron constatar las rutas de escape que habían quedado establecidas como condición para comenzar a laborar; no habían sido construidas. Un mes antes, es decir en el 19 de julio otro siniestro en el municipio de Ocampo en la mina La Pasión, dejó como saldo dos mineros muertos y uno con lesiones graves; Según la fiscalía estatal, los mineros se encontraban en el yacimiento cuando se desprendieron piedras que los golpearon; uno de ellos, José Eduardo Mendoza Hernández, de 42 años, falleció al instante. Dos de sus compañeros fueron rescatados del tiro de la mina de plomo y zinc: Jesús Pinales Rodríguez, de 20 años, y José Jesús Ramírez García, de 56. Se les trasladó al centro de salud de la cabecera municipal, pero el primero falleció antes de llegar. Este fue el cuarto suceso en la región carbonífera en el que ha habido decesos en lo que va del año. En enero, un obrero pereció en una mina de carbón en Sabinas; en abril, en Cuatro Ciénegas, un trabajador murió aplastado en un derrumbe.
En junio, en la mina carbonera Micarán, ubicada en el ejido Rancherías, municipio de Múzquiz, siete trabajadores perdieron la vida. Las brigadas de rescate tardaron una semana en sacar los cadáveres. Días después, otro minero estuvo a punto de morir en un yacimiento de Escobedo, al caerle una piedra en la cabeza, lo cual lo dejó inmóvil y el último incidente registrado el 07 de septiembre en Escobedo que no dejo ningún minero muerto. En lo que va del año ha habido 10 muertes y 4 mineros atrapados en la zona carbonífera de Coahuila.
AMLO y su relación con el desastre minero
El presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, aseguró en su Tercer Informe de Gobierno que se está “atendiendo” el caso Pasta de Conchos, recordemos que octubre de 2020 firmó un acta de intención para la reparación integral de la tragedia en dicha mina, es decir que se iniciaría trabajos para rescatar los cuerpos de los mineros sepultados y dar indemnizaciones a cada una de las 65 familias. Además del rescate de los cuerpos, la reparación integral incluirá recursos para el mejoramiento de la localidad Nueva Rosita y el municipio de San Juan de Sabinas con obras a cargo de la Secretaría Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
El rescate de los mineros ha sido siempre la prioridad de las familias, se aseguró en el informe y el gobierno se comprometió a iniciarlo el 1 de octubre, sin embargo las familias de los mineros fallecidos no saben nada al respeto de los avances para que ello ocurra. El gobierno de la cuarta transformación no ha tratado con dignidad a todas las familias, en particular a los y las peticionarias ante la Comisión Intermediaria de los Derechos Humanos (CIDH), excluyendo de reuniones y eventos a quienes no son cónyuges, es decir madres e hijos, denuncio la organización Familia Pasta de Conchos a través de su cuenta oficial en Twitter.
52 viudas son las que han aceptado una indemnización sin rescate, y que no son parte de los quejosos ante la Comisión Interamericana, en el evento donde AMLO firmo la carta de compromiso en 2020 los familiares que presentaron la acusación ante la CIDH, y con quienes el gobierno propone dialogar, no estaban en el evento, sino afuera, protestando porque no los dejaban entrar. Una mamá, un papá, un hermano o una hija. Y las familias en general tienen tanto derecho a opinar y a recibir la justicia. El problema se agrava cuando la Secretaría del Trabajo ve esto como un tema de indemnizaciones, pero lo que se busca realmente es garantizar los derechos humanos. La demanda reparación del daño y de no repetición ante la CIDH es de las familias, no de las viudas solamente, esto es lo que organización Familia Pasta de Conchos pelea desde el 2006, la no repetición de los accidentes mineros.
En el sexenio pasado a cargo de Enrique Peña Nieto, en toda su administración ocurrieron solamente 30 muertes de mineros debido a accidentes, y en este sexenio con Andrés Manuel López Obrador van 10, pero en el de Enrique Peña Nieto se extraían 3.5 millones de toneladas de carbón, cuando en este sexenio se extraen cerca de 10 millones al año.
Daño a la salud y medio ambiente
Debido a la exposición del carbón en las minas, los mineros sufren una alta incidencia de cáncer de pulmón, padecimientos relacionados con el riñón, corazón, asma y otro tipo de enfermedades, las consecuencias llegan hasta las familias y las comunidades enteras; las partículas que se emiten por la actividad minera generan afectaciones graves como enfermedades respiratorias, neumoconiosis que se generan por inhalar polvo de carbón o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los más afectados por esto son niños, niñas, adultos de la tercera edad y mujeres embarazadas.
Coahuila lidera a nivel nacional en enfermedades e incapacidades producto de los trabajos en la minería, para el año 2019 en la entidad había registro de 22 mil 990 casos de empleados en riesgos de trabajo, donde se ocupa el octavo lugar, y de ese total, el 28.3 por ciento terminaron con una incapacidad permanente, siendo seis mil 504 en su totalidad; con ello, la entidad ocupa el lugar uno a nivel nacional. Otra enfermedad que sale de las minas de carbón, es la hipoacusia o sordera por ruido; los empresarios del carbón y los gobiernos locales señalan que el ruido es inevitable, pero no dicen, que en la mayoría de las minas no se les entregan protectores auditivos adecuados.
Tras mencionar el daño a la sociedad, también otro sector que se ve severamente afectado es el medio ambiente, la minería de carbón fragmenta los ecosistemas, destruye el suelo, modifica paisajes y daña el flujo natural del agua, lo anterior solo es efecto de la extracción de la piedra, al ser está quemada para producir electricidad, se generan contaminantes y gases que ocasionan afectaciones ambientales, como la generación de dióxido de carbono y monóxido, óxido de azufre y nitrógeno, material particulado y metales pesados.
Para darnos una idea de la magnitud de este daño, en 2019 las centrales carboeléctricas en el país, emitieron el 22 por ciento de los gases de efecto invernadero del sector eléctrico, pero únicamente en ese año generaron el 9% de la electricidad en México y por ende esto contribuye al cambio climático.
La región carbonífera de Coahuila abarca unos dieciséis mil kilómetros cuadrados al norte de la entidad. La conforman los municipios de Sabinas, San Juan de Sabinas, Melchor Múzquiz, Progreso y Piedras Negras; 90% de las reservas mexicanas de carbón yacen debajo de esta región.
Es evidente que en la medida en que no se actúe por parte del gobierno para resolver ese grave problema, las tragedias se seguirán presentando, el llanto de las familias mineras no cesará al incrementarse las cruces a flor de tierra, el trabajo de la minería en Coahuila y en México en general pone en primera línea a los valientes hombres que se adentran a sacar el mineral, pero después de eso, son las familias, los pueblos y el mismo medio ambiente quien también recibe afectaciones graves por la extracción de carbón y generación de energía.
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