Fue en octubre del 2019 cuando la dirigencia del Movimiento Antorchista de Quintana Roo, encabezada por su dirigente estatal Daniel Osorio García, sostuvo una reunión de trabajo con el gobernador, Carlos Manuel Joaquín González, en la que participaron varios secretarios de su gabinete.En dicha reunión, cordial y amena, fueron planteadas demandas que son muy urgentes de resolver para beneficio de más de 35 mil antorchistas del estado y también se llegaron a acuerdos para apoyar al campo, mejorar infraestructura y vivienda en las colonias humildes, así como ayudar a estudiantes de bajos recursos económicos.Ya se cumplió el año y nada de lo acordado con el mandatario estatal se hizo efectivo.
Los antorchistas están conscientes de las dificultades que aún siguen latentes por la pandemia de covid-19, estuvimos de acuerdo por las despensas y la reducción de las tarifas de energía eléctrica, pero, aun así, mientras los quintanarroenses no tengan empleos seguros, se hace más urgente que la autoridad estatal implemente medidas que proteja a los más de 100 mil desempleados y los más de 400 mil trabajadores informales que vieron afectados sus ingresos por la drástica disminución del turismo.
El Gobierno del Estado augura que la reactivación económica será lenta.No hay empleos porque la pandemia de Covid-19 causó severos estragos en la economía de la entidad; los efectos han sido confirmados por la Secretaría del Bienestar que estima que 373 mil 735 personas enfrentan escasez de alimentos, y que al menos 575 mil 568 personas viven en pobreza y 60 mil 314 están en condición de pobreza extrema.
Son datos duros y alarmantes.La gente del campo y la ciudad no pueden esperar más pues la situación de pobreza, desempleo, carencia de servicios, obra social, falta de vivienda, el nulo apoyo al campo, así como la tremenda situación de injusticia social que padecen los quintanarroenses y todo el país, preocupa y por ello el sentido del llamado fraterno que le hace el Movimiento Antorchista al señor gobernador Carlos Joaquín González.
Antorcha tiene una agenda planteada al gobierno del estado desde el 2019.Las demandas son diversas, pero en general se trata de programas al campo, mejorar infraestructura y vivienda en las colonias humildes, así como ayudar a estudiantes de bajos recursos económicos.
Y recientemente, a petición de los habitantes de Maya Balam, la dirigencia antorchista enarbola sus demandas más sentidas en la que piden la intervención del mandatario estatal para que se liberen a Pedro Ramos Diego y Cesar Jacinto González, encarcelados injustamente desde hace 9 meses por delitos que no cometieron y pese a que existen pruebas que comprueban su inocencia, las autoridades judiciales se niegan a dejarlos en libertad.Su detención es consecuencia del conflicto en el poblado de Maya Balam, organizado por los hermanos Miguel y Emiliano Calmo Cruz, quienes, sin duda alguna, están siendo protegidos por las autoridades a pesar de las denuncias que pesan en su contra.Nada se ha hecho para detenerlos.
Sin duda, las demandas ya abordadas y que son del conocimiento del Gobernador del Estado, deben ser atendidas con carácter urgente, pero al parecer no hay voluntad para cumplir.Cada una de las peticiones tienen el objetivo de aliviar la difícil situación de las familias pobres del estado, pero desgraciadamente no hay si quiera interés o cuando menos señales de voluntad política para resolverlas.
Los antorchistas dejan patente que preocupa mucho, sobre todo, la nula solución de acuerdos del gobernador Carlos Joaquín González.Se han llevado a cabo mesas de diálogo con funcionarios menores, pero solo ha sido pérdida de tiempo y reuniones estériles, pues nada, pero absolutamente nada, se ha resuelto de los acuerdos pactados desde hace un año con el mandatario estatal.
Por último, resta decir que el total silencio e indiferencia del gobierno del estado preocupa a los más de 35 mil antorchistas organizados quienes siempre han mostrado apertura al diálogo, y quienes también se han presentado a cuantas reuniones con los funcionarios de gobierno se han solicitado, pero no han encontrado soluciones.La pobreza es un gran flagelo y el ánimo de los colonos y campesinos organizados ya no está como para que se sigan prolongando la nula solución a sus peticiones.
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