Durante este mes, miles de jóvenes y sus familiares festejan la culminación de sus estudios universitarios. Sobresalen las emociones por encima de la realidad a la que se enfrentarán en los próximos meses los nuevos universitarios. La Secretaría de Educación Pública (SEP)no dispone de datos respecto a cuántos nuevos profesionistas se sumaron en este ciclo escolar en el país, lo que sí es un hecho, es que el panorama laboral será complicado.
De acuerdo a las conclusiones del 9º Congreso Internacional de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey (CIIE), realizado a finales del año pasado, puso sobre la mesa “cinco tendencias a vigilar en 2023”. Entre ellos, es que la pandemia de Covid-19 impuso nuevos retos, como la aplicación de recursos tecnológicos hasta la vigilancia de la salud mental de alumnos y docentes.
Además, la aplicación de un Enfoque STEAM. “Los programas STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas por sus siglas en inglés) tendrán un aumento importante en 2023”. Y es que, según el Buró de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, los oficios que requieren formación STEAM crecerán un 8% rumbo a 2029. Como ejemplo, cita a empresas de alcance global como Bayern, quienes empiezan a mostrar una intención en participar de esta tendencia. “La compañía de origen alemán invertirá 1.5 millones de dólares para la educación STEAM. Toyota también invirtió 1 millón para el desarrollo de estos programas en escuelas de educación superior estadounidenses”, son algunas de las conclusiones del congreso.
A finales de junio, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior de la República Mexicana (ANUIES) realizó su Asamblea Nacional de este Órgano Colegiado, ahí, frente a los rectores de las universidades del país, el secretario general de la ANUIES, Luis Armando González Plascencia afirmó que “hoy México reclama que de sus instituciones de educación superior, emane una nueva ciudadanía, capaz de proyectarse, bien cimentada en nuestras raíces, hacia el mundo global del que formamos parte”.
En el mismo foro, a través de una videoconferencia, Francisco Luciano Concheiro, Subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública, señaló “que para el gobierno de México la educación es prioridad y la vinculación que realiza la asociación con las universidades es esencial para lograr el impulso del sector educativo de nuestro país”. Resaltó los esfuerzos de las instituciones asociadas en beneficio de la educación, su trabajo es fundamental porque estimula el talento y fortalezas de los estudiantes y académicos para ampliar sus horizontes.
Lo anterior, deja ver el contraste que existe entre lo que requiere la industria y lo que “proponen” las autoridades en México. Mientras que otros países están enfocados en preparar a sus estudiantes en ciencias y tecnologías, en México, no se habla más que de intenciones. El clásico discurso de las autoridades de la SEP que cada año nos recetan, como la “vinculación”, los “estímulos al talento”, entre otros, de dar un paso hacia lo concreto, nada.
La asociación civil México cómo vamos identificó que durante el primer trimestre de 2023 se agregaron 423 mil 384 puestos de trabajo al registro del IMSS, el cual se cumplió con la meta programada por el gobierno, de crear cien mil puestos de trabajos por mes. Aunque, “si se analiza la tendencia de crecimiento previa a la pandemia, se observa un déficit de casi un millón de puestos de trabajo”.
A pesar de la creación de fuentes de empleos, no se especifica si entre los puestos de trabajo, se integraron los recién egresados de las universidades. Como es sabido, la mayoría de los empleadores desconfían de los jóvenes que recientemente concluyeron sus estudios, solicitan experiencia laboral, entre otros requisitos. Por lo que se puede afirmar, que la mayoría de los egresados carece de empleo.
Ante esta situación, es urgente que el gobierno de la Cuarta Transformación destine mayores recursos para la educación superior, pero sobre todo trabaje para atraer nuevas inversiones. Se ha demostrado que el programa de Jóvenes construyendo el futuro no funciona, y es un desperdicio de dinero.
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