Desde hace semanas, en el país se ha hecho el llamado por una tercera ola de Covid, donde se pide a la población continuar con las medidas necesarias para evitar la propagación y decesos. Esta nueva situación causa incertidumbre entre los mexicanos, debido a que son varias las razones que le motivan a tener ese miedo a una nueva ola de enfermedad:
El virus se ha vuelto más agresivo y ha mutado (la nueva variante B117 que es más contagiosa en un 70%), lo que implica más riesgo para toda la población.
La aplicación y la lenta distribución de vacunas que el Gobierno Federal que ha implementado por todo el país, solo el 19% de la población ha tenido acceso a la vacunación que con tanto bombo y platillo anuncia el gobierno.
Las medidas aplicadas por el gobierno que desde el inicio de la pandemia no han sido ni siquiera acertadas en lo más mínimo para evitar una tasa de muertes históricas, con más de 275 mil muertes por Covid-19. Muchos mexicanos vuelven a temer, porque los médicos aun no cuentan con los implementos necesarios para hacerle frente a la pandemia, la saturación de hospitales que en la pandemia fueron punto crítico y la causa de miles de decesos en varios estados de la república. En días pasados el sub secretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, decía en el show matutino de todos los días en la sección a su cargo denominada “El pulso de la salud” que la tasa de mortandad en esta tercera ola sería del 2%, y con este buen augurio se vitoreaba. Pero recordemos sobre las ya famosas declaraciones de este “famoso” secretario, cuando decía que el presidente no podía contagiar en caso de llegar a estar infectado porque “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio” ¡imagínelo usted!, también dijo que, en el pico más alto de la pandemia, solo llegarían a haber 60 mil muertos por esta enfermedad, en el caso más grave, y ya vamos en más de 275 mil y contando.
En esta temerosa situación estamos todos los mexicanos, mientras el gobierno federal ha estado poniendo atención en otros temas que no son de importancia vital como sus famosas consultas que se aplicaron en días pasados para hacer juicio a los ex–presidentes y que tuvo un costo de 528 millones de pesos, el gasto es innecesario para alguien que debería de saberlo que a la ley no se le consulta, se le aplica y punto.
La absurda idea de volver a las clases presenciales para el inicio del nuevo ciclo escolar representa un riesgo para los docentes (que, aunque tengan la vacuna corren el riesgo de contraer la enfermedad) y el alumnado, y este último ni siquiera está considerado dentro de la población a vacunar, Dejando a los padres la responsabilidad de que sus hijos asistan a clases o no. Vaya manera de lavarse las manos que el mismo poncio pilatos envidiaría. La grave de la pandemia y la situación actual por la que atraviesa el país ha dejado de ver que las preocupaciones presidenciales son otras y que solo se está empecinando en resolver caprichos individuales y locuras que no han sido de ningún beneficio para el país (Por ejemplo, la famosa visita del presidente a Badiraguato, Sinaloa, tierra de Joaquín Guzmán donde no habrá medios presentes en la visita presidencial). La falta de preocupación para el gobierno federal en las cuestiones de vital importancia para los mexicanos es muy clara no atiende las necesidades, pero, lo más lamentable, es que no tiene intenciones de hacerla.
Los mexicanos nos encaminamos a una dictadura por parte de este gobierno en curso, donde no se atienden las cuestiones de vital importancia para el país. Si los mexicanos no nos organizamos y nos decidimos a cambiar el rumbo de nuestro país, ¡Que dios nos agarre confesados!
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