El brote de inconformidad y de protesta nace cuando el obrero siente en carne propia lo que otros trabajadores ya han vivido o están padeciendo y de ahí al mismo tiempo su sensibilidad para adquirir una buena dosis de solidaridad y fraternidad para con sus semejantes; y desde luego que esto no es nada fácil para el obrero porque ha sido formado en un entorno social lleno de egoísmo e individualismo y es lo que le impide muchas veces hacer suyos los padecimientos de los demás.
Hay muchos factores incluso que evitan que el obrero entienda su explotación y entre ellos está la falta de cultura, el vivir siempre prisionero de sus problemas, el sentir que está solo y que nadie piensa en él, etc., etc., de aquí nace también la actitud de sumisión, de sentirse perdido al intentar luchar por su familia, al intentar exigir un incremento salarial y pensar que no se lo darán porque solo él lo está pidiendo, esta actitud de sumisión repito, ha hecho que todos los patrones y gobierno en complicidad con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) siempre le impongan un salario que está muy por debajo de sus necesidades, en este año 2021 por ejemplo, solo gana 141.7 pesos diarios y aunque el objetivo del gobierno actual según, es que llegue a 240.46 pesos diarios para el 2022, incrementándolo cada cierto periodo un 18%, lo cierto es que esto está en función de otros factores y condiciones que no se darán fácilmente mientras vivamos bajo el sistema neoliberal y que el trabajador desconoce cómo es también el movimiento de la economía nacional y mundial incluso, esto en primer lugar; en segundo lugar y aunque estos factores influyan para que no tenga un salario decoroso, lo cierto es también que él, como verdadero productor de todos los bienes materiales es el primero que debería estar bien alimentado y saludable, pero esto ya no depende de él, sino de los que mandan en este país, que son los patrones y el gobierno en turno que los solapa y se vuelve cómplice de ellos para que no se les pague un salario digno, aunque muchas veces estos gobiernos digan lo contrario.
De aquí entonces la gran importancia de que los obreros se conviertan de sumisos en insumisos, tienen que dar este salto cualitativo y cuantitativo también, tienen y deben de adquirir una cultura política de acuerdo a sus intereses y sus derechos, aunque esta cultura no la tendrán fácilmente por cuenta propia pero sí la pueden obtener si se deciden verdaderamente a convertirse en insumisos para poder organizarse y apoyarse en una verdadera organización como son los sindicatos, pero un sindicato de corte proletario y no como los que existen actualmente, ésta es una tarea que no realizarán solos pero sí con esa organización y que se llama Confederación Revolucionaria de Trabajadores (CRT); esta organización los invita para organizarse y adquirir esa cultura que tanta falta hace a todo el proletariado mexicano, ese proletariado que vive sumisamente y que no ha querido despertar por temor a conocer su verdadera realidad, pero que lo está golpeando brutalmente, ¿cómo? Ahí está la pandemia, el desempleo, los despidos, el cierre de empresas y microempresas, sus hijos se están muriendo, algunos informes dicen incluso que el 94% que han muerto por la pandemia son trabajadores, otros más ya entraron al camino de la drogadicción, es fatal esta situación, por lo tanto, el obrero tiene que despertar ya, tiene que ponerse de pie, tiene que revelarse, que nada lo doblegue para ser ejemplo de otros y lo sigan, se organicen como clase social y juntos podamos tener un nuevo gobierno realmente defensor de los intereses de los que mantienen a este país, como son los obreros.
Abandonemos la sumisión y seamos más insumisos, protestemos por los derechos de todos los trabajadores sin distinciones ni discriminaciones, rompamos el silencio y que nuestra voz llegue hasta el cielo, para que en la tierra haya una verdadera justicia social para todos los marginados de esta patria, que así sea.
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