En medio de las maniobras distractoras del Gobierno morenista como la revocación de mandato del presidente López Obrador, no podemos ni debemos olvidar aquellos discursos optimistas de Morena que aseguraban que la inflación era solo temporal, que no habría más incrementos de precios. También desde las mañaneras de Palacio Nacional se aseguró que no incrementaría el precio de las gasolinas a pesar del alza de los precios de los hidrocarburos ocasionado por el conflicto entre Rusia y Ucrania, entre otros discursos tranquilizadores, pero sin sustento y evidentemente falsos.
La realidad echa por tierra el desgastado optimismo presidencial. En días recientes se dio a conocer que las Naciones Unidas advirtió, los precios de alimentos ya se encuentran en máximos históricos, podrían aumentar otro 22% a medida que el conflicto bélico interrumpe el comercio y reduce las cosechas futuras. Ucrania y Rusia juntas representan más de un décimo de todas las calorías comercializadas a nivel mundial, y esos flujos se han visto interrumpidos desde que estalló el conflicto a fines del mes pasado.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reveló. el aumento de los costos de producción implica que otros países solo podrán compensar en parte la reducción repentina y pronunciada en las exportaciones de granos y girasol del Mar Negro en la próxima temporada 2022-2023. Es probable que eso impulse los precios internacionales de alimentos y forraje animal un 22% más y que siga existiendo una brecha de suministro si la guerra persiste y la energía sigue siendo cara.
Las posibles interrupciones en las actividades agrícolas de estos dos principales exportadores de productos básicos podrían aumentar gravemente la inseguridad alimentaria a nivel mundial. Los precios internacionales de alimentos e insumos ya son altos y volátiles.
En México, aunque el conflicto sea lejano está golpeando a las industrias y no como dice el presidente que al país no le pasará nada porque esos países están muy lejos, pero es otra mentira presidencial más. Veamos: de acuerdo con información publicada el pasado 04 de abril en el diario Mural, la escasez y el encarecimiento de insumos y materias primas como consecuencia del deterioro de las cadenas de suministro y la logística mundial por la pandemia de Covid-19, se han agravado con la guerra en Ucrania. La Cámara de la Industria Alimenticia de Jalisco (CIAJ) informó, el sector alimentario identificó desabasto de aluminio para empaques, cartón, tapas y materiales para etiquetas. Los aceites vegetales se han encarecido 38%, el gas natural hasta un 30%, y la harina de trigo hasta 14.2%.
Los mexicanos estamos afrontando, la peor inflación en 21 años, que no se debe esencialmente a la pandemia ni al conflicto bélico, pues éstos solo han venido a dejar al descubierto con toda su crueldad lo que se venía viviendo en las últimas décadas, pero ahora gracias al Gobierno de Morena, no tenemos fondos de estabilización ni fideicomisos, no tenemos colchón protector para afrontar las consecuencias de la escasez y el alza de los precios de alimentos, que han alcanzado máximos históricos.
A nadie se le escapa que debido a la errónea reorientación de la inversión pública a sólo la construcción de las tres inútiles mega obras; la entrega de dinero en efectivo con fines electorales a sólo un sector de la población; el derroche de recursos de los fondos de estabilización ahorrados por años; el desmantelamiento de fideicomisos esenciales para el desarrollo de la ciencia o el cuidado de las familias damnificadas por los desastres naturales; el mal manejo de la pandemia que impidió el apoyo a las pequeñas y medianas industrias que provocaron un desempleo que no se ha recuperado.
De igual manera, el apostarle a Pemex y a CFE, dos empresas que son insolventes, entre muchas otras cosas, han dejado a nuestra economía vulnerable y que la oferta del presidente de crecer al 5 o 6% no se va a cumplir, pero lo peor, es que los precios de los productos se van a seguir incrementando y cada vez con menores posibilidades de controlarlos, por tanto, eso de que la inflación sería sólo temporal, es falso, y seguirá durando más.
Asimismo, los precios de los combustibles se han incrementado significativamente. Al tiempo que el precio de los fertilizantes se ha elevado, por tanto, el precio de los alimentos y de los bienes y servicios que se mueven por vía terrestre aumentarán y las medidas que anuncia el Gobierno federal no serán suficientes para bajar la inflación y es muy seguro que los mexicanos con nuestros bolsillos, sigamos afrontando precios de alimentos, en máximos históricos. Todo ello se lo debemos a la 4T y Morena.
Faltan un poco de más de dos años para que culmine el presente sexenio y se prevé que lo peor falta por venir. La reforma energética, entre otras que está impulsando el presidente López Obrador no traerán ningún beneficio para los pobres, todo lo contrario, los mexicanos pagaremos más por el consumo de electricidad, basta preguntarnos qué pasó con el tan publicitado Gas del Bienestar.
Es obvio que la salida no es fácil como Morena y AMLO les hicieron ver a los electores en 2018 quienes, confiando en personajes producidos por la propaganda, creyeron en las promesas de falsos redentores y ya estamos viendo a donde fuimos a parar. La liberación del pueblo tiene que ser obra del pueblo mismo. La experiencia del mundo enseña que se requiere de la participación activa del pueblo, de su protagonismo. Para la liberación de los oprimidos no hay caminos fáciles, no basta acudir a las urnas solo a ejercer un derecho ciudadano. La verdadera solución está en que los trabajadores del campo y la ciudad se organicen y luchen.
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