Los datos referentes a lo que ocurre en EE. UU., son alarmantes en extremo. En 2020, se quitaron la vida 3 mil 681 hispanos, la mayoría mexicanos, según un informe de la Universidad Estatal de Nuevo México. Los suicidios aumentaron en 71 por ciento respecto a los datos de 2010 (El Sol de México, nota de Roxana González, del 27 de agosto).
El estudio tomó como base la Encuesta Epidemiológica Nacional sobre Alcohol y Condiciones Relacionadas que destaca que “esta es una escalada importante y desproporcionada dado el aumento en el tamaño de la población frente al aumento en las tasas de suicidio”, pues la población creció 25 por ciento en el periodo y los suicidios aumentaron el 71 por ciento.
“Más de 300 adultos hispanos que no pertenecen a la tercera edad mueren por suicidio cada mes”, los métodos de suicidio más comunes entre los adultos mexicanos en la Unión Americana fueron el ahorcamiento, las armas de fuego y el envenenamiento (Item).
Respecto de las causas de suicidio el estudio dice que “a pesar de lograr un mejor nivel de vida al llegar a Estados Unidos, los hispanos, en este caso los mexicanos, no se adaptan a la cultura estadounidense y extrañan su país”. Detalla que sufren “experiencias de prejuicio y discriminación”… por “el clima político y social reciente” dado que “se les ha etiquetado como violadores o delincuentes”. Agrega el informe “sólo entre 2016 y 2018, los delitos de odio contra los hispanos aumentaron 39 por ciento, de acuerdo con datos del Buró Federal de Investigaciones (FBI)”.
El estudio destaca otros dos factores para explicar el incremento de los suicidios en los últimos años, por una parte “la implantación de medidas contra la inmigración y el aumento en las tasas de arrestos en la frontera con México empeora la salud mental de los adultos hispanos, quienes desafortunadamente enfrentan secuestros, violaciones y asesinatos durante su trayecto hacia Estados Unidos, lo que representa riesgos de por vida para problemas de salud mental”. Además, una vez que llegan a su destino se encuentran con el subempleo crónico y la falta de acceso a la atención médica.
El problema es mayúsculo si tomamos en cuenta que, según datos de la revista Nexos publicados por Ana Gabriela Hernández el 4 de mayo, “actualmente hay 45 millones de inmigrantes de origen mexicano”. Por ello es urgente buscar las causas de este desastre.
Dicen los que saben sobre suicidios que: “La idea suicida puede ocurrir cuando una persona siente que ya no es capaz de hacer frente a una situación abrumadora. Esto podría ser como resultado de problemas financieros, la muerte de un ser querido, el final de una relación, o una enfermedad o afección de salud debilitante”. (https://www.medicalnewstoday.com › ideación-suicida).
Entonces es la impotencia ante los problemas que se enfrentan lo que los orilla a quitarse la vida. Salieron de una situación desesperante en México, porque la falta de empleo y los salarios miserables hacían imposible trabajar y vivir en nuestro país; arrostraron mil y un obstáculos en su búsqueda del ‘sueño americano’, trabajaron sufriendo humillaciones y discriminación y, finalmente se encuentran con que fueron engañados, el ‘sueño americano’ sólo está al alcance de los WASP (White Anglo-Saxon Protestant), es decir, de una ínfima minoría.
Resulta que el sueño americano solo es propaganda para engañar a incautos, y la difunden ampliamente los gobiernos de los dos países: EE. UU. para atraer mano de obra barata, y el de México para bajar la presión social del descontento.
Eso explica que las tasas más altas de suicidios se den “entre los adultos hispanos que no son adultos mayores en 2020. Los estados que encabezan la lista son también en los que más mexicanos registra la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), como Texas, con 805 suicidios en 2020, seguida por California con 780”, como indica el mismo estudio.
¿Qué van a decir las estadísticas de suicidios de los años 2021 y 2022? Una vez que fueron azotados por la pandemia de coronavirus y el gobierno gringo los abandonó a su suerte, y ha recrudecido la persecución a los inmigrantes. El lacerante problema solo se puede resolver con la organización de los mexicanos y una lucha incansable, científicamente dirigida, hasta tomar el poder político y hacer de nuestra patria un territorio donde valga la pena vivir.
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