Las colonias Margarita Morán se han convertido, en poco más de 12 años, en un importante polo de desarrollo social situadas al sur de la capital del estado, la lucha de sus habitantes dirigida por el Movimiento Antorchista ha permitido la construcción de una colonia modelo en cuanto al bienestar de su población, pues cuenta con todos los servicios indispensables para una vida digna, escuelas de nivel básico, un complejo cultural y deportivo de primer nivel y amplias áreas verdes para esparcimiento de sus habitantes. Los antorchistas nos sentimos profundamente del fruto de nuestro trabajo y queremos que más gente lo conozca, por eso buscamos que nos acompañen este fin de semana, porque no exageramos al afirmar que lo que hemos hecho en este rinconcito de patria es lo mismo que queremos para el país entero, para mejorar la suerte de las clases trabajadoras de México.
Al mismo tiempo, la Feria de las Margaritas será una muestra de que el Movimiento Antorchista sigue vivo y actuante, que la organización popular es el arma más poderosa de los mexicanos para transformar el país de raíz.
De todos es conocido que desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena arribaron al gobierno mexicano, en 2018, se inició una cruzada frontal en contra de los derechos de organización, gestión y libre manifestación que la constitución del país consagra a favor de los mexicanos en sus artículos ocho y nueve.
López Obrador y Morena acusaron, sin ninguna prueba, a las organizaciones sociales de corruptas, mocheras e intermediarias en la entrega de recursos y programas gubernamentales a la gente; con particular saña arremetierom contra el Movimiento Antorchista, acusando de manera calumniosa a la organización y a muchos de sus integrantes de diversos delitos para crear un clima de linchamiento social y de desprestigio contra los antorchistas.
Tal persistencia, como lo señalamos oportunamente los antorchistas, tenía como propósito atomizar la fuerza organizada de los mexicanos humildes y, lo que es peor, desmovilizarlos con la intención de que no protestaran ni lucharan en contra de las carencias y penurias que día a día sufren en sus centros de trabajo y en sus colonias y pueblos.
El presidente López Obrador utilizó todos los reflectores de los que dispone para llamar, una y otra vez, a los mexicanos a conformarse con su situación de pobreza y a contentarse con las dádivas que su gobierno les da en forma de programas del Bienestar, es decir, los invitó a renunciar voluntariamente a sus derechos constitucionales, para no verse él en la necesidad de eliminarlos de la Carta Magna, aunque para el caso fuera lo mismo.
Con el pueblo trabajador atomizado, sin fuerza organizada que lo representara y defendiera sus intereses, el presidente y su partido esperaban tener manos libres para disponer del erario público a su antojo, gastar el dinero de los impuestos en sus obras caprichosas, comprar conciencias para ganar elecciones fraudulentas, hacer negocios turbios al amparo del poder, fortalecer la presencia militar en el país, tolerar el empoderamiento de la delincuencia y conducir a México, sin ninguna resistencia, hacia una dictadura unipersonal, mucho más represiva y condescendiente con las clases privilegiadas que los 70 años de dictadura perfecta priista.
El tiempo nos ha dado la razón. Mientras el proceso de concentración del poder del país avanza, también se profundiza el proceso de liquidación de los derechos sociales en favor de los mexicanos. El catálogo de estos continúa intacto en la constitución, por el momento, pero es sólo apariencia, pues en los hechos se les ha negado a los mexicanos más humildes las partidas presupuestales indispensables para ver resueltas sus necesidades de vivienda digna, escuelas y hospitales de calidad, carreteras y caminos en condiciones óptimas, apoyos a la producción del campo, espacios para la recreación deportiva y el esparcimiento cultural.
No hay tampoco medicinas y medicamentos para curar las enfermedades graves, seguro popular para la población, ni más empleos ni mejores salarios; crecen en cambio la desigualdad social, los muertos por la violencia, la miseria más lacerante, el número de mexicanos sin estabilidad laboral ni económica y problemas de todo tipo en los pueblos y colonias populares de todo el país.
Ante este desastroso panorama nacional y ante los intentos cada vez más descarados de conducir al país hacia una dictadura es que los antorchistas sostenemos que es más urgente que nunca llamar al pueblo trabajador a organizarse para luchar por una transformación profunda y verdadera de la situación del país, por ello es que consideremos que tiene mucha trascendencia llamar a la unidad del pueblo en estas circunstancias.
La Feria de las Margaritas será una reafirmación en Xalapa de que el Movimiento Antorchista es una organización enraizada en lo más hondo del corazón del pueblo mexicano, genuinamente popular; será también una invitación a todos los que quieran asistir a que vean lo que el trabajo del pueblo organizado puede construir en poco tiempo, puesto que las colonias Margarita Morán son un ejemplo de desarrollo social y humano y, principalmente, será una declaración enérgica de que los antorchistas no hemos renunciado a nuestro ideal profundo de transformar a México en una nación rica, próspera y justa con todos sus hijos. A ello convocamos al pueblo xalapeño, ojalá respondan a la invitación.
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