Para evitar que nos llamen críticos a posteriori, debo aclarar que antes y después de las elecciones extraordinarias para elegir gobernador en el estado Puebla, debido al fallecimiento trágico de la gobernadora constitucional Martha érika Alonso, y de su esposo el senador Rafael Moreno Valle Rosas, el Movimiento Antorchista Poblano sostuvo y sostiene que Miguel Barbosa Huerta era un pésimo candidato y un peor gobernador; que ya en el poder, Puebla transitaría la noche más larga y tenebrosa de su historia. Su opacidad en el desempeño como senador de la República; las acusaciones de enriquecimiento inexplicable por parte de sus propios correligionarios morenistas; su campaña fundada en llamados vacíos, tanto de contenido como de compromisos, sin decir qué proponía para el bienestar de los poblanos y cómo lograrlo; sus declaraciones viscerales y llenas de odio contra los que no comulgan con sus ideas, todo ello nos permitió afirmar sin ninguna duda que a Puebla le esperaban cinco años del mal gobierno. Han transcurrido 18 meses, año y medio de ejercicio gubernamental barbosista, y la realidad ha venido a demostrar que teníamos y tenemos toda la razón del mundo.
La página digital revista32.mx, dio a conocer la encuesta realizada por Arias Consultores durante el mes de diciembre, cuyos resultados son los siguientes: el 73.4% de los encuestados desaprueba el desempeño del gobernador Miguel Barbosa, un l0.6% lo aprueba y el 17.3% se dijo indiferente. El 85% de las personas en edad de votar no tienen confianza en el gobernador morenista. Otro dato interesante que maneja Arias Consultores es que, en la calificación promedio por partido político, ocupan el primer lugar, con el 33.4%, los gobernadores emanados del PAN; con el 32.6%, se colocan en segundo lugar los emanados del PRI, y con el 27.1% se ubican en tercer y último lugar los emanados de Morena.
Miguel Barbosa, en su desempeño como gobernador, ocupó nuevamente el último lugar de la evaluación. Las nada despreciables razones que explican tan reprobatorias calificaciones, según Arias Consultores, pueden encontrarse en los siguientes reactivos, pero que, agrego yo (ECM), explican no únicamente las bajas calificaciones de todos los gobernadores morenistas, sino también el malestar de la población nacional con el gobierno de la mal llamada "Cuarta Transformación” (4T): el 89.3% de los poblanos se sienten inseguros de vivir en el estado, mientras que el 79.6% también califican como mala la seguridad pública; el 74.3% consideran que los servicios de salud en el estado son malos; el 75% de las personas encuestadas piensa que la situación económica y las condiciones de trabajo en Puebla son malas. El 74.3% considera que la situación de la obra pública también es mala, y el 78.2 % descalifica el combate a la corrupción.
Consulta Mitofsky, en encuesta realizada durante el mismo mes de diciembre, dice que Miguel Barbosa Huerta ocupa el lugar 31 de 32 gobernadores y gobernadoras que hay en el país con el 34.3% de aceptación y 62.8% de desaprobación. Gobierna un estado con una población de 6,168,883 habitantes y tiene 16 meses de estar al frente de los destinos del estado, gana sin mucho esfuerzo a Cuauhtémoc Blanco que ocupa el lugar 32 con 20.7% de aceptación y 75.5% de desaprobación.
Los porcentajes de aprobación de las encuestadoras tienen diferencias, pero coinciden al calificar a Barbosa como un pésimo gobernador, colocándolo en el último o penúltimo de los 32 gobernadores que se encuentran al frente de las 32 entidades federativas que conforman al país.
Los motivos, o los reactivos, que maneja Arias Consultores para sustentar y darle mayor credibilidad a los resultados de su encuesta, son total y absolutamente ciertos, describen con meridiana claridad las inconformidades de la población y reflejan muy certeramente las causas del repudio al Gobierno barbosista. Es incuestionable que la mala economía, los malos servicios de Salud Pública, la inseguridad en que vive la ciudadanía y la falta de obra pública, son todos ellos motivos, más que ciertos, y característica esencial del gobierno barbosista, pero indudablemente también de todo el gobierno de Morena. Así lo percibe toda la población: son males característicos de la gestión morenista a nivel nacional.
No hay duda de que, aunque la mayoría de la población no sabemos de economía, sí nos damos perfecta cuenta de que no hay empleo, no hay forma de obtener ingresos para el sostén de las familias; que la mayoría de las medianas y pequeñas empresas donde podían emplearse ya cerraron, lo que los obliga, aún a costa de poner en peligro su propia vida, a salir a trabajar en lo que encuentren y en lo que puedan. Es, por tanto, absolutamente cierto que la gente está inconforme con la situación económica que se vive en Puebla y en todo México.
El que la ciudadanía se encuentra inconforme por los malos servicios de salud pública, tampoco es un invento. Desde que se eliminó el Seguro Popular para en su lugar proponer el Insabi, hasta el momento nadie sabe dónde se encuentra esta institución ni cómo funciona, pues no acaba de integrarse correctamente; sin embargo, sí sirvió para liquidar programas sociales importantes: la ciudadanía sufre una verdadera tragedia y vive una odisea para obtener medicina contra el cáncer, medicina contra el VIH-Sida, recibir diálisis, no cuenta ya con las vacunas del cuadro básico para los niños y, completando este cuadro de terror, se encuentra totalmente a merced de la covid-19.
A nivel nacional el portal de noticias López-Dóriga dio a conocer que hay 1,732,290 contagiados, y 147,614 decesos hasta el día viernes 22 de enero. En Puebla capital, Noticias Hoy informa que hay 36,008 contagiados y no se dan datos sobre el número de decesos. Estas cifras dejan en la ciudadanía la certeza de que los servicios de salud con el Gobierno morenista se han agravado y, si antes eran malos, hoy son pésimos. Es, por tanto, más que explicable que la ciudadanía se sienta totalmente desprotegida y convencida de que los servicios de salud y los funcionarios que las atienden, están cometiendo el peor de crimen contra la ciudadanía de este país al dejarlos total y absolutamente desamparados.
Otra de las razones por las que la ciudadanía reprueba la gestión de Miguel Barbosa, de acuerdo con Arias Consultores, es la inseguridad. La silla rota dice que en 24 entidades del país hay 26 mil tomas clandestinas en los ductos que distribuyen combustible; es decir son tomas para extraer "huachicol&rdquo, de las cuales en el estado de Puebla se encuentra 1,900 tomas clandestinas. Si a esto le agregamos los homicidios, las muertes por el narcotráfico, los feminicidios, los secuestros, las extorsiones, los cobros de piso, los asaltos a mano armada en la vía pública y en el transporte público o particular, realmente queda uno asombrado de que todavía no sea ya el 100% de la población la que sienta amenazada su seguridad. Estamos completamente en manos de la criminalidad ante la indiferencia, y en muchos casos aquiescencia, de las autoridades encargadas de combatirla.
Por último, la ciudadanía se encuentra inconforme por la falta de obra pública en las comunidades, pueblos y municipios. Es absolutamente justificada y cierta la inconformidad ciudadana, no hay duda de ninguna especie. Mediante una austeridad mal disfrazada, se suspendió el Ramo 23, se recortaron las participaciones federales a estados y municipios, se eliminó el Fondo contra los Desastres Naturales; todo ello para aplicar los recursos obtenidos con estos recortes, en los programas sociales que buscan, mediante la donación de recursos económicos ridículos, la compra de conciencia a jóvenes y adultos para asegurar su fidelidad y voto para la Cuarta Transformación, por una parte y, por otra, para aplicar en demasía los recursos excedentes en las obras producto del capricho y la soberbia del presidente, tales como la refinería Dos Bocas, el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y otras ocurrencias presidenciales.
Aunque un poco tarde, la ciudadanía está dándose cuenta que, como dice el dicho vulgar: "cambió canela por cáscara sin olor", pues ahora están recibiendo una menor ayuda económica (totalmente insuficiente para paliar seriamente sus problemas), a cambio de seguir viviendo sin agua potable, sin luz eléctrica, sin clínicas, sin vacunas sin pavimento, sin educación, sin trabajo y sin hogar. Así lo demuestran los resultados de las encuestas.
Se equivocan totalmente los que creen que pueden cambiar la visión de la gente sobre la realidad que vive, con promesas rancias, con golpes y amenazas de cárcel, con poses dizque "enérgicas” y puritanismos tontos. La gente no va a cambiar su manera de ver las cosas. La población poco a poco, muy lentamente, y no con la prisa que muchos deseamos, va dejando de ser presa fácil de la manipulación y el engaño de la televisión y de periodistas a tanto la línea, va aprendiendo a reaccionar con más claridad y con más contundencia ante la realidad que vive. Por eso, los gobernadores morenistas y todos los demás partidos ya no podrán seguir manipulando la voluntad popular y obtener triunfos fáciles en las elecciones del 2021. No les demos ese gusto.
Demostrar mediante las encuestas nuestro repudio a tan pésimos gobiernos es correcto, pero, mucho más esencial e imprescindible para nuestro bienestar, es sufragar en junio de 2021 por el partido cuya carta de presentación sea un programa de gobierno, cuyo punto principal sea el bienestar de los pobres. Con Morena la realidad nos ha demostrado la equivocación tan grande que cometimos al haber creído en los cantos de sirena de la 4T.
Corregir en las próximas elecciones es nuestro reto y es nuestra obligación. Nuestro voto es el instrumento para lograr una nación más justa, más igualitaria y más democrática. Adelante.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario