Que los compre quien no los conoce. Palabras más, palabras menos así me lo dijeron personas de diferentes municipios del Estado de México con las que he tenido la oportunidad de platicar sobre la llamada “precampaña” que está realizando la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez –en realidad ya es campaña electoral rumbo a la gubernatura del Estado de México, en la que en solo 19 días ha gastado más de 24 millones de pesos –, la cual en los días que corren ha tenido una sobre exposición en los medios de comunicación debido a que, otra vez, está envuelta en un escándalo financiero debido a que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró “irregularidades” que comprometen 830.7 millones de pesos de la nación al no ser comprobados por la Secretaría de Educación Pública en la cuenta pública 2021, cuando Delfina era su titular. Cierto que no se auditó personalmente a la maestra, pero sí a la institución que dirigía y, por tanto, es responsable de todo lo que sucedió durante su gestión, así es que cae por su propio peso la débil defensa que hizo Francisco Vázquez, representante ante el INE del partido Morena.
Por lo pronto, la ASF no señaló ilícitos, pero solicitó que la SEP aclare las dudas generadas por las irregularidades encontradas en la no comprobación de 830.7 millones de pesos, los cuales se relacionan con: pagos excedentes de sueldos, prestaciones, categorías no consideradas, trabajadores que estaban en nómina pero que ya habían fallecido, bienes adquiridos no localizados o que no operan, servicios no realizados, falta de documentación justificativa y comprobatoria del gasto, entre otras. Además, en Apoyo Solidario las irregularidades suman 15.8 millones de pesos.
Así, pues, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) observó un monto por aclarar de 830.7 millones de pesos derivado de irregularidades con un posible daño o perjuicio a la Hacienda Pública Federal.
Aunque la ASF señala que en ese problema están involucradas instituciones públicas, como: centros de Estudios, bachilleratos, institutos, universidades Tecnológicas y Politécnicas y Tecnológicos, entre otros, todos ellos estuvieron a cargo de la SEP de Delfina Gómez Álvarez, quien, como recordarán, protagonizó el fraude conocido como “Texcocogate”, que consistió en descontar quincenalmente, vía nómina, el 10 por ciento de sus sueldos a los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco que ella presidió durante el periodo 2013-2015.
Como siempre, el partido Morena, desde su dirigente nacional, Mario Delgado, y los diputados y senadores morenistas, quienes se autollamaron “soldados de Delfina”, han salido a los medios a “defender” a la “incólume” maestra; incluso el presidente López Obrador se atrevió a sostener en la mañanera que “es la persona más honesta” que ha conocido.
¿Honesta Delfina Gómez? Ni de las uñas porque las trae bastante sucias del dinero que ilegalmente se ha metido en la bolsa personal y la de su partido, Morena. Ahora sí, como dice la gente: que la compre quien no la conoce: además de haberles robado el 10 por ciento de su salario a los trabajadores de Texcoco, por lo que en enero de 2022, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sancionó a Morena con 4 millones 529 mil pesos, al acreditar que Delfina Gómez, cuando fue alcaldesa de Texcoco (2013-2015), generó un esquema de retenciones salariales aplicadas a los empleados del municipio con el objetivo de beneficiar al partido, lo que se conoció popularmente como el “diezmo” a la maestra o “Texcocogate”, como señaló Nueva . Claro, aunque todo los acuse y que por lo mismo hubo sanción por parte del Tribulan Electoral, los morenistas niegan el hecho con el cinismo y la cara dura de siempre porque confían en que la gente siga ciega, sorda y muda por las transferencias monetarias que cada dos meses les hace la Federación, sin ponerse a pensar que ese dinero no es de López Obrador, sino que es de los impuestos que todos pagamos y, por tanto, tienen derecho a él.
Dicen los que saben que cuando Delfina dirigió la SEP quiso aplicar el mismo esquema de retención salarial y que lo hizo a través de los centros educativos que ahora están siendo señalados por la ASF.
Es más, el titular ante el Instituto Nacional Electoral (INE) del partido Nueva Alianza –el de los maestros–, Efrén Ortiz Álvarez, señaló en ese recinto electoral, que: “El Texcocogate es un niño en brazos si lo comparamos con este fraude, con este desvío de recursos públicos que dio a conocer la ASF. Un desvío de recursos por 830 millones de pesos cometido por la precandidata de Morena, quien estaría involucrada por segunda ocasión en un caso de corrupción”. Además, consideró que se trata de un desfalco a la nación, un ataque a la educación pública.
En efecto, todos sabemos que, durante su paso por la SEP, la “maestra” Delfina atacó sistemáticamente a la educación pública, al igual que lo hizo el primer secretario de Educación de la 4ªT, Esteban Moctezuma y también lo hace la actual secretaria, Leticia Ramírez. Para muestra un botón: de acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) realizado por la OCDE y publicado en junio del año 2022, México ocupó el deshonroso 102 lugar, de 137, en lo referente a calidad de la educación, el deshonroso, y en matemáticas el 117. Así es como Delfina, y la 4aT de Morena, trabajan por la educación en México.
Estoy de acuerdo con Verónica Malo Guzmán, articulista de El Heraldo, escribió el pasado 31 de enero: “Cierto, la educación ya estaba mal desde sexenios pasados, pero en el actual, al volverla una cuestión de ideología y de un proyecto que ensalza a los políticos como héroes y que busca modificar la historia, los valores y la identidad del mexicano, se generan rezagos aún mayores de los que ya se tenían.”
Una vez más Delfina Gómez está envuelta en un escándalo financiero que puede desembocar en corrupción de la candidata a la gubernatura del Estado de México; y una vez más el partido Morena se deshace en elogios para su candidata y comentarios descalificadores hacia sus opositores, pero sin presentar ninguna prueba a favor de su compañera. Pura palabrería de parte de Morena, puro discurso que sostiene que no son corruptos, pero los hechos dicen que sí lo son.
La ASF es un organismo del gobierno federal y, a pesar de que se supondría que están a favor de la 4ªT, lo que estamos viendo es que los hechos son tan contundentes que no les quedó de otra que ventilar públicamente los resultados de su auditoría que obviamente dejan una vez más dejan mal parada a la maestra. Cierto que falta ver si solventarán las “irregularidades” que les señaló la ASF, pero son tantas, que más bien hablan, como dicen los que saben, que se trata de un fraude de grandes proporciones. Veremos.
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