El controvertido gobernador del estado de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, además de destacarse como el peor de los mandatarios estatales, se ha caracterizado por sus disparatadas afirmaciones por distintas situaciones y en distintos foros y que, lejos de recular en sus afirmaciones irresponsables, las justifica y se llama "agredido" cuando alguien tiene la osadía de cuestionarlo como recientemente ocurrió con el periodista Pablo Hiriart, en un foro en vivo (e-consulta.com); pero si en este tipo de situaciones se muestra intolerante, con sus opositores se ensaña con creces.
Antes y desde el inicio de su mandato, Miguel Barbosa despotricó en contra de grupos y organizaciones no afines a su partido y se propuso terminar con ellos a toda costa, creyó, como también lo hizo el Gobierno federal, que todos morirían por inanición, al negarles la solución de sus demandas, cortando los recursos de los que, según ellos, se "sostenían y vivían", por eso no le gustó nada que el Movimiento Antorchista, la organización más grande e importante en ese estado, siguiera viva, representando a los menesterosos de esa entidad y exigiendo la solución de las demandas más elementales para una vida digna.
Ni tardo ni perezoso, el gobernador poblano pasó a repetir, primero, las sobadas acusaciones sin pruebas en contra de los antorchistas y acto seguido, negó categóricamente la solución de las demandas bajo el pretexto de que los apoyos son directos y que ya no habría "intermediarios" ni "moches" para los "líderes", coronando este despliegue de atropellos, haciendo que el Instituto Electoral del Estado de Puebla, negara el registro como Partido a los antorchistas, para que nadie le pueda disputar el poder en las próximas elecciones.
Sin embargo, el gobernador poblano no puede tapar el sol con un dedo, la pobreza y la marginación rampante en el estado han hecho que los marginados de siempre se afiancen a su organización y luchen por ser escuchados y sus demandas resueltas; en este contexto y con motivo de la pandemia que azota inmisericordemente al país, miles de poblanos han alzado su voz y exigen que el Gobierno federal y estatal los ayude a paliar el hambre y el desempleo, petición que han realizado a través de los modestos medios a su alcance y que nada tiene de novedosos, pues miles de hogares se enfrentan a la imposibilidad de comprar alimentos.
En esta lucha, los líderes antorchistas han estado en primera línea, demandando ayuda a los distintos niveles de gobierno y denunciando la actitud cerrada y sorda a la que se han enfrentado.Esto a Miguel Barbosa le saca de sus cabales y no ha tenido reparo en que a la vieja usanza y sin reparo alguno, disponga del poder gubernamental en sus manos y criminalice y persiga a luchadores sociales honrados, trabajadores y limpios como Rosario Sánchez Hernández, líder Antorchista en la zona norte de la capital poblana.
El gobierno de Barbosa, acusa a Rosario del delito de robo agravado, por hurtar despensas dice,y sobre la persona de nuestra compañera cual espada de Damocles, pende una orden de aprehensión.Pero eso es una infamia, Rosario Sánchez no ha cometido ningún delito y, en cambio, sí está para organizar y luchar junto con sus compañeros en la defensa de sus intereses legítimos y apremiantes, mismos que en Puebla como en todo el país, les son negados sistemáticamente por las autoridades obligadas a conocer de ellos y a encontrarles soluciones adecuadas, justicieras y oportunas.
El estado de Puebla, según el "Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2020", publicado en febrero por la Secretaría del Bienestar, tiene al 58.9 por ciento de su población en condiciones de marginación y se mantiene como el cuarto estado con el mayor índice de pobreza; a nivel nacional, Puebla capital es el segundo municipio con más personas con carencias; además, con la pandemia, 786 mil poblanos se sumarán a la cantidad de pobres, de acuerdo con el estudio "Magnitud del impacto social de covid-19 en México, y alternativas para amortiguarlo", realizado por el Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES).Con tantos pobres, el gobierno del estado estaría obligado a tomar medidas serias y oportunas para mitigar los males que aquejan a sus gobernados y estos, a su vez, tienen el derecho de pedir y exigir que así ocurra.
Pero a Miguel Barbosa no le importa ni está dispuesto a ceder, pese a los argumentos legítimos de los peticionarios, mucho menos si quienes solicitan son los antorchistas.Por eso, ante los tiempos electorales que se avecinan el gobierno morenista no pierde oportunidad para llevar agua a su molino y aprovechando la necesidad de la gente, condiciona la entrega de apoyos a cambio de dejar las filas antorchistas para pasarse a las de Morena: la forma selectiva en que se entregan los apoyos, así como la persecución de sus líderes, así lo demuestran.
Sin embargo, la argucia de reprimir a los líderes sociales acusándolos de delitos del orden común, presentar la persecución política como "simple aplicación de la ley" contra "peligrosos" delincuentes, es una artimaña harto conocida y su inutilidad y su fracaso están perfectamente acreditados desde hace mucho tiempo, porque al final, todos terminan sabiendo y convenciéndose de la verdad: el culpable, el auténtico delincuente, es el gobierno o el funcionario que responde con cárcel y represión a las justas demandas de sus gobernados.
La represión, la cárcel, el empleo torcido de la ley, en contra de Rosario Sánchez Hernández o en contra de cualquier opositor al gobierno morenista poblano, son los peores recursos escogidos por Miguel Barbosa, para ganar imagen y penetrar en el ánimo de los electores, son las peores credenciales para aspirar a seguir gobernando el estado, el pueblo nunca olvida a sus verdugos, y si no, al tiempo.
Por lo pronto, los antorchistas poblanos y de todo el país, nos disponemos a detener las infamias e injusticias que ponen en peligro la integridad de una destacada luchadora social y compañera nuestra.¡Charis, no estás sola, aquí estamos para defenderte, tus hermanos de lucha!
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