En medio de festejos nacionales, nuevas posturas del gobierno con respecto al futuro de México, informes mañaneros sobre el avance de sus programas, noticias internacionales de farándula; los mexicanos ignoramos nuestra postura a nivel nacional y la necesidad de trabajar por un cambio de nuestra realidad de miseria e injusticia.
Nuevamente llega septiembre y las calles se llenan de elementos tricolores, los fabricantes de productos patrios se apresuran a colocar, desde las primeras horas, sus productos para la vendimia, y los hogares gastan sus ahorros anuales que estaban ya etiquetados para estas fechas y las que restan del año.
Todo para festejar el aniversario de la Independencia de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador, los gobernadores y presidentes municipales recrean, desde sus centros de operación, el grito que diera el cura Miguel Hidalgo a los pobladores de Dolores, Guanajuato, para convocarlos a una lucha armada contra el dominio español.
Ahora, olvidándonos, y algunos ignorando, el significado de estas fechas, salimos a gritar ¡Viva México!, mientras nos enorgullecemos de nuestra mexicanidad, pero aun sin hablar de la falsa independencia del pueblo mexicano, tanto en el aspecto económico, político e ideológico, ¿Qué festejamos? ¿Cuál es la razón interna de nuestros compatriotas para festejar estas fechas? Si sabemos que no contamos con independencia de ningún tipo, incluso desde 1810 ¿Qué festejamos si además el pueblo mexicano está en peores condiciones cada día? No lo hacemos.
Nuestras fiestas se han transformado en un día más para convertirnos en consumidores impulsivos viviendo el presente de fiesta mexicana nacional.
Y en efecto, no festejamos porque no hay nada que festejar. Aquí algunos datos de esta afirmación: “México cayó 12 lugares en el índice de Desarrollo Humano (IDH), el indicador se redujo de 0.779 antes de la pandemia a 0.758 en 2021 (una reducción el 2.7 por ciento) lo que implica un retroceso de 9 años”, alerta el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), organismo que mide las condiciones que brinda un país en salud, educación, ingreso económico, para que su población tenga oportunidades de crecimiento y calidad de vida.
López Obrador habla sobre sus resultados en salud, pero el mismo informe menciona que “el retroceso más importante se observó en la dimensión de salud que regresó a valores de 1990 en la esperanza de vida al nacer”.
Socialmente también presentamos un retroceso, los suicidios en México aumentan en 48 por ciento en 10 años, según datos del Inegi; en el aspecto educativo, para el ciclo escolar 2020-2021, unos 607 mil 403 jóvenes en edad de estudiar desertaron de los institutos educativos por problemas económicos o de salud, además de la nula seriedad que han tomado los ya tres secretarios de Educación Pública de este sexenio que, sin conocimiento alguno, permiten que la educación tenga este alto índice de deserción y colabore directamente con el alza de suicidios, delincuencia, drogadicción, inseguridad.
Económicamente tenemos un retroceso en el Ingreso Bruto per cápita de 6.3 por ciento con respecto a 2019; existe una pobreza laboral de 33.9 por ciento en el ámbito urbano, y de 52 por ciento en el rural según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El mismo organismo nos dice que para 2018, en México había 52 millones de pobres; para 2020 éramos 55.6 millones de pobres, y se calcula que para finales de 2022 seamos 2.5 millones más.
Las cifras son alarmantes. México se ha caracterizado por el canibalismo y oportunismo que muestran sus gobernantes para alcanzar primero el poder y luego permanecer ahí. La putrefacción de los militantes de las filas del PRI, PAN, PRD y su descarado uso del poder, le dio el paso al nuevo gobierno, a la esperanza de México cuyo dirigente, el actual mandatario nacional, conocía perfectamente la raíz de la enfermedad nacional y cuya cura él conocía vastamente.
López Obrador, con su nulo conocimiento y, por lo tanto, con sus políticas erradas, han permitido que los mexicanos estemos hoy peor que nunca. Jamás será capaz de levantar al país del nivel en donde él mismo y su equipo lo han llevado, por mucho que se llene la boca de promesas y mentiras.
Septiembre 2022 es un mes más como los muchos desde 1810: sin independencia, sin gobierno del pueblo, con hambre y pobreza. ¿Qué necesitamos los mexicanos para poder festejar con razón nuestro mes patrio? Conocer la historia, conocer nuestra realidad actual y unir mentes y manos por sacar de una vez por todas a los parásitos, como el gobierno actual, vividores del sudor y sangre del pueblo de México, para así, poner a un representante que si pueda con la enorme tarea.
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