Hace algunos días me detuve a leer nuevamente el poema que lleva por nombre “Al caballero Don Quijote”, del autor Rubén C. Navarro; me gusta repasarlo por su contenido y, sobre todo, porque se refiere a la gran obra literaria de Don Quijote de la Mancha, del autor Miguel de Cervantes Saavedra, una de las grandes obras de la humanidad.
Hay una frase que dice la poesía: “En el siglo XX, señor, es un hecho que estamos a obscuras, pudiendo hacer luz”, y es verdad, a pesar de que el poema fue escrito en otro contexto social y político no dista mucho de nuestra realidad actual, creo que ahora más marcada que antes.
En el gobierno actual que encabeza Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con su Cuarta Transformación, la verdad es que las cosas están de mal en peor, el país ha atravesado por serios problemas en lo que va del sexenio. Desde que López Obrador y sus aplaudidores llegaron al poder se dieron a la tarea de desaparecer lo poco que había de programas sociales, que en alguna medida ayudaban a mitigar la miseria un poco.
AMLO desapareció el programa Oportunidades, el Seguro Popular, las estancias infantiles, el apoyo de medicamentos para niños con cáncer entre otros apoyos sociales que, como ya dije, no eran el remedio para acabar con la desigualdad, pero en algo contribuían a las familias mexicanas.
En colonias y ejidos de la entidad es común escuchar entre las familias la falta de verdaderos apoyos al campo y a la ciudad, el bajo apoyo a la educación, en fin, el detenimiento de muchas cosas y limitando la organización popular como una forma de luchar por el bienestar de todos.
No han cesado los ruegos de los que padecen opresión en nuestra sociedad actual, las necesidades están a flor de piel, un gobierno aplicando la política de oídos sordos utilizando el dinero público recaudado vía impuestos para obras faraónicas a capricho del presidente de la república.
Urge una sociedad distinta, como por la que luchaba don Quijote, un cambio de modelo económico que reparta la riqueza de manera más equitativa, en donde no se concentre la riqueza en unas cuantas manos dejando en el desamparo a la mayoría, que son quienes la producen todos los días con su manos y sudor.
Es la organización del pueblo es la solución a los problemas actuales y los que vengan, una organización de hombres y mujeres disciplinados, conscientes y con objetivos claros de lo que exige la realidad para avanzar a una sociedad distinta. Caballeros andantes hay que tomar la armadura, la lanza, el escudo y el honor; luchar sin descanso por el bien de todos.
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