Lo que a continuación escribo no es una crítica a la poesía de Gerardo o a la música de Aquiles, es un reconocimiento propio que hago a nombre de muchos otros que nos sentimos orgullosos de su creación y asumimos como propio cada paso en la marcha del pueblo por construir su arte, por encontrar su rumbo.
En México, la cultura no es una prioridad para la mayoría de los mexicanos, según un reporte del diario Imagen, de 2016 a 2019 se registró un descenso de 6.2% en las personas que aseguran haber asistido a actos culturales en nuestro país al pasar de una asistencia de 64 a 57.8 por ciento.
No debería extrañarnos que el arte no sea una prioridad para los mexicanos cuando basta con salir a las calles para encontrarnos con que el paisano está más preocupado por saber qué comerá en el día, antes que preguntarse cuál será el próximo libro que leerá, o si este fin de semana asistirá a un concierto, al teatro o al cine.
Según un cálculo basado en la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), del Inegi, realizada en mayo de 2020, 69.6 millones de mexicanos no tuvieron el ingreso laboral suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria. La cantidad anterior de mexicanos son aquellos a los que el arte no se les atraviesa como una necesidad urgente.
Los pobres y la cultura son apenas dos de los muchos aspectos olvidados en los tiempos de la Cuarta Transformación. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2018, tras la entrada del actual gobierno en México había 52 millones de pobres. Ya para 2022, la misma institución calcula que los pobres en México serán 58.1 millones, o sea, 6 millones 100 mil más que al principio del mandato de Andrés Manuel López Obrador.
El mal gobierno de AMLO ha agudizado la pobreza, la violencia y desde luego que la gran ausencia del arte y la cultura en los mexicanos ha estallado tanto en las calles como en las manos de nuestro gobierno actual: a cuatro años del gobierno de López Obrador, los números indican que el del tabasqueño cerrará como el sexenio más violento en la historia de México.
Sería muy ingenuo creer que solo con cultura el rumbo de México sería radicalmente distinto, creo que no es así, sin embargo, el gobierno lopezobradorista se ha dedicado a cerrarle las puertas a la promoción del arte en todas sus formas como lo han denunciado pronunciados artistas como el afamado Guillermo del Toro y recientemente su ex simpatizante, el crítico cineasta Luis Estrada.
Hacer arte, crear, pensar o criticar en el sexenio de López Obrador es todo un reto al que Gerardo Almaráz y Aquiles Lázaro se han enfrentado, cada quien en su propio campo. Gerardo al ponerse en los zapatos de cada mexicano pobre, el ambulante, el migrante, el melancólico hombre de trabajo aporta un grano más a la tan necesaria empatía y sensibilidad del mexicano. Aquiles por su parte, empuja la puerta de la creación musical junto con muchísimos artistas más que a su vez reconocen el difícil camino para ganar exposición y hacer valer el arte como lo que es.
Deseo más obras, más exposiciones y más espacios para Gerardo y Aquiles, de quienes los Antorchistas nos sentimos profundamente orgullosos. Sobre todo, deseo que llegue el día en que no pase ni una semana en que los artistas de Antorcha develen una obra no solo cada año o cada mes, sino cada semana, cada día de ser posible. Hay en Vestigios y Multitud un paso más en la larga marcha por construir un mundo mejor.
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