Con la renuncia de Santiago Nieto a la UIF, -uno de los baluartes de la 4T por ser el brazo ejecutor contra el flagelo de la corrupción, oficina dependiente de la Secretaría de Hacienda en o formal, pero encargada de perseguir a los adversarios políticos del actual gobierno federal, bajo las instrucciones directas de la presidencia de la república como lo dejaron claro las declaraciones hechas a la prensa en enero del 2020, con las que se dio el espaldarazo a dicho funcionario ante las quejas hechas públicas por el Fiscal General de la República, según las notas informativas- van saliendo a la luz pública informaciones que confirman que ni se combate a la corrupción, ni es nueva la forma de gobernar empleada por la actual administración federal.
Dicen los columnistas enterados del tema que, puesto que los dólares motivo del escándalo que destapó la boda del funcionario en el extranjero llevada a cabo con todo lujo y con invitados entre los que figuraron algunos a los que el propio presidente de la República acusa de ser descarriladores de su proyecto de gobierno, ya habían sido declarados ante las autoridades aduanales mexicanas en el aeropuerto de Toluca de donde despegó la aeronave privada en que viajaba la en esos momentos funcionaria del gobierno morenista de la CDMX y éstas lo habrían ya notificado a las autoridades guatemaltecas, la boda fue más bien el pretexto para poder dar de baja del gabinete a una persona que ya había caído de la gracia de quien toma todas las decisiones en el gobierno de este país por andar haciendo investigaciones por su cuenta a los funcionarios del propio partido en el poder, llevado de su protagonismo y sus ambiciones políticas.
Sea como fuere, por lo que se puede conocer debido a la información que ha empezado a circular en diversos medios de comunicación respecto al tema, es que el tan cacaraqueado combate a la corrupción y la moralidad a toda prueba de los supuestos encargados de llevarlo a cabo son puras ficciones, puras simulaciones, para mantener a la gente creyendo en las bondades ficticias de una forma de ejercer el poder ajena totalmente a los verdaderos interés del pueblo sin que este se percate de ello, pero endulzándole el oído diciéndole lo quiere oír mientras se atenta contra él, en lo económico, lo social y lo político, alejándolo de la posibilidad de defenderse de manera organizada y consciente, dejándolo atado de pies y manos, además de totalmente desprevenido, dormido por los cantos de sirena de sus supuestos defensores, que lo reducen a calidad de simple limosnero de caridad social mediante pagos en efectivo para comprar su conciencia y su voto a la hora de las elecciones. Por eso es importante darse cuenta que Morena y la 4T, son más de lo mismo, aunque en su peor versión: un gobierno que en realidad está del lado de los dueños del poder y del dinero, aunque de palabra diga lo contrario.
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