La semana pasada las oficinas estatales de Morena con sede en Hermosillo, Sonora fueron tomadas por sus militantes –alrededor de entre 30 simpatizantes y militantes– por alrededor de siete días, quienes amenazaban hasta con una huelga de hambre si sus peticiones no eran atenidas. Los inconformes acusaban que en la designación de candidatos a alcaldías y diputaciones locales y federales hubo preferencias e influyentismo. Palabras más o palabras menos fueron pronunciadas por militantes del partido que gobierna actualmente nuestro país.
En una entrevista a la consejera estatal de Morena, Juanita Martínez Matuz, señala que se está dando una política del “dedazo” en la nueva postulación de Célida Teresa López Cárdenas para la alcaldía de Hermosillo; así como a Celia Durazo Montaño y Jesús Alfonso Montaño Durazo, candidatos a la alcaldía de Bavispe y Agua Prieta respectivamente, ambos familiares cercanos del candidato a la gubernatura (hermana y primo). También destacaron la candidatura de Huatabampo otorgada a Alberto Vázquez Valencia, hermano del particular de Alfonso Durazo. (https://www.jornada.com.mx/).
Los datos mencionados por la consejera estatal, y que hasta la fecha no he visto declaraciones del delegado de Morena en Sonora, Jesús Valencia o del dirigente nacional, Mario Delgado, me parecen muy reveladores. La información emitida por Martínez Matuz –que yo diría que así están las cosas–, viene a confirmar que no hay mucha diferencia en las practicas que está haciendo Morena con lo que ellos criticaba de manera insistente a los otros partidos políticos, a los que llama “mafia del poder”.
Un partido político bien estructurado, conformado con elementos que tenga la capacidad de ponerse de acuerdo por medio del diálogo, es difícil, y Morena y todos los demás partido están lejos de tener esas características. Por más que quieran mostrar en su propaganda que sale día a día en televisión, radio, internet y demás, donde se dicen ser el verdadero partido para del pueblo, pues no es así, la realidad los ha puesto en su lugar, ya que en los hechos demuestra todo lo contrario. Morena en Sonora, -y como en el resto del país-, es un partido enclenque, con una dirigencia sin visión política y con candidatos rancios que su historial de trabajo es tan pobre y hueco como la cabeza de un espantapájaros.
Sonora necesita de un verdadero partido político que aglutine a las masas desprotegidas, porque partidos como los que hay en estos tiempos, solamente están formados para que los políticos obtengan un puesto en el gobierno y se olviden de los principios y promesas que le hacen al pueblo que lograron convencer para que votaran por ellos. En Morena se vaticina un fracaso total como partido político, porque si desde ahorita están dando estos espectáculos a la luz del día, qué se puede esperar más adelante. La vida de un partido político depende de la buena dirección del líder, y seguir con las mismas prácticas que llevaron al fracaso a los demás partidos, pues no se puede esperar otro resultado más que el mismo. En Sonora, necesitamos verdaderos partidos conformados con gente buena y seria; pero, más que eso, diría yo, con gente educada y politizada para poder cambiar verdaderamente nuestro país, porque seguir formado partido políticos solo por capricho y antojo, es solo engañarse y engañar al pueblo. La realidad lo dirá, y tarde o temprano los pondrá en su lugar.
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