Hace apenas unos días, los diputados federales aprobaron el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022. Básicamente es el presupuesto que se aplicará durante todo el 2022, tiene que ser un presupuesto que resuelva o resane todos los problemas de nuestro país. México es un país subdesarrollado, con una población de poco más de 120 millones de habitantes, de los cuales más de 90 millones padecen algún tipo de pobreza, y el PEF debería estar pensado para ir reduciendo esa cantidad de pobres, con mayor infraestructura de interés social, o de obras básicas, como agua, luz, drenaje, escuelas, hospitales, gestionando y promoviendo la creación de empleo y bien pagados para todos los mexicanos en condiciones de trabajar.
El presupuesto es por un monto de 7 billones 88 mil millones de pesos, un poco más que el del año pasado, pero igual que el del año pasado, se caracteriza por poner como eje prioritario la construcción de obras suntuosas que en realidad de nada sirven al pueblo. ¿Cómo es que un tren le servirá a los mexicanos, si lo que le falta a los mexicanos es vivienda? Parece que existe una visión errónea de las necesidades del pueblo. López Obrador quiere convertir a México en una Finlandia, o algún otro país nórdico, a los que se les ha caracterizado por ser países desarrollados, con un mejor nivel de vida de sus habitantes; pero el desarrollo de un país no comienza con obras faraónicas, sino resolviendo las obras de primera mano para su gente. Parece que para López Obrador, construir un aeropuerto bonito o un tren moderno hará que como consecuencia el nivel de pobreza de los mexicanos disminuya. Ha dicho que el neoliberalismo en México ya no existe, y que también ya acabó con la corrupción en las instituciones, y la pregunta es: si ya se acabó la corrupción en México ¿Por qué sigue habiendo tantos pobres?
Porque la pobreza no es una consecuencia de la corrupción, la corrupción es una consecuencia de la pobreza. Esto demuestra que Morena ha elegido mal la forma de hacer política. Si ya se acabó con la corrupción, y aún hay pobreza, entonces que se trabaje para acabar con la pobreza y sabremos si también se acaba la corrupción, que es contra lo que se afana López Obrador. Pero así como se ve, a Morena se le van a acabar los 6 años de gobierno, y solo habrá contribuido a que el número de pobres aumente. Así lo dice el Coneval en su estudio 2018-2020 “el número de pobres pasó de 51.9 a 55.7 millones”, es decir, en un período en que ya gobernaba Morena, el número de pobres aumentó en 3.8 millones. Estos números no hablan de una política eficaz para disminuir la pobreza, hablan de una política sin rumbo. Mentira que “por el bien de todos, primero los pobres”.
Los mexicanos debemos tomar conciencia de los peligros a los que nos está llevando la 4t, y entender que la única alternativa que nos queda es organizarnos, formar una unidad orgánica entre todos los sectores, y llevar al gobierno a un hijo del pueblo que sea capaz de sentir en carne propia el sufrimiento de millones de mexicanos y que su trabajo sea en consecuencia. El Movimiento Antorchista Nacional ha enumerado 4 ejes que contribuirían a un verdadero cambio en provecho de los más desprotegidos. 1. Generación de empleo suficiente y seguro para todos los mexicanos en condiciones de trabajar. 2. Salarios bien pagados. 3. Política fiscal progresiva. El que más gana que más pague, y el que gana menos, que pague menos. 4. Una reorientación del gasto social en causado al pueblo punto morena tiene el sartén por el mango y tiene todas las facultades para poder aplicar estos ejes en beneficio del pueblo; pudo haber empezado por una reorientación del gasto social en beneficio de la gente más pobre que viven colonias y pueblos, pero decidió invertir en obras de relumbrón. Así que a los mexicanos nos espera un año sombrío, gracias a López Obrador y a los diputados de Morena.
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