¿Durante este año te han llamado para decirte que tienen secuestrado a algún familiar, para pedirte aclaración por una compra con alguna tarjeta o te han dicho que son un familiar lejano y que ocupa dinero para regresar a su lugar de origen? Si ha ocurrido algo de esto o alguna de las más de 30 modalidades de extorsión, formas parte de las estadísticas oficiales, que da a conocer el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, quien señala que en México se han registrado 16 fraudes por hora, pero que, además, en 2023 llegaría a 140 mil denuncias por fraude, dicho dato comparado con el 2022, que fueron 103 mil 940 reportes.
Aunque Baja California figura hasta el número 11, los números de quejas que se han presentado, son varios, muchos de ellos no son denunciados, sin embargo, es claro que los fraudes van en aumento; quien encabeza la lista es la Ciudad de México con 79 mil 325, seguido del Edomex y Jalisco, estadísticas oficiales señalan que durante el periodo de Andrés Manuel López Obrador, el número de fraudes aumentó, mostrado un leve despunte durante la pandemia; quien tenga dos dedos de frente y conozca un mínimo la realidad, sabrá que no solo ha venido en aumento el número de extorsiones, sino que a la par la inseguridad y con ello el número de asesinados, han venido creciendo.
La pregunta en este sentido, es sí se está aplicando la medida correcta para contrarrestar la inseguridad y las extorsiones, si el presidente de México, se ha sentado a analizar verdaderamente qué es lo que hace falta y cómo se deben aplicar las políticas; mucho han criticado al presidente de El Salvador, quien ha demostrado que cuando se quiere acabar con la delincuencia, es posible, que no es necesario echarse un discurso lento y tortuoso, sino actuar y poner en marcha políticas que beneficien a la nación.
Hoy vemos, a través de las redes sociales, cómo pandilleros construyen escuelas, casas, arreglan obras públicas, actúan en beneficio de la sociedad; vemos cómo se trata de componer una sociedad y no cómo llevarse pateando la pelota, para nadie es un secreto que para que todo esto suceda, el presidente tuvo que fajarse el pantalón y disponerse a luchar verdaderamente en contra del pandillerismo y no haciéndolo desde un palacio, promoviendo una cartilla, que muchos no leerán, porque no lo saben, encomendándose a un santo, por allá en El Salvador, saben que el actuar es transformar.
La historia no puede ser transformada por el actuar de un solo hombre, lo debe de hacer una sociedad en su conjunto, el presidente no podrá, por más que quiera, acabar con la corrupción, no solo con el ejemplo, aquí hay que ensuciarse las manos y actuar, y el buen samaritano por su casa empieza, recordemos cuál fue su postura con su hermano, aquí está más que claro hacia dónde quiere encaminar al país. De haberlo querido, mucho ya hubiera hecho, porque como dijo un amigo, el tiempo se le está acabando.
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