Recientemente, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, anunció una recesión mundial (una disminución o pérdida generalizada de la actividad económica por dos trimestres consecutivos), con efectos serios para la mayoría de los países; siendo Estados Unidos, China e Italia los más afectados por la pandemia.
Los economistas del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) indican una caída del 2.8 por ciento en el Producto Interno Bruto de Estados Unidos, lo que claramente afectará a México, dada nuestra elevada dependencia económica con ese país.Disminuirán aún más las remesas porque muchos de los más de 36 millones de mexicanos que están en ese país se quedarán sin empleo y aquéllos que no son ciudadanos americanos no tendrán acceso al paquete de ayudas económicas que el gobierno estadounidense está instrumentando (1,200 dólares para ciudadanos contribuyentes que tengan un salario menor de 75,000 dólares anuales, más 500 por cada menor de 17 años).
El sector informal (60 por ciento de la Población Económicamente Activa) disminuirá drásticamente sus ingresos.Una gran cantidad de trabajadores de restaurantes, hoteles, transporte público, centros comerciales, aerolíneas y parques industriales están siendo despedidos ante la falta de turismo y la inactividad social.La producción en las manufacturas, fuente importante de ingreso nacional, se desacelera.Se espera que la inversión, que ya venía en picada, caiga por arriba del 10 por ciento (El Financiero, 24 de marzo).A decir de la consultoría Pantheon Macroeconómics, el Producto Interno Bruto de nuestro país podría caer en un 5 por ciento (el nivel más bajo desde el sexenio de Miguel de la Madrid).
Según la Secretaría de Salud, México cuenta con 121,400 camas de hospital.Esto es 97 camas por cada 100,000 habitantes.Cifra que se encuentra entre los más bajas de los miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), por debajo de Sudáfrica y Colombia.El gasto sanitario representa el 5.5% del PIB, que también está entre los más bajos de los países de la OCDE.
Para el nivel de tratamiento del Covid-19 en estado crítico, en centros especializados y unidades de cuidados intensivos (UCI), el sistema mexicano cuenta con 22,050 camas, la mayoría en los hospitales federales públicos; los privados sólo aportan 1,046 camas.Los cuatro hospitales que el gobierno federal ha determinado para la atención de los cuadros graves se encuentran en la ciudad de México (INER, Nutrición, el General de México y el Juárez), pero los enfermos se ubican en las 32 entidades federativas.
La secretaría de Salud y el IMSS cuentan con 226,000 enfermeros y 82,300 doctores.Esto es 2.2 doctores sanitarios por cada 100,000 habitantes, cifra inferior a España (4.4) e Italia (4.1), que han sido rebasados por la emergencia sanitaria y el número de muertos.La Secretaría de Salud dice tener 2,053 ventiladores pulmonares, además existen los privados, los del IMSS e ISSSTE, pero no se tiene el dato preciso; éstos son los determinantes para definir la vida o muerte del paciente.AMLO apenas planteó comprar 2,000 más, pero hay escasez internacional, EE.UU sólo tiene 12 empresas productoras de ventiladores.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó apenas que más de 44 millones de mexicanos no tienen en sus hogares dotación diaria de agua, lo que limita la posibilidad de realizar las medidas de higiene preventivas.Además, casi 100 millones de mexicanos viven al día y no pueden encerrarse en sus casas.Si no los afecta el Covid-19, sí serán afectados por otras enfermedades y por la pandemia del hambre.Es tarea de cualquier gobierno cuidar la integridad de sus gobernados.La 4T no es la excepción.
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