El presidente López Obrador prometía en sus discursos de campaña: “no van a aumentar los precios de la gasolina, del diésel, del gas, de la luz” y agregó: “va a ver trabajo”, “van a mejorar los salarios… las cosas van a mejorar”; posteriormente, ya como presidente en 2018, aseguraba que “desde el 1º de diciembre ya no habrá gasolinazos, vamos a bajar el precio de las gasolinas, del diésel, del gas…”, pero esto ha resultado un rotundo mentís, no es más que otra de las tantas falsas promesas de campaña que hizo entonces, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, un verdadero agravio para los bolsillos del pueblo, pues, ¿qué es lo que no se mueve con gasolina, diésel, etc.? prácticamente todo lo que necesitamos en nuestra viva diaria, se transporte, por lo tanto, si sube la gasolina, suben todos los precios y, como siempre, los que más resienten los aumentos en los productos de primera necesidad son los más olvidados, los que viven en la pobreza y la miseria. Un ejemplo para ilustrar el aumento del que hablamos, a principios de diciembre de 2020, el litro de Magna costaba 17.9 pesos, al día de hoy, a solo cuatro meses, el precio es de 20.84, un aumento de 2.94 pesos, 16.4%; la Premium costaba 17.99 pesos el litro, hoy, 22.33, un aumento de 4.34 pesos, 24.1%; el diésel con un costo de 18.45 pesos, ahora, 20.99, es decir, subió 2.54 pesos, el 13.77%; y, aclaro que, los precios no son de los puntos de venta más caros. Esta es la amarga realidad al despertar del sueño de promesas de campaña.
Las gasolinas van a seguir subiendo y se está gestando un nuevo gasolinazo. En este sentido, fijémonos bien en lo que manifiesta en fecha reciente el Doctor en Economía Brasil Acosta, actual diputado federal y antorchista destacado: “en Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, el litro de gasolina cuesta en promedio 17 pesos lo que significa que en México pagamos hasta cinco pesos más por litro (casi 30% más) como consecuencia del Impuesto Especial a los Combustibles (IEPS). La gasolina Magna llegó (casi) a los 21 pesos por litro, la Premium arriba de 22 y el diésel 21 pesos, el aumento en el costo de las gasolinas y el diésel ha elevado los precios de los productos, afectando a las familias más pobres, pues la canasta básica encareció 30 por ciento en 2020 y durante los dos meses de este año subió 6.1 por ciento en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey”.
A mediados del 2020, para el presidente no habría gasolinazos, dijo: “pasará lo que pasara… ¡Ánimo!, a pesar de la caída en el precio del petróleo, que desde luego nos afecta, tomamos la decisión de reducir el precio de la gasolina… Esto es fortalecer la economía popular frente a la adversidad”. En 2017 siendo presidente de Morena, el mismo López Obrador señaló que: “Rocío Nahle (quien hoy es la actual secretaria de Energía, y por lo mismo, quién lleva la responsabilidad de los drásticos aumentos de la gasolina que hoy día estamos sufriendo), diputada de Morena, va a proponer reformar la ley de ingresos y revertir el aumento en las gasolinas, gas, diésel y energía eléctrica; se puede modificar la ley de ingresos”. Agregaba que la gasolina en México era más cara que en Estados Unidos, incluso que en Guatemala que no tenía petróleo, y que esto era producto de la corrupción. Sin embargo, ahora en el periodo de su gobierno, después de tantas y tantas promesas, el precio de la gasolina en México es de las más caras del continente. Lo dicho, Morena no sabe gobernar.
Bueno, pero los antorchistas sabemos muy bien que, para frenar los gasolinazos, bajar los precios de combustibles y apoyar la economía familiar es necesario eliminar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para la gasolina Magna, Premium y el Diésel, pero actualmente Morena tiene mayoría en el Congreso de los diputados federales, y se niega a quitar este impuesto especial a los combustibles, y así la gasolina no bajará.
El gasolinazo de 2017 en el gobierno de Enrique Peña provocó protestas en el centro del país y zonas del norte del país, cortes de carreteras, tomas de gasolineras y saqueo de tiendas, varias de estas protestas a cargo de los morenistas. Y, ¿si se repite tal vez de una manera más intensa y extendida una auténtica y generalizada protesta popular por tanto incremento a la gasolina, la respetarán los morenistas en el poder? Antes de que esto pudiera ocurrir con todos los riesgos y peligros que correrán los descontentos, para no llegar a esos extremos peligrosos, lo mejor es restarles, el próximo 6 de junio en las urnas, poder en la Cámara de Diputados a los legisladores de Morena.
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