Desde hace algunos meses en redes sociales y en diversos medios de comunicación, me he dado cuenta de diversas acciones que tienen emprendidas los jóvenes de la Federación Nacional de Estudiantes “Rafael Ramírez” (FNERRR) buscando que el presidente Andrés Manuel López Obrador rectifique la medida que está anunciando respecto a regresar a clases de forma presencial sin que antes se haya vacunado a los estudiantes.
El anuncio del régimen lopezobradorista es peligroso, pues no existen las condiciones para el regreso a clases presenciales. Organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten, los contagios de coronavirus entre los jóvenes siguen disparando la incidencia. De tal manera que los estudiantes adheridos a la FNERRR tienen razón, no hay duda de que su lucha es justa, legítima y valiente. Por lo que desde estas líneas llamo a mis posibles lectores a que les brindemos todo nuestro apoyo y respaldo.
Creo que a nadie se le escapa que el presidente quiere imponer su voluntad a rajatabla. En medio de la tercera ola de contagios que enfrenta México, con dos días consecutivos de más de 19 mil infecciones de covid-19, AMLO afirmó que "México no está entre los primeros países con mayor gravedad por la pandemia, lo que pasa que no son buenas las comparaciones y menos cuando se trata de estos asuntos", aunque ocupa el cuarto lugar mundial en muertes absolutas, con casi 240 mil.
La prensa da cuenta que AMLO hizo estas declaraciones cuestionado por la oposición de maestros y familias al regreso a clases presenciales a finales de agosto por el aumento de contagios. López Obrador aclaró que el retorno será voluntario, pero que "no hay marcha atrás". "Se abren las escuelas, se regresa a clases y si no quieren que vayan sus hijos a la escuela, pues no los manden", sentenció. El presidente también ha rechazado ampliar la vacunación a menores de 18 años o aplicar dosis de refuerzo al denunciar presuntos intereses económicos de las farmacéuticas.
Considero que es necesario apoyar las voces autorizadas que cuestionan sí tiene derecho el presidente López Obrador, cualquier gobierno o gobernante del mundo, a apostar la vida de sus ciudadanos con tal de imponer su voluntad. En este sentido, ningún mexicano de conciencia limpia se puede quedar callado. Debemos denunciar sus pretensiones porque ponen en riesgo la vida de millones de mexicanos. No podemos olvidar que los graves problemas que padecemos no se resolverán con imposiciones de un presidente basados en mentiras o suposiciones.
De esta manera, aunque López Obrador y sus seguidores lo entiendan o no, el lamentable cuarto lugar mundial en muertes por covid-19 que ocupa México, no se deben a que no sean buenas las comparaciones, como pretende hacernos ver el mandatario federal, se trata de muertes que produjo el régimen de la “Cuarta Transformación”, porque el Gobierno morenista considera a las víctimas como cosas, o sea, no son producto de un error, pues desde el inicio de la pandemia no fueron acatadas las recomendaciones de organismos internacionales, además, se han ocultado deliberadamente los datos oficiales de decesos, no solo de covid-19, sino, también del alarmante número de víctimas fatales por inseguridad.
Queda la alternativa de atender la advertencia de destacados líderes de opinión, quienes nos exhortan a que pongamos en su dimensión las cosas y no permitamos que la frialdad de los números nos impida indignarnos. Cabe destacar que el corte al 30 de julio que publica la Universidad Johns Hopkins, el país que más muertes notifica es Estados Unidos, con unos 628,492 decesos, seguido de Brasil con 554,626, la India con 423,244 y seguidos por México con 239,997 decesos.
De con acuerdo con analistas serios el nada honroso cuarto lugar mundial que ocupa nuestro país en muertes por covid-19, es debido al desprecio de la evidencia científica en la toma de decisiones del gobierno de la “Cuarta Transformación” que decidió no gastar dinero en realizar pruebas y prefirió gastar en la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya en lugar de salvar vidas y no a simples comparaciones.
Apoyemos la lucha de los estudiantes de la FNERRR y de todos a aquellos sectores progresistas que exigen, para reabrir las escuelas la autoridad correspondiente debe garantizar que en todas hay agua corriente, drenaje sanitario funcional, energía eléctrica, ventilación adecuada, sanitización diaria de los locales con mayor afluencia de estudiantes y personal, incluidos, el transporte escolar, canchas, teatro o gimnasios. Así como, dosificar la asistencia diaria de estudiantes de acuerdo con la capacidad del aula con objeto de asegurar la sana distancia entre ellos.
No hacerlo sería un grave error. Implicará que estudiantes y maestros se contagien y eventualmente mueran. No podemos permitir que siga aumentando el dolor de millones de mexicanos que ven enfermar y morir a los suyos.
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