En México, desde la llegada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al poder, la gran mayoría de habitantes que no comulgamos con la política errónea del promotor de la 4T, hemos sufrido la persecución política, siendo señalados por el presidente de la República como enemigos de la propia nación en la que nacimos, como transgresores y corruptos, situación que nos mantiene en un peligro inminente de llegar a ser castigados y condenados a vivir en silencio, de rodillas y con las manos atadas a la espalda.
En la medida en que se aproxima la contienda electoral del 6 de junio, la persecución política en el país se recrudece, donde el gobierno lopezobradorista pone en marcha el uso pervertido y faccioso de la ley para ir en contra de todos aquellos que lo contradicen, que con valentía esgrimen lo poco que queda de libre expresión para señalar los errores que ha cometido y sigue cometiendo el mandatario, investido de todo poderoso.
Un claro ejemplo de que se ha pervertido la Constitución General de la República se refleja en la forma en como el Poder Ejecutivo mantiene al Poder Legislativo inclinado a sus caprichos.
Ahí están pues los legisladores morenistas en el Congreso de la Unión, sometidos de forma completa y descarada a la voluntad del Ejecutivo en algo que ellos mismos pregonan a voz en cuello como timbre de orgullo, aprobando leyes que son claramente violatorias de varios derechos fundamentales de los ciudadanos.
Esas leyes han dado lugar a varias controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad y miles de amparos interpuestos por ciudadanos que se sienten vulnerados en sus derechos, pero que no son escuchados sino al contrario, son condenados y catalogados como enemigos de la patria, como parte de lo que López Obrador llama desde siempre la “mafia del poder”.
Debemos tener conciencia de este enorme peligro, no debemos sentarnos a esperar simplemente a ver cómo nos condenan a vivir acusados por el simple hecho de pensar diferente al presidente, es momento de unificar a todos los perjudicados, ofendidos y atropellados por el autoritarismo y las políticas desacertadas de la cuarta transformación.
Es necesario hacerlo de forma urgente, dando inicio a una lucha conjunta para salir en defensa de la ley, del Estado de derecho y de esa forma demandar acciones eficaces contra las tres grandes plagas que están asfixiando a millones de mexicanos, a decir del desastre económico, el descontrol absoluto de la pandemia y la inseguridad rampante que amenaza en todos los rincones de la patria.
Debemos unirnos para denunciar la manipulación que se esconde tras el supuesto combate a la corrupción; entender cómo detrás de esa bandera, se oculta una auténtica cacería de brujas en contra de los opositores más representativos del régimen actual, en ese descarado afán que promueven los morenistas desesperados por mantener a como dé lugar el poder en la contienda electoral que se avecina. Ha llegado el momento de que nos juntemos todas las víctimas de la 4ª T, reales y potenciales para hacer de los miles de arroyos aislados un solo y poderoso torrente que se haga escuchar por el país entero.
Unidos como uno solo lograremos frenar las atrocidades cometidas por el actual régimen presidencialista, en esas filas donde se encuentren todos los que se quedaron sin apoyo con la desaparición de Prospera, Progresa y programas similares.
Asimismo los que se quedaron sin el seguro popular, es decir, sin ningún apoyo médico; a quienes perdieron las guarderías infantiles y los comedores comunitarios; a los pueblos y comunidades sin obra pública; a los ayuntamientos sin participaciones; a los campesinos que dejaron de recibir fertilizante subsidiado; a las mujeres víctimas de violencia familiar que perdieron los albergues; a las feministas; a los padres y madres de niños con cáncer; a los diabéticos que perdieron de pronto medicina y diálisis gratuitas; a los infectados con VIH que carecen de retrovirales; a médicos, médicas y trabajadores de la salud en general, sin protección adecuada y sin recursos para curar a los enfermos graves de covid-19.
A quienes perdieron el empleo y todo o una parte significativa de su ingreso; a las micro, medianas y pequeñas empresas que están cerrando por falta de apoyo gubernamental; a quienes se sienten amenazados por la ley de extinción de dominio; a los empresarios amenazados de ser tratados como miembros del crimen organizado por un error en la tributación; a quienes ya se ven tras las rejas por el abuso de la prisión preventiva oficiosa.
A los maestros y maestras sin plaza y con legítimo derecho a ella, a los abogados amenazados y perseguidos por ejercer su oficio en defensa de “enemigos” del gobierno; a quienes se les ha obligado a ganar menos que el presidente o a quienes han sufrido severos recortes a su salario; a quienes buscan en vano justicia y protección contra el crimen organizado; a los obreros que reclaman mejores salarios, prestaciones y verdadera libertad sindical, y muchos más.
Es decir, debemos convocar a la unidad nacional por la justicia y la ley, poner punto final a la represión y la persecución política ante la proximidad de las elecciones de 2021, donde Morena está echando mano del terrorismo político para tratar de frenar a quienes considera sus enemigos, aunque el verdadero enemigo lo tengan en su propia casa, porque han sido ellos quienes se han encargado de hundirse en el mar de sus equivocadas políticas.
El garlito de combatir la corrupción les ha funcionado en principio, pero ahora ya no, después de que los millones de mexicanos hemos dado cuenta de que se trata de un mero populismo, donde se ha sacrificado a inocentes y se ha perdonado a los verdaderos transgresores de la ley.
Como miembro de Antorcha Nacional considero que no tan solo las familias pobres de México deben ser quienes eleven la voz para poner fin a las múltiples arbitrariedades cometidas por el Gobierno de la 4T y Morena, sino que los diversos sectores y organizaciones que se han visto transgredidas en sus derechos más elementales, tenemos que caminar de la mano, pensando que de esa forma habremos de terminar con éste régimen absolutista para abrirle paso a quienes verdaderamente luchen y velen por el pueblo.
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