En el reciente informe del presidente de la república, a medio sexenio, se manifiestan otra vez las inconsistencias del gobierno de la 4T, con el mundo de AMLO, el de “los otros datos”. De acuerdo con el más reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre 2018 y 2020 el porcentaje de la población en situación de pobreza mostró un aumento de 41.9 por ciento a 43.9 por ciento. En tanto, el número de personas en esta situación se elevó de 51.9 a 55.7 millones de personas. En términos de pobreza extrema, el aumento registrado corresponde a 1.5 por ciento, es decir, pasó de 7.0 por ciento a 8.5 por ciento, que en términos absolutos da un total de 10.8 millones de personas. Las entidades con el mayor aumento de población en situación de pobreza fueron: Quintana Roo, con un aumento de 17.3% y Baja California Sur, con un incremento de 18.6%.
Al respecto, el presidente tiene (una vez más) otros datos, porque ya desestimó dichos resultados publicados por el Coneval en el reporte Medición multidimensional de la pobreza en México. “Fue por la pandemia. El Coneval tiene formas de medir de otra manera, otros indicadores. Yo respeto, pero es indudable que la gente está recibiendo apoyo (...). No acepto el resultado de esa encuesta, tengo otros datos”, sostuvo.
Es necesario, amable lector, recordarle al mandatario nacional, que en nada ayuda que siga mintiendo en sus informes, y que la realidad en muchas áreas, pero sobre todo en lo económica y sanitaria es la que ha golpeado a los más humildes, y esto tarde que temprano le pasara factura. Daremos algunos datos para ejemplificar lo expuesto a critica.
Veamos: Primero. México es el segundo país de América Latina donde los más ricos concentran la mayor cantidad de ingresos nacionales, advierte el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En nivel descendente, México es el segundo de 10 países de América Latina donde la mayor concentración de dinero se da en una menor cantidad de personas. “Entre los países de América Latina analizados, Chile, México y Brasil tienen la mayor concentración de ingresos: el 10% más alto captó más del 57% de los ingresos nacionales y el 1% más alto, más del 28%, en 2019. La concentración del ingreso en estos países es persistentemente alta y/o aumenta en el tiempo”, señala el Informe regional de desarrollo humano 2021. Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe, que elaboró el PNUD. ¿No que ahora tenemos un gobierno que tiene como lema “primero los pobres”?
Segundo. La inmensa riqueza material que produce como nunca el hombre está concentrada en unas cuantas manos. Los datos son aterradores: el uno por ciento de la población mundial, posee lo mismo que el 99 por ciento restante, o, según otro dato estremecedor: 85 personas poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial. México es parte de esa tragedia: es la decimocuarta economía del mundo, pero tiene 53.3 millones de personas que viven en la pobreza. Es urgente distribuir mejor la riqueza social.
Pero el problema no termina ahí, si esto pasa en materia de distribución de la riqueza, ¿qué pasa en materia de salud?
Tercero. En lo referente a la vacunación contra la covid-19, con datos al 31 de agosto, el número de personas inoculadas es de 57 millones 798 mil 967. Son 33 millones 922 mil 392 las y los que cuentan con el esquema de vacunación completo y 23 millones 876 mil 575 personas con nuevos esquemas. En junio, México dejó de ser el peor país para vivir en la era Covid, según el Ranking Covid de Resiliencia de Bloomberg, que analiza el manejo de la contingencia sanitaria en 53 naciones del mundo. ¡Nuestro país se ubicó en el lugar 34!; es decir, es de las naciones que tiene los peores índices en el manejo de la enfermedad.
Cuarto. La situación que vive México y el mundo nos hace recordar obras de la literatura universal que describen pandemias letales, como la peste bubónica, el cólera, la tuberculosis, etcétera, que, parecían formar parte de la ficción literaria y pertenecer al pasado, pero que hoy la covid-19 las ha vuelto una realidad aterradora. Entre esas obras destaca El amor en los tiempos del cólera, donde Gabriel García Márquez nos presenta una historia de amor que debe esperar medio siglo para poder consumarse. Así, el amor se presenta como tema principal y, a la vez, se vuelve el cristal con el que se observan otros aspectos de la realidad. La historia se desarrolla a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la costa Caribe de Colombia, en tiempos que reina la penuria y varias guerras civiles azotan al país. Les dejo algunos párrafos que muestran el profundo drama humano generado por la enfermedad del cólera y las desigualdades entre las clases sociales, hoy una vez más reproducidas en el contexto de la pandemia que nos azota: "Tanto como las impurezas del agua, al doctor Juvenal Urbino lo mantenía alarmado el estado higiénico del mercado público, una vasta extensión en descampado frente a la bahía de Las Ánimas, donde atracaban los veleros de las Antillas. Un viajero ilustre de la época lo describió como uno de los más variados del mundo. Era rico, en efecto, profuso y bullicioso, pero quizás también el más alarmante. Estaba asentado en su propio muladar (...) También se arrojaban allí los desperdicios del matadero contiguo, cabezas destazadas, vísceras podridas, basuras de animales que se quedaban flotando a sol y sereno en un pantano de sangre (...) El doctor Juvenal Urbino quería sanear ese lugar, ¿cómo será de noble esta ciudad -decía- que tenemos 400 años de estar tratando de acabar con ella, y todavía no lo logramos? Estaban a punto, sin embargo. La epidemia de cólera morbo, cuyas primeras víctimas cayeron fulminadas en los charcos del mercado, había causado en 11 semanas la más grande mortandad de nuestra historia (...) Hasta entonces, algunos muertos insignes eran sepultados bajo las losas de las iglesias, en la vecindad esquiva de los arzobispos y los capitulares, y los otros menos ricos eran enterrados en los patios de los conventos. Los pobres iban al cementerio colonial, en una colina de vientos separada de la ciudad por un canal de aguas áridas, cuyo puente de argamasa tenía una marquesina con un letrero esculpido por orden de algún alcalde clarividente: Lasciate ogni speranza voi Mentrate".
Por último, existen otros males actuales en México que Andrés Manuel prometió cambiar, pero que a tres años siguen, así como lo económico y sanitario, peores que nunca. A estas alturas todo mundo le ha quedado claro que sólo le vendió ilusiones al pueblo mexicano. En México, tal y como lo asegura la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, “somos testigos del mayor aumento de la desigualdad desde que comenzaron los registros, (...) la profunda división entre ricos y pobres está resultando tan mortal como el virus (... y ...) las élites viven y sobrellevan la pandemia con lujo, mientras que los que están en la primera línea luchan por poner comida en la mesa” de sus hogares. Los antorchistas estamos convencidos de que, para enfrentar estos problemas, que, si reconocen los organismos internacionales, no son los “otros datos” los que nos sacarán adelante, se necesitan acciones decididas del pueblo organizado, no violentas ni fuera de la ley, pero sí efectivas. Ya ha quedado claro en estos tres años que los programas oficiales no resuelven los problemas. Estamos conscientes de que una de las medidas que se requieren, es un frente unido de los mexicanos progresistas que estén dispuestos a sacar al pueblo adelante, a México entero del rezago en el que se encuentra sumido. Los antorchistas estamos plenamente dispuestos a sumar nuestras fuerzas para lograr que haya tranquilidad, trabajo, educación y salud para todos los mexicanos, para esta tarea así de indispensable, de urgente y justiciera, es necesario el pueblo organizado.
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