MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Marx vive y su legado nos impulsa

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“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre. Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Harto pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca”. Así inicia el discurso que Federico Engels dio frente a la tumba de uno de los pensadores más grandes que ha tenido la historia de la humanidad, Karl Heinrich Marx, hombre que dejó gran conocimiento a la raza humana y a quien nadie ha podido superar en su área de estudio.

Este martes 14 de marzo se cumplen 140 años de la partida de Carlos Enrique Marx, como sería su nombre en castellano, y es no solo prudente si no sumamente necesario recordar a este gran pensador, en este aniversario así como en su natalicio, por la herencia invaluable que dejó a la humanidad. Fue un hombre que a pesar de lo mucho que significa para la raza humana, hoy en día sería recordado por pocos y odiado por muchos por el hecho de aportar dos grandes elementos que de suma importancia: el materialismo histórico- dialéctico y la crítica a la economía política.

Él al igual que los grandes científicos de nuestra historia que han aportado cuantiosa ciencia, Albert Einstein por ejemplo con su Teoría de la relatividad; Issac Newton con los principios del cálculo diferencial e integral; Galileo Galilei con sus aportes en astronomía; Charles Darwin con su teoría de la evolución biológica a través de la selección natural y la ciencia del desarrollo de la naturaleza, etc., así Marx contribuyó con aquello que nos permitiría estudiar, entender y cambiar a una sociedad determinada, es decir, con el materialismo histórico-dialéctico incorporó a la sociedad humana como parte del universo material en que vivimos y sujeta, por tanto, a las leyes dialécticas del movimiento. 

De forma que, con este aporte, nuestra historia, la de la humanidad, adquiere una base material que no es otra cosa que la producción y reproducción de bienes y servicios, es decir, la vida material de la sociedad, y el desarrollo dialéctico de esta queda determinado por la necesidad de perfeccionar esa producción. Al estar así pues asentada la historia sobre algo que se puede medir, algo que se puede contar, comprobar, le imprime Marx el carácter científico al modo de estudiar la historia de la sociedad humana. Con este primer aporte pues, Marx nos permitió entender que la historia de la sociedad es el análisis de la evolución conjunta de su estructura (su base material) y su superestructura (la ideología y la política) así como la interdependencia mutua de estos dos elementos.

Teniendo esta premisa y mientras Marx se desenvuelve en un ambiente donde se abusa de los obreros, donde intenta exponer esta realidad a través de cualquier medio y es silenciado, con la intención de exponer de forma clara y extensa el funcionamiento de una sociedad naciente, Marx escribe su obra “El Capital” donde explica de forma científica el funcionamiento de la sociedad capitalista que se basa en la explotación de los obreros por los dueños de los medios de producción de los bienes materiales de los hombres, funcionamiento que permite el enriquecimiento de unos cuantos a costa de la miseria y empobrecimiento de la gran mayoría. Así pues, Carlos Marx fue el primer pensador en entender que la raíz profunda de los problemas se encuentra en la producción, y que los problemas éticos, estéticos, políticos, religiosos, culturales, etc., son la manifestación de esa estructura económica. 

De forma que estudiando a fondo y concienzudamente, el marxismo educa a la clase trabajadora que es quien produce la riqueza de los países y le enseña el origen de su pobreza, marginación y carencias. Lo instruye a saberse parte de un colectivo de trabajadores que ya sean americanos, europeos, asiáticos, negros, blancos, cobrizos, mestizos, etc., son al final de cuentas obreros que trabajan para el capital. De esta forma cae en la cuenta de que las cosas no siempre fueron así y, por lo tanto, hay manera de cambiar el funcionamiento de producción social. Esta, amables lectores, es la razón por la cual los poderosos del mundo se empeñan en proclamar obsoleta la ciencia del marxismo. 

Pero por mucho empeño que dedique a esta tarea, hasta el momento no hay alguna antítesis que refute la cientificidad del planteamiento de Marx. Por lo tanto, como iniciaba, para los pueblos del mundo es indispensable recordar a Marx, recordar al hombre que entregó su vida por darle al pueblo las armas que le permitirán liberarse de sus cadenas y luchar por construir una sociedad educada, justa, pacífica y libre. 

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