Desde que en el 2018 Morena llegó al poder político de México y desde ahí pusiera sus propias reglas políticas, las cosas fueron cambiando y no para bien de los ciudadanos mexicanos, sino para que ese partido se mantenga en el gobierno.
La ola morenista que encabezó Andrés Manuel López Obrador y quiénes se colgaron de ello, como fueron algunos gobernadores y presidentes municipales, una vez ganadas las elecciones y estar en el poder mostraron su verdadero rostro.
Ellos, que llegaron al poder bajo el lema de “por el bien de todos, primero los pobres”, la hicieron a un lado para anteponer sus intereses económicos y políticos.
Como ya decía al principio, todos los gobernantes que llegaron al poder gubernamental bajo las siglas de Morena pusieron sus reglas y una de ellas fue que ellos no iban a tratar con organizaciones, ya que había moches, piquete de ojo; argumentando que con ellos el trato iba ser de manera directa para atender las necesidades de la gente y así combatir la pobreza y desigualdad en México.
Inventaron nuevas formas de operar en la entrega de programas sociales a la gente y otras reglas de operación para la ejecución de obras, desmantelaron los programas ya existentes que servían para mitigar la pobreza en zonas vulnerables cómo el seguro popular, estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, programas de apoyo a estudiantes como prospera y otros más para concentrar todo en la secretaría de bienestar.
También implementaron el famoso Martes Ciudadano en algunos estados, como por ejemplo en Puebla, que no son otra cosa sino audiencias públicas las cuales son un espacio en las que las autoridades del gobierno conocen y dan respuesta a las necesidades primordiales de las y los ciudadanos.
El gobernador de Puebla y las diferentes secretarías estatales atienden a la gente de manera directa, dicen ellos, para que nadie intervenga en sus gestiones y los apoyos o soluciones sean directas. Dentro de esta argumentación está la trampa o, como decimos en los pueblos, lleva la navaja dentro del pan, lo hacen para que la gente no se organice y esté dividida, ya que la única arma que tiene el pueblo para hacer que sus gobernantes cumplan y resuelvan sus necesidades es la unión de la gente, es la unión de los pueblos.
El Martes Ciudadano es un fracaso, ya que no pueden atender a todos los ciudadanos poblanos. El estado de Puebla tiene seis millones 583 mil 278 habitantes que representan el 5.2 por ciento de la población de México, tan solo la lista nominal de Puebla, o sea los ciudadanos mayores de 18 años son 4 millones 704 mil 512 personas, estos datos son del Instituto Nacional Electoral (INE), con corte al 2 de marzo de 2022.
El gobernador de Puebla que atiende a los ciudadanos el día martes, de manera personal, solo cuenta con 40 fichas, revisando el calendario el año tiene un aproximado de 52 semanas lo que quiere decir que existen 52 martes, si multiplicamos el número de martes del año por el número de fichas tenemos como resultado que solo atiende 2,080 personas al año y por sus 4 años de gobierno atiende a 8,320 personas, cómo podemos ver son muy pocas personas que pueden ser escuchadas por el gobernador y las soluciones son aún menos favorables.
Son muy pocas personas del pueblo pobre y trabajador que pueden ser escuchadas por el gobernador de Puebla, quedando fuera miles y millones de poblanos.
Ante todo esto, hacemos un llamado a todos los poblanos para organizarse, que es un derecho constitucional, y con ello buscar soluciones a los problemas que aquejan a los más pobres que carecen de agua potable, drenaje, luz eléctrica, escuelas, centros de salud entre muchas otras más. Vamos todos organizados como un solo hombre y con un solo ideal.
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