En el próximo mes de julio, estaré cumpliendo 14 años laborando en el sistema de Bachilleratos de Educación Media Superior a Distancia, mejor conocido como EMSAD. Es este un subsistema educativo que depende de la Dirección General de Bachilleratos (DGB). El origen del nombre, creí que se debía a lo lejano de las comunidades donde se ubican las escuelas donde se imparte esta modalidad educativa, pero, después me explicaron las autoridades en turno, que se debe a un cambio de planes respecto al proyecto. Que inicialmente se pensaba trabajar con una estrategia parecida a las telesecundarias, es decir, a través de una red de televisión (Red edusat), pero que se optó por usar materiales audiovisuales como documentales, biografías, etc.; y contar con un campo de conocimiento denominado: formación para el trabajo, que específicamente se refiere a las asignaturas de informática que se imparten en los últimos semestres. Pero la realidad es que, fue una modalidad creada para atender –eso se dice&ndash, la cobertura en las zonas más alejadas del país, a eso se debe que funcionen, casi todos estos bachilleratos, en edificios prestados.
La subsecretaria de Educación Media Superior informa que en el país, hay más de 1,310 planteles de este tipo, dando servicio a 182,242 estudiantes que son atendidos por un personal de 7,052 entre maestros, directivos y apoyos (www.sems.gob.mx). En Colima, esta modalidad tiene ya 15 años, y existen 20 planteles repartidos en las zonas rurales; ofrecen aquí servicio a más de 2000 mil estudiantes y son atendidos por 180 docentes. He tenido la fortuna de servir en cinco de el lo que me ha permitido hacer un análisis de los alcances de esta modalidad del sistema educativo.
Lo primero que debo decir, es que, aunque se cumple con el objetivo de la cobertura, hace falta emprender muchas acciones más para garantizar un verdadero servicio de calidad. Por ejemplo, en referencia a la operatividad, se dice en la página oficial de la Subsecretaria de Educación Media Superior (SEMS) lo siguiente: "Las características distintivas de la modalidad son: que se trabaja con materiales audiovisuales y materiales impresos", sin embargo, durante mi experiencia he sido testigo de la falta de dichos materiales; de libros de trabajo y de materiales de consulta; aunado a esto, los materiales que se proponen desde la DGB, en muchas ocasiones, no se adaptan a las necesidades reales de los estudiantes y docentes. Considero esto un serio problema. Además de la falta de instalaciones propias; la falta de infraestructura indispensable para promover una educación de calidad, por ejemplo: biblioteca, cancha de usos múltiples, laboratorios químicos e informáticos, etc.
Pero, considero aún más grave, el injusto maltrato laboral que recibimos los 180 docentes de este subsistema. Pues, de los catorce años que tengo laborando, no ha habido ni uno solo completo, que se nos haya cumplido con el pago de nuestro salario en tiempo y forma. Incluso ha habido ocasiones que hemos estado laborando por más de tres meses sin sueldo. También hubo algunos años que no se nos pagaron las vacaciones por no ser personal de base; en otras repetidas ocasiones, hemos recibido nuestro aguinaldo fuera del periodo establecido por la ley; y casi de manera invariable, año con año, en los meses más difíciles, como son enero y febrero, hemos sufrido injustamente el retraso del pago de nuestro salario. La explicación que se nos ha dado, muestra claramente de la injusticia que denuncio: falta de coordinación en la firma de convenios entre el gobierno federal, que aporta el 50% del pago, y el Estado, que aporta el otro 50, Es decir, que es un trámite meramente administrativo, que no termina de resolverse desde hace muchos años.
Según la página oficial que refiero líneas arriba, de todos los planteles EMSAD que existen en el país, los de Colima son los únicos que dependen directamente de la Secretaría de Educación del Estado, y yo me pregunto: ¿qué, no se supone que, precisamente, esa distinción debería garantizarnos mejores condiciones laborales a todo el personal colimense, y mejores condiciones académicas a nuestros estudiantes?, ¿Qué, no se supone que por ser un Estado tan pequeño, en comparación con los demás, deberíamos estar mejor atendidos por nuestras autoridades educativas? En los datos podemos encontrar respuestas. Lean ustedes: del 100% de los planteles EMSAD en el país, solo el 27% no tiene instalaciones propias (en esa estadística entra precisamente Colima); el 42% no cuenta con equipamiento (otra vez entra Colima); y el 39% no cuenta con servicio de internet; adivinó usted, amable lector: en este dato también estamos incluidos los colimenses. Pero además de todo eso, es precisamente el magisterio de los EMSAD, el grupo de docentes peor pagados en el Estado, con referencia a otros subsistemas de media superior, como son los Conalep, Cetis, CEBTIS, CETMAR, UDC y etcétera.
Pero si el gobierno Federal tiene injerencia en el asunto, ¿por qué no ha intervenido para resolverlo? Tengo entendido que, en una de las visitas del presidente a nuestro estado, un grupo de valientes maestros acudió a su encuentro con un gran letrero por delante, solicitando la intervención de López Obrador en el problema que señalo, y, al parecer se dio por enterado. Pero ya pasaron varios meses de eso, y las cosas siguen igual. O tal vez peor, porque, mientras que los docentes padecemos el retraso del pago de nuestro salario, sin una propuesta de solución concreta, salvo las explicaciones ya conocidas, el gobierno federal está haciendo lo necesario para llenar los bolsillos a los estudiantes, con su Beca Benito Juárez, pues se sabe que les adelantará el pago de 3 tres bimestres, debido a la próxima veda electoral. ¿Acaso piensen que digo que está mal que los alumnos reciban su beca? Para nada. Todo lo contrario. Lo que yo digo que no está bien, es la discriminación que padecemos los docentes de EMSAD en el estado. Si la "Cuarta Transformación” que plantea el Gobierno federal, no se hace efectiva primeramente en la educación, yo sinceramente veo muy difícil que sea una realidad. Pues, es la educación el motor de avance de toda la sociedad.
Los grandes cambios que ha registrado siempre la historia de la sociedad, han demostrado que el factor clave ha sido siempre la unión y la organización de la gente, es decir, de los grupos afectados. Es momento de unirnos en un solo frente para exigir mejores condiciones para el magisterio colimense, y mejores condiciones de estudio para nuestros alumnos. Es urgente unirnos por nuestra necesidad, que es la misma. Dejemos de lado las diferencias políticas, los colores y los partidos. Hagamos alianzas también nosotros con los verdaderos maestros, pero para generar un cambio verdadero en la educación de nuestro pequeño, pero valioso Estado. Adelante compañeros maestros, y estimados alumnos, ¡vayamos juntos en esta lucha por la educación!
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