* La educación y la cultura, principales problemas para lograrlo
En la actualidad, la lucha por el respeto a los derechos de la mujer se encapsula en la exigencia del respeto a su derecho político, expresó el representante del Movimiento Antorchista en Guerrero, José Juan Bautista Hernández, durante un evento de entrega de 178 bonos de vivienda gestionados ante la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), realizado este miércoles en Chilpancingo.
Tras asegurar que en Antorcha las mujeres son un pilar fundamental, explicó que la sociedad moderna viene festejando a los actores que considera importantes para su desarrollo, hay días festivos para las madres, niños, papás, indígenas y en esta fecha, 8 de marzo, se trata de valorar el papel de la mujer en la sociedad moderna.
La lucha en la actualidad, agregó, es por el respeto a los derechos de la mujer que se encapsulan en una cosa muy sencilla: el respeto a su derecho político, lo cual se ha venido valorando poco a poco a través de muchas luchas, jornadas y sacrificios, pero es necesario que se valore más y ese trabajo lo debe hacer la sociedad actual y futura.
Es cierto que se valora y se le trata de encontrar respeto al derecho de las mujeres pero todavía estamos muy atrasados, el problema es cultural y educativo, mientras la sociedad moderna no cuente con estos elementos: educación y cultura, seguiremos pensando de manera muy atrasada.
Bautista Hernández dijo que la lucha siempre va a existir y en Antorcha Campesina las mujeres son un pilar fundamental, por lo que las invitó a organizarse para luchar por sus derechos, fundamentalmente por sus derechos políticos y continuar con Antorcha porque vamos a llegar muy lejos, concluyó.
Una muestra fehaciente de que las mujeres son pilar fundamental en Antorcha, es el caso de Margarita Morán Véliz, quien transformó la vida cotidiana de los habitantes de Tecomatlán, Puebla y entregó a sus 10 hijos, Aquiles, actual secretario general del Movimiento Antorchista, Hersilia, Eleusis, Ulises, Lorena, Perseo, Dánae, Soraya, Clara y Elsa, a la causa más noble que un ser humano puede abrazar: trabajar en beneficio de los demás, principalmente impulsando la educación de los jóvenes.
Su labor destacable no se limitó a resolver las dificultades propias de su familia, contribuyó también dando impulso a gente del pueblo que se acercó y confió en ella, por lo que además de sus hijos de sangre, adoptó por la vía del hecho y con todo lo que esto implicaba, a más gente, que hasta la fecha la reconoce como madre.
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