En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, publicado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en el mes de noviembre, se cacaraquea con bombo y platillo una política de austeridad y beneficios, ¿Para quienes? Se asignan cantidades exorbitantes de dinero a las magnas obras, pero se dejan sin recursos federales los proyectos de obra social y servicios básicos para la mayoría de los estados y municipios.
Estas acciones antipopulares, implementadas desde hace cuatro años por la 4T, han afectado seriamente en obra social y servicios básicos a más de 100 millones de mexicanos, agudizando el rezago en la mayoría de los municipios de todo el país y la marginación en la que se encontraban las comunidades rurales y colonias populares, llevando a un incremento al empobrecimiento de las masas trabajadoras.
Por otra parte, se asignan carretilladas de dinero público a las tarjetas de transferencia monetaria directa (335,499 mdp), la seguridad nacional con un aumento histórico (146,525 mdp), el Tren Maya (143,073 mdp), el AIFA (836,230 mdp), Dos Bocas (47,200 mdp), Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (7,053 mdp) y el Tren Suburbano (1,408 mdp).
Estas obras faraónicas han acaparado la mayor cantidad de gasto público para el año 2023 y con el riesgo de aumentar su inversión debido a su encarecimiento del 40 por ciento o 50 por ciento, son obras muy costosas que sólo beneficiarán a una minoría en algunas regiones del país; esta situación ha provocado inconformidad, desacuerdo y crítica en muchos políticos y funcionarios de los tres niveles de gobierno, pero no lo expresan públicamente, no protestan por complicidad, cobardía o anteponiendo intereses personales, en sus curules como focas amaestradas la mayoría de diputados y senadores aprobaron el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, propuesto por el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sabiendo que están abandonando a su suerte a las mayorías.
El presupuesto para el gasto público 2023, discutido y aprobado hace unos días por las dos cámaras, de mayorías de filiación morenista, por cuarto año consecutivo deja sin recursos a decenas de millones de mexicanos y abandona a su suerte a los sectores sociales mayoritarios, dejándolos sin obras y servicios básicos, llevándonos a una crisis de inversión y mantenimiento en obra pública en todo el país.
Los Antorchistas, desde ahora, alertamos y pedimos un alto a esta forma equivocada de asignar los recursos públicos, ésta errónea política de gasto social; como siempre, las mayorías vienen pagando los platos rotos en cada lugar donde viven: seguir caminando por calles con baches o polvorientas, sus viviendas continúen sin drenaje, recorrer calles obscuras sin alumbrado público, los hogares sigan sin agua potable o ésta sea de muy mala calidad, los parques recreativos permanezcan abandonados, las comunidades sigan sin electricidad en pleno siglo XXI, calles sin pavimento, los caminos que comunican a las comunidades sigan por siglos sin asfalto, no haya o estén en mal estado la infraestructura cultural y deportiva, continúen centros educativos sin aulas suficientes ni profesores, que los centros de salud estén sin medicinas ni personal médico, sigamos padeciendo los estragos de la inseguridad y delincuencia, etc.
Ahora, si nos referimos al deterioro y falta de mantenimiento de los servicios básicos, es algo igual o peor, porque casi todos están en condiciones deterioradas, un ejemplo de ello son los miles de baches por todas las calles de las grandes ciudades, empezando por las capitales. Cuánta carencia de servicios hay en nuestras calles de cada comunidad o colonia, donde años tras año, trienio tras trienio, sexenios vienen y van, y siguen igual o peor, solo cada vez que hay campañas políticas o nos visita algún funcionario, le hacemos peticiones verbales o por escrito, sólo queda en promesa que si les damos el voto y llegan al poder, ellos sí van a resolver nuestras añejas y desgastadas solicitudes, porque, como ya sabemos, un actuar y decir es de los candidatos cuando quieren el voto y otro actuar y decir es cuando están en el poder, es un viejo estilo político que ha estado presente desde hace décadas.
Pero llegó el momento de irlo expulsando de nuestras conciencias e ir cultivando una cultura política que nos haga verdaderamente libres y dejar de ser los manipulados de siempre. No podemos seguir siendo víctimas de nuestro propio voto al momento de acudir a elegir a nuestros gobernantes en las urnas, necesitamos candidatos más congruentes y comprometidos con su pueblo.
Hace falta en México una política más distributiva en los recursos financieros públicos para gasto social enfocado en las mayorías; invirtiendo en serio y en todas partes donde se necesite obra pública, obra educativa, infraestructura en salud, mejoramiento en vivienda, apoyos alimenticios, creación de empleo, incremento en salarios, construcción de vivienda, cuadros de vacunación, nuevo transporte público de calidad, difusión y promoción masiva de la cultura, masificación del deporte, investigación en ciencia y tecnología; cosas que no ha sucedido ni está sucediendo, para ser justos.
Por el contrario, la situación se está agravando y entrando en una crisis sin salida en la mayoría de los gobiernos de la 4T en los distintos niveles de gobierno. Sin una política económica distributiva no podrá reducirse ni erradicarse la gran desigualdad social, seguirán tan campantes la marginación, la pobreza, el rezago económico, el hambre, el desempleo, la insalubridad, la delincuencia e inseguridad.
Mientras haya políticas gubernamentales que sigan invirtiendo en obras de relumbrón y no obras para las inmensas mayorías, la situación social no sólo seguirá igual, sino que irá empeorando, hasta convertirse en una crisis que ponga en riesgo la misma estabilidad de los gobiernos que estén en ese momento en el poder.
Como vemos, la implementación del proyecto de nación de la 4T está provocando fatales consecuencias que afectan todos los días a las mayorías, por esto, nos quedan dos tareas. Primero, obligados por las carencias y las precarias formas de vida que llevamos en nuestros lugares de residencia en el campo o la ciudad, nos obliga a continuar como grupos de cada comunidad o colonia, seguir tocando puertas de las oficinas de los tres niveles de gobierno, solicitando que se atiendan y resuelvan cada una de nuestras peticiones, que el próximo año se le programen, asignación y ejecuten recursos financieros para obras públicas.
Segundo, continuar con nuestra labor de educar y organizar a los humildes de todos los rincones de la patria, para seguir construyendo y fortaleciendo la vanguardia que más temprano que tarde tome las riendas de este país y con un nuevo modelo de sociedad donde se reparta de manera más equitativa la riqueza social, solo así lograremos acabar con los grandes males sociales que carcomen todos los días al país. Adelante, compañeros.
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