MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los tiempos electorales y lo que le conviene al pueblo

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Han iniciado ya los tiempos de campañas electorales y el tema está a la orden del día en las conversaciones de la gente de colonias y barrios, comunidades, municipios y estados de la República, porque se encuentran calibrando a quién habrán de darle su voto en las próximas elecciones. Lo mismo de cada tres años.

Pero en esta ocasión hay algo nuevo y de una gran trascendencia: está en juego el bienestar general de toda la población y no solo de las clases populares,  porque la 4 T en el poder se dedicó a desmantelar lo poco bueno que había, con el pretexto del combate a la corrupción que devino en simple austeridad para todos, menos para los gobernantes, sin haber levantado en su lugar nada que aliviara la ya de por sí precaria situación de las masas, las cuales se dejaron adular con fórmulas retóricas como las de “primero los pobres” y “el pueblo bueno y sabio”, sin darse cuenta que tras la bandera de señalamientos justos sobre flagelos de nuestra sociedad se escondían ambiciones de poder absoluto y unipersonal, ajenos totalmente a sus verdaderos intereses.

El problema es complicado porque no se ve en el horizonte político un programa de acción o proyecto de país, enarbolado por la oposición oficial, ya no que rebase lo que está haciendo el actual gobierno, sino siquiera que proponga algo diferente. Pero no todo está perdido, ya tiene años que Antorcha, el Movimiento Antorchista Nacional, lanzó el llamado al pueblo a organizarse, a educarse, a politizarse y a luchar organizadamente en torno a un proyecto de país que garantice verdaderamente una nación más próspera, más democrática y más justa con todos sus hijos, un plan nacional de desarrollo científico basado en 4 ejes fundamentales, que de ponerse en práctica mejorará radicalmente las condiciones de vida de todos los mexicanos: a) Empleo para todos los que estén en edad de trabajar, de tal manera que no haya desempleo b) Salarios remuneradores para que los trabajadores reciban por su trabajo un pago que les alcance para poder satisfacer a plenitud las necesidades básicas de ellos y sus familias y que les permita vivir dignamente, c) Una política fiscal progresiva que cobre impuestos de acuerdo al ingreso de las personas, con la finalidad de que aporte más al Estado quien más posibilidades tenga de hacerlo, de acuerdo a sus ingresos, aligerando la carga impositiva a los marginado que a duras penas sobreviven y no están en condiciones de pagarle tanto al gobierno para que cumpla sus funciones, d) Reorientación del gasto público, para que se destine más recursos a donde en verdad son necesarios, mediante programas, obras, bienes y servicios, que mejore la suerte de todos los mexicanos. Nada del otro mundo o exorbitante. 

Ese proyecto de nación, sin duda, pone en el centro de sus preocupaciones los intereses de las masas trabajadoras y empobrecidas del país, no sólo porque es lo moralmente bueno, lo legalmente justo, lo políticamente correcto, sino también porque es lo económicamente necesario como lo constata la iniciativa del fundador del Foro Económico Mundial de Davos Suiza, que puso a consideración de los líderes de la economía mundial un gran reinicio (Gran Reset) tendiente a contener un poco la irracional concentración de la riqueza en el mundo, que está poniendo ya en peligro la existencia misma del sistema económico imperante en la mayoría de países del planeta. 

La puesta en práctica de este modelo de país, materializado a pequeña escala en los municipios gobernados por antorchistas ha arrojado ya su veredicto positivo en los resultados contantes y sonantes, en los casos, por poner algunos ejemplos de Tecomatlán, Huitzilan, y otros en el estado de Puebla; Chimalhuacán e Ixtapaluca, en el Estado de México; o Armadillo de los infante, Villa de Ramos, más otros cinco en San Luis Potosí, que están expuestos a la vista y al escrutinio del público, pues los antorchistas estamos en condiciones de hablar no sólo de lo que queremos hacer, sino también de lo que ya hemos hecho para bien de los mexicanos.

No hay duda, la solución al grave problema que vive país de profunda crisis económica con la caída del PIB en -8%, de tragedia nacional en materia de salud con una mortandad que rebasa los 200 mil fallecidos debido al mal manejo de la pandemia por parte del gobierno; de la  inseguridad rampante que ha alcanzado máximos históricos, y de la crisis social que estamos viviendo por el ataque sistemático a nuestro sistema de leyes, órganos, instituciones y poderes, a los que se pretende avasallar o de plano borrar del mapa  para concentrar todo el poder en la persona del titular del ejecutivo, está en manos  de las masas empobrecidas que somos la inmensa mayoría de mexicanos, de la población en general, en el voto razonado y consciente, que puede y debe evitar que se siga destruyendo nuestro estado de derecho que tanto sacrificio costo a las anteriores generaciones de mexicanos. Esto es lo que conviene al pueblo.

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