El trabajo realizado por los repartidores de mercancías que operan a través de plataformas digitales, como Uber Eats, Rapi y Cornershop, en motocicleta o bicicleta, es importante y tiende aumentar porque permite a los productores de mercancías hacer llegar sus productos con rapidez a sus clientes, y así aumentar ventas y ganancias.
Este trabajo es importante porque hace posible que los clientes de su casa o trabajo reciban con rapidez los productos que necesitan. Esta actividad permitió a 62 mil personas en el año 2021 tener un empleo e ingresos para solventar sus necesidades, y la cifra tiende a aumentar para 2025, año en el que se prevé que existan 85 mil trabajadores en esa modalidad. Estos trabajos han contribuido a resolver el problema del desempleo formal y han ayudado a mejorar el funcionamiento de la economía.
Pero una de las características del trabajo de los repartidores de las plataformas digitales, es que es peligroso porque para trasladar las mercancías deben lidiar con el tráfico de las ciudades, y ya se ha presentado un número considerable de atropellamientos en los que los empleados han muerto, han quedado gravemente lesionados e incapacitados.
Otro riesgo es el peligro de ser asaltados porque tienen que transitar por zonas de alta delincuencia para llevar los pedidos a su destino. Los repartidores también han tenido que enfrentar problemas de clientes deshonestos que reciben el producto, pero se niegan a pagar con cualquier pretexto, lo que representa una pérdida para el repartidor.
La relación de los repartidores con las plataformas no es como la de trabajadores con un patrón o empleador, sino que los llaman socios, esta circunstancia implica que los repartidores no tengan atención médica del IMSS, pensión de jubilación, vacaciones pagadas, INFONAVIT, reparto de utilidades, ni ninguna otra prestación.
Al ser considerados socios por las plataformas, los repartidores tienen que aportar la bicicleta, la motocicleta, el mantenimiento y el combustible, también deben aportar el teléfono y el costo del servicio; si llegan a enfermarse o sufrir algún accidente deben resolverlo con sus propios recursos económicos, si es que cuentan con ellos. No tienen salario o ingresos fijos, dependen del número de pedidos, del clima, del nivel del tráfico vehicular y otros factores, por lo que esta situación influye para que cuando no tengan el suficiente ingreso; y en un día se vean forzados a laborar hasta 12 horas para tratar de compensar el bajo ingreso. Por si lo descrito hasta aquí fuera poco, la plataforma les descuenta el 11 por ciento de impuesto para pagarle al gobierno.
Las plataformas, en colaboración con el gobierno, les aplican la ley del embudo a los trabajadores, porque las empresas obtienen ganancias millonarias por tan solo realizar la tarea de intermediarios con las plataformas entre los productores de mercancías y los consumidores de las mismas, se auto asignan la parte ancha del embudo y a los repartidores les asignan la mayor parte del trabajo, consistente en el traslado de las mercancías y a ellos les corresponde la parte angosta y larga del embudo, es decir ingresos miserables y sin prestaciones.
Ante la difícil situación enfrentada por los repartidores, para intentar defenderse y resolverla se han constituido en colectivos como #NiUnRepartidorMenos y han realizado manifestaciones pidiendo la intervención de las autoridades para que se establezca un marco regulatorio en la relación de trabajo entre las plataformas y los repartidores, y con ello poner un alto a tanto abuso y explotación.
Es correcto y está muy bien que los trabajadores repartidores hayan comprendido la necesidad de organizarse y defenderse en colectivo, es justa y razonable su lucha y por lo mismo tienen posibilidades de conquistar la simpatía y el apoyo del pueblo trabajador para estar en mejores condiciones de tener éxito en la lucha por conseguir mejores prestaciones de trabajo. ¡Les deseamos triunfen en su lucha!
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