“Sí se puede que todas las colonias y comunidades, aún las más pobres y apartadas, tengan las obras y servicios públicos, acceso a los programas de desarrollo, y progresen para que todos tengamos una vida digna, pero eso solo será posible cuando sea el mismo pueblo el que tenga el poder, es decir, cuando los pobres sean gobierno”, así lo afirmó la dirigente de los antorchistas en Campeche, al denunciar la indiferencia e indolencia del Ayuntamiento de Carmen ante las carencias y las humildes solicitudes de los carmelitas, quienes fueron nuevamente ignorados y menospreciados por los funcionaros de Pablo Lazarus.
“Los recursos públicos pueden y deben ser orientados hacia los que menos tienen en forma de obras y servicios que permitan a las comunidades desarrollarse y superar su actual marginación y atraso, y si las partidas federales y los ingresos locales no alcanzan, se pueden y deben incrementar, sin cargarle la mano a los que menos tienen, pero todo esto no lo quieren hacer los que siempre han tenido el poder”, explicó Rocío Huerta Ibarra, dirigente estatal del Movimiento Antorchista de Campeche (MAC), ante la opinión pública y los más de cien antorchistas carmelitas que acudieron a solicitar audiencia con Pablo Gutiérrez Lazaruz (PGL), ante la terquedad de los funcionarios, quienes nuevamente optaron por ignorar a los manifestantes y prefirieron dejarlos plantados en la plaza cívica, en vez de recibirlos y escuchar sus demandas.
Junto a Huerta Ibarra, los antorchistas iban encabezados por la lideresa municipal Himelda Jiménez Rodríguez, quien aclaró que a la manifestación le ha antecedido numerosas comisiones, reuniones de trabajo en las diferentes direcciones municipales y pláticas con el Secretario del Ayuntamiento, Luis César Augusto Reyes, “pero nunca se han querido comprometer a nada concreto y solamente dicen que lo están viendo (las peticiones de los antorchistas) y que en cuanto sea posible nos avisan, pero es solamente darnos manejo y no hay verdadera intención de resolver nuestras demandas”, aseguró, y por ello, justificó, “no nos han dejado más camino que la protesta legal y pacífica, que es la única arma que tienen los más pobres ante el poder del gobierno para tratar de encontrar solución a sus peticiones”.
Estas son, entre otras, la regularización de la colonia La Antorcha en la Península de Atasta, agua potable, arreglo de calles de diferentes colonias, programas sociales y de vivienda, y apoyo para el grupo de la tercera edad y personas vulnerables, pero nadie del Ayuntamiento los atendió, por lo que decidieron protestar contra la falta de atención de los funcionarios, quienes, dijeron, “están violando la Constitución cuando se atreven a despreciar a los ciudadanos al no recibirnos”, y que estuvieron poco más de dos horas denunciando los engaños de quienes deberían atender al pueblo, ya que “es falso que no se pueda solucionar las demandas de la gente, se puede si se tiene voluntad, pero no la tienen; por eso debemos entender que la verdadera solución es que el pueblo se organice y se conforme como una fuerza política para pelear y ganar el poder, dirija las instituciones y administre los instrumentos y recursos del Gobierno, y demostrar desde ahí cómo se debe gobernar en favor del pueblo”, pero que, mientras “hoy nos queda el camino de la organización y la lucha, como siempre, para hacer oír la voz del pueblo y hacer que se solucionen nuestras demandas”.
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