México está inmerso en un círculo vicioso, falta de crecimiento económico y pobreza y por otro lado una escandalosa concentración de la riqueza en pocas manos. La alternancia de los partidos políticos en el poder no ha sido suficiente para mejorar las condiciones de vida de los más necesitados.
La riqueza se encuentra concentrada en un grupo selecto de oligarcas que se han beneficiado del modelo neoliberal que continúa inamovible durante los últimas 30 años, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplica con cada gobierno en turno, aparecen en reuniones y actos oficiales los grandes empresarios junto con altos funcionarios del gobierno federal e incluso con el mismísimo Presidente de la República.
Vemos con preocupación la excesiva y perniciosa influencia de los poderes económicos en la vida pública del país, es clara su interferencia en las grandes decisiones sobre el reparto del presupuesto federal, defienden sus intereses y cuidan que no se aumenten los presupuestos en educación, salud y servicios, temas básicos para hablar de un eficaz reparto equitativo de la riqueza social.
De lo que se trata es de que cambiemos el modelo económico que pone en primer plano los intereses de los oligarcas sobre las necesidades de los más necesitados. El gobierno le apuesta a los programas sociales, pero no se ven avances efectivos en el combate a la pobreza.
México es uno de los países más desiguales del mundo, el 10% de la población con ingresos más altos captó el 59% de los ingresos nacionales, mientras que el 1% aún más alto, el 29% entre 2019 y 2020.
Los casi 4 años del gobierno de la 4T, nos demuestra que tampoco son ellos los que van a arriesgar sus privilegios, no van a romper el viejo contubernio de la clase política mexicana con los grandes capitalistas nacionales y extranjeros.
La 4T le apuesta al combate a la corrupción y sólo después, combatir la pobreza y acabar con la enorme desigualdad entre ricos y pobres, pues planteadas así las cosas, demuestra que el gobierno no entiende que la corrupción se combate cambiando los objetivos sociales, poner en primer plano los intereses del pueblo, cambiar el modelo económico haciéndolo más justo y equitativo.
La salida real, no solo la ha planteado el Movimiento Antorchista Nacional, sino también académicos y estudiosos de reconocido prestigio tanto nacionales como internacionales, así como organizaciones no gubernamentales, que han señalado los tropiezos no sólo del gobierno mexicano, sino de muchos gobiernos con graves problemas de desigualdad, vamos a tratar de resumir las 4 medidas fundamentales para un verdadero combate a la pobreza; la primera, generar los empleos suficientes para que todo aquel hombre o mujer con deseos de trabajar tenga la oportunidad de contar con un ingreso decoroso, y de aquí se desprende el segundo punto, que se pague a los trabajadores lo suficiente para sostener a sus familias, terminar con los abusos de los patrones y que paguen lo justo para que las familias proletarias vivan decorosamente, tercero, acabar con los privilegios de los poderosos, que paguen los impuestos justos, que aporten verdaderamente al bienestar social de toda la población, de la cual se han servido por muchas generaciones, por lo que los impuestos se deben calcular no por el consumo sino deben estar basados en el ingreso, esto es que pague más quien gane más y que pague menos quien gane menos, y por último, contando con mayores ingresos generados por el pago de mayores impuestos de los más pudientes, se destinen al gasto social dirigido principalmente para que se inviertan en educación, salud, vivienda y servicios básicos, que le dará un golpe demoledor a la pobreza en México.
La lucha la debemos emprender en esa dirección, por todos los que han sido excluidos, debemos organizarnos para participar con la fuerza necesaria y ser tomados en cuenta en las grandes decisiones nacionales.
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