México es un país que, en varias épocas de su historia, ha padecido en carne propia los desastres naturales, tales como: terremotos, incendios, inundaciones, erupciones volcánicas, deslaves y sequías. Cabe recordar los sismos de 1985, 2017 y 2019 que afectaron a miles de personas, quienes sufrieron heridas o resultaron damnificadas, sin hablar de las que perdieron la vida. Es por eso que en 1996 se creó el llamado Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) que en algo ayudaba a las comunidades y núcleos de población que sufrían los estragos de la naturaleza. Sin embargo, en octubre del 2020, el gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador, desapareció este fideicomiso con el pretexto de terminar con la corrupción, sin pensar los efectos que traería su decisión pues pone en riesgo a los más pobres.
De acuerdo a datos del Servicio Sismológico Nacional (SSN), tan solo en el mes de junio del 2022 se registraron más de 2 mil 335 sismos, de los que destacan algunos movimientos telúricos como el del día 17 del mismo mes a las 23:51 horas en Baja California Sur con magnitud de 5.3; los de Ciudad de México, uno el día 3 de junio a las 23:12 horas en la alcaldía Azcapotzalco con magnitud de 2.4 y el del 24 de junio a las 9:37 horas en la alcaldía Cuajimalpa; y uno el 1 de julio a las 20:49 horas con epicentro en Chimalhuacán, Estado de México, el cual se percibió en los barrios de San Agustín y San Lorenzo y en el pueblo de San Sebastián en La Paz.
Por otro lado, la temporada de huracanes del 2022 comenzó en el mes de mayo y se pronostican 40 fenómenos meteorológicos de ese tipo, de los cuales se presentarán 19 en el Océano Pacífico y 21 en el Atlántico, de estos por lo menos cinco impactarán en el territorio nacional. Sin embargo, ante la eliminación del FONDEN, en los casos de desastre por sismos o huracanes, ¿cómo se apoyará a las víctimas?. Por lo que hemos visto, el gobierno federal ha intentado salir del paso en los últimos días diciendo que haría supuestamente censos en el caso de los municipios de Oaxaca que fueron afectado por el huracán “Agatha”, pero así pasó en Tabasco en años pasados y no hicieron nada; la solidaridad de los mexicanos fue lo que más destacó ante la indiferencia del gobierno.
Evidentemente los que sufren más los estragos de los desastres naturales son los más pobres, la gente que vive en precarias comunidades, degradando cada vez más su calidad de vida. En México nos hace falta aprender más sobre la cultura de la prevención ante estos fenómenos, pero poco se apuesta por generar políticas públicas que nos alerten sobre este tipo de problemas y cómo actuar en caso de sufrir un siniestro.
Morena es un gobierno improvisado, el cual no va a mitigar la pobreza, ni tampoco la va a abolir con un decreto porque, si realmente fuera un gobierno de los pobres, estaría preocupado en cómo cambiar el modelo económico y en realizar políticas que prevengan los desastres naturales y planes reales de apoyo inmediato a las comunidades. Por esto, debemos organizarnos en Antorcha para que los pobres sean los que gobiernen este país, y seguir siendo solidarios con nuestros hermanos mexicanos, con los pobres de nuestra patria que llegasen a ser afectados en algún momento dado. Eso nos enseña Antorcha.
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