En estos momentos en el país se ha desatado un intenso debate por el contenido de los nuevos libros de texto gratuito que el gobierno federal se encuentra distribuyendo y que serán utilizados por los niños y maestros de primaria y secundaria de todo el país a partir del próximo 28 de agosto, cuando inicie el nuevo ciclo escolar.
Estos libros forman parte de la Nueva Escuela Mexicana, el modelo educativo diseñado por el gobierno de la 4T y que, según los ideólogos del gobierno y el propio presidente López Obrador busca darle a la educación nacional un “enfoque más humanista” en oposición a las ideas neoliberales promovidas en las escuelas hasta el momento.
Cabe destacar que el gobierno federal decidió reservar por cinco años, como información totalmente secreta los métodos y procedimientos pedagógicos utilizados en la confección de los nuevos libros de texto, alegando motivos de seguridad nacional, por lo que muchos consideran que se trata de otra acción autoritaria, antidemocrática y con claro sesgo político-electoral del presidente López Obrador.
Al respecto, diversas voces autorizadas en el tema, como pedagogos y catedráticos de prestigiosas universidades, así como organizaciones de maestros y padres de familia de todo el país han denunciado que la modificación de los contenidos de los libros de texto, constituyen un grave retroceso en el sistema educativo de nuestro país.
Por ejemplo, el doctor Raúl Rojas Gonzáles, Premio Nacional de Ciencias y Artes, escribió recientemente un artículo publicado en el diario La Unión de Morelos, en donde critica la eliminación de los conocimientos y habilidades Matemáticas y de otras disciplinas en los libros de primaria.
“El libro de matemáticas que se usaba anteriormente en primer año de primaria contenía 220 páginas, incluyendo algunas para recortar. Ahora, con los nuevos libros de texto para el primer grado, elaborados por la Dirección de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), no hay ninguno asignado a las Matemáticas. Ahora solo habrá dos libros con material educativo, uno llamado Nuestros saberes y otro titulado Múltiples lenguajes, además de tres libros sobre proyectos que el maestro puede organizar en el aula, en la escuela o en la comunidad”, sostiene el académico.
Además, agrega que los dos libros de material educativo consisten en cápsulas de dos o tres páginas cada una, sin ningún orden discernible. Por ejemplo, se pasa del estudio de las abejas al análisis del código Braille, el tipo de lectura y escritura diseñada para las personas ciegas; de ejemplos de algunas figuras geométricas a cuestiones de igualdad social, etcétera.
Es un desordenado intento de enciclopedia con algunas cápsulas didácticas. Pues la idea de la Nueva Escuela Mexicana es que el maestro ya no enseñe materias específicas, sino que trabaje en proyectos con los alumnos. El maestro selecciona de los libros aquellas cápsulas que se necesitan para el proyecto, por ejemplo, la cápsula 20, la 45 y la 53, y así los niños supuestamente aprenderán Español y Matemáticas. De pasadita, según los autores de estos libros, los niños y jóvenes aprenderán a resolver problemas sociales.
Esta mutilación arbitraria de los conocimientos académicos, que ya eran insuficientes en la formación de los niños y jóvenes mexicanos, parece tener el objetivo real de preparar en las escuelas públicas a simple mano de obra barata, trabajadores con los conocimientos apenas indispensables que, por lo tanto, estén dispuestos a desempeñar cualquier trabajo a cambio de un bajo salario, tal como lo exige el modelo económico neoliberal, que continúa plenamente vigente en México, y del que salen principalmente beneficiados los dueños de las grandes empresas monopolistas del país y los multimillonarios dueños de las fábricas extranjeras que vienen a instalarse aquí, atraídos precisamente por los bajos salarios que se les paga a los trabajadores mexicanos. Es decir, el resultado directo de esta política educativa será más pobreza y explotación para las clases trabajadoras.
El aprendizaje de las Matemáticas es fundamental porque en la Tierra como en el universo todo es cuantificable y medible; existen millones y millones de cosas, pero todas, absolutamente todas, se tienen que contar y medir. Las Matemáticas son esenciales para el desarrollo del pensamiento lógico y entre más se desarrolla la sociedad mayor precisión se requiere en la construcción, por ejemplo, de puentes, aviones y aparatos de todo tipo.
Lo mismo sucede con el Español, el lenguaje nos permite desarrollar la abstracción, mecanismo con el cual podemos ver mucho más allá que con los sentidos, lo que a su vez nos permite conocer las leyes que rigen a la naturaleza, la sociedad y el pensamiento; nos permite conocer el método dialectico e histórico, único para entender la realidad en constante cambio y desarrollo. Por lo tanto, eliminar o disminuir estos conocimientos, es mutilar las capacidades del ser humano para entender la realidad y, por tanto, también para poderla transformar.
Al mismo tiempo, en los libros de texto promovidos por el gobierno morenista, existen fuertes dosis de adoctrinamiento ideológico en favor de este régimen político, por ejemplo, en el libro Nuestros saberes, en un apartado sobre Historia, que estará en manos de niños de cuarto, quinto y sexto de primaria, se afirma que la llamada Cuarta Transformación, es “una nueva época que tendremos que imaginar y construir juntos para darle solución a las principales problemáticas que enfrenta el país y cada región por la vía pacífica”. ¿Pero que quieren decir con eso de la Cuarta Transformación? En realidad, es batiburrillo para confundir y manipular a la población.
Y por si quedaba la duda de que los nuevos libros de texto gratuito tienen un contenido eminentemente partidista, en ese mismo texto se afirma, sin aportar NINGUNA PRUEBA que el presidente López Obrador fue víctima de un fraude electoral en los comicios federales de 2006, cuando resultó electo Felipe Calderón.
En este sentido, la doctora en pedagogía y catedrática de la UNAM, Irma Villalpando, advirtió en entrevista para la revista Buzos que, con estos contenidos, el gobierno de AMLO busca imponer a los niños y a la sociedad una visión del mundo, sesgada y muy estrecha, en contraposición a la necesidad de informar en las escuelas todas las posiciones ideológicas y políticas que existen en México y el mundo.
En cuanto al procedimiento utilizado para crear estos libros, en agosto del año 2021, el presidente López Obrador anunció en una de sus conferencias matutinas que la SEP realizaría una modificación al contenido de los libros de texto gratuitos y que convocaría a distintas organizaciones de maestros, científicos competentes y también padres de familia para elaborarlos.
Esta mutilación arbitraria de los conocimientos académicos, que ya eran insuficientes en la formación de los niños y jóvenes mexicanos, parece tener el objetivo real de preparar en las escuelas públicas a simple mano de obra barata... Es decir, el resultado directo de esta política educativa será más pobreza y explotación para las clases trabajadoras
Sin embargo, desde febrero de 2022, la Alianza Nacional de Maestros y la Unión Nacional de Padres de Familia, protestaron enérgicamente porque en las asambleas consultivas convocadas por la SEP para el rediseño de los libros de texto gratuitos solo estaban participando pequeños grupos de personas simpatizantes del gobierno morenista.
Por esta razón, la Unión Nacional de Padres de Familia, ha promovido amparos para impedir que los nuevos libros se distribuyan y sean utilizados en el nuevo ciclo escolar, porque además de la baja calidad de su contenido académico y de su carga ideológica, para elaborarlos se violaron preceptos de la Ley General de Educación y el propio procedimiento administrativo anunciado por el gobierno federal.
Debido a ello, el Poder Judicial ordenó detener la entrega de los libros a las escuelas del país, sin embargo, el presidente López Obrador nuevamente ha decidido pasarse la ley por el arco del triunfo, pues a través de conferencias vespertinas desde el pasado 8 de agosto, funcionarios de la SEP han estado anunciando que no detendrán la distribución de los materiales a las escuelas del país.
No obstante, hay una fuerte resistencia de la sociedad. Por el momento, ocho gobiernos estatales acordaron no distribuir estos libros, se trata de los estados de Jalisco, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Yucatán, Querétaro y Aguascalientes.
Coincidente con estos hechos, algunos medios de comunicación e ideólogos vinculados con las fuerzas más retrógradas del país han iniciado una campaña mediática afirmando que con los nuevos libros de texto se pretende inculcar ideología comunista a los estudiantes. Sin embargo, esto es totalmente falso. Esta es una campaña de desinformación a la que hay ponerle atención, pues se trata de un distractor que hace el caldo gordo al presidente López Obrador, porque dicha campaña no critica con precisión el defecto principal del nuevo modelo educativo y de sus libros: que es precisamente la mutilación del conocimiento científico. Algo verdaderamente grave.
Es verdad que en varias ocasiones el creador de los actuales libros de texto, Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, ha declarado que con la “Nueva Escuela Mexicana” se pretende inculcar pensamiento “revolucionario”, a los niños y jóvenes: sin embargo, esto no son más que palabras vanas diseñadas para confundir a la población.
Tal como ya lo ha dicho el ingeniero Aquiles Córdova Morán, secretario general del Movimiento Antorchista Nacional, el gobierno de López Obrador no está haciendo ninguna transformación verdadera, ni comunista ni de ningún tipo, porque una revolución verdadera, desde el punto de vista del materialismo histórico, es aquella que tiene como meta esencial cambiar de raíz la estructura económica de la sociedad, es decir, la forma en que se halla organizada para producir los bienes materiales y los servicios que necesita para vivir, la forma en que se reparten o distribuyen esos bienes entre sus miembros y la forma en que la riqueza resultante se divide entre las distintas clases sociales.
Para que esta meta esencial se pueda cumplir cabalmente, es indispensable conquistar, primero, el poder político del Estado. Esta es la razón del porqué toda revolución, aún la menos consciente de su misión histórica, aparece siempre como una lucha por el poder político.
Los organizadores de una revolución verdadera necesitan manejar, en el periodo de preparación, un discurso claro, bien estructurado y lleno de irresistible realismo para lograr convencer y seducir a las fuerzas sociales inconformes con el viejo estado de cosas, organizarlas y prepararlas para la toma del poder. De aquí que la característica más visible de una revolución verdadera sea el cambio de clase social en el poder. No un simple cambio de partido o de figura gobernante, sino una clase social nueva. Sin este cambio de clase en el poder, los propósitos de la revolución quedarán reducidos, sin remedio, a puras buenas intenciones.
Por todo lo visto y oído en los cinco años de gobierno morenista y bajo el concepto materialista de revolución, resulta imposible considerar su movimiento como una revolución auténtica. No gobierna una nueva clase social, sino una mezcla confusa y heterogénea de comunistas, excomunistas, socialdemócratas, izquierdistas teñidos de progresismo, tránsfugas y trepadores profesionales de los viejos partidos que perdieron el poder y uno que otro ricacho que aprovecha el poder de Morena para proteger y acrecentar sus negocios. Las personas no dejan de ser corruptas, ambiciosas y egoístas solo porque cambien de partido político, para ello se requiere mucho más.
Tampoco vemos una política clara y sistemática respecto al modelo económico “neoliberal”, ni ningún proyecto para levantar una economía más fuerte y equitativa en el reparto de la riqueza social, sobre todo para las clases de menores ingresos. Podemos afirmar, por eso, que la 4T se halla a varios años luz de una revolución verdadera. De esto se deduce que los cambios y modificaciones que han introducido en la vida de los mexicanos, muchos de los cuales han resultado tremendamente dañinos, son absolutamente arbitrarios. Obedecen solo al carácter autocrático e impositivo del presidente López Obrador, al que todos sus seguidores obedecen más por miedo o conveniencia que por respeto y convicción.
Y ahora esta nefasta forma de ejercer el poder, está atentando contra la educación popular. Bajo la máscara de falsos revolucionarios, los morenistas en realidad están dejando a los hijos de los mexicanos más humildes a merced de la explotación voraz y de la extracción de ganancia de los grandes capitalistas de México y el mundo.
Estamos, sin duda, ante uno de los actos más graves y reprochables del gobierno morenista, porque atenta contra el futuro de los niños y jóvenes del país, es una agresión que dejará profundas consecuencias económicas y que, de no detenerse a tiempo, provocará el aumento del desempleo y la pobreza.
Protestemos todos contra este cambio en los libros de texto, conforme pasa el tiempo vayámonos haciendo claridad de las verdaderas intenciones de este gobierno, desenmascaremos sus mentiras y construyamos la verdadera opción para cambiar a México.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario